Viernes, 22 de noviembre de 2024

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¿Por qué soy católico? Habla un joven.

¿Por qué soy católico? Habla un joven.

por Un alma para el mundo

 Me llega este texto de un amigo católico que manifiesta las razones de su fe. Es un buen alegato para todos aquellos que dudan o no saben defender su pertenencia a la Iglesia Católica:

 

“Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a la que habéis sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre” Efesios 4, 4-5.

 La fe vale más que el oro.

Nadie cambia nada de valor sin cerciorarse antes del valor real de lo que cambia. La fe vale más que el oro. Por ello, sin dudas, cerciórate antes; si estas cierto, compártela; si la perdiste, recupérala.

Yo no apruebo, pero respeto tu decisión de cambiar la fe que Dios te dio por la que a ti te gusta, pero permíteme decirte al menos, por qué soy católico, y por qué quiero seguirlo siendo.


 

    1. Yo soy católico porque la Iglesia Católica es la iglesia verdadera.

¡Así de fácil! Si Cristo fundó una Iglesia, solo hay una que es verdadera, y debemos adherirnos a ella. Si Cristo no fundó ninguna, entonces todas las iglesias son falsas y no debemos pertenecer a ninguna.

    2. Yo soy católico porque es la iglesia que Cristo fundó.

Cristo fundó UNA SOLA IGLESIA y no muchas iglesias. Lee: Mateo 16,18. Su iglesia no se fundó la semana pasada, ni hace un año, ni hace quinientos, sino hace más de 2,000 años. La Iglesia Católica es la iglesia cristiana más antigua y esto lo reconocen hasta los mismos protestantes. Si la Iglesia Católica no es la Iglesia de Cristo… no lo es ninguna.

Cristo nuestro único Salvador instituyó a si Iglesia Santa, la Iglesia Católica, y ésta (dice el Concilio) es la única Iglesia de Cristo. Esto es lógico. Si hay un único Salvador, debe haber una única iglesia. Yo respeto y admiro las muchas cosas buenas que hay en otras iglesias cristianas, pero yo quiero vivir y morir en la iglesia que Cristo fundó.

 

    3. Yo soy católico en la Iglesia y estudio la Doctrina de Cristo.

Cristo prometió a sus Apóstoles: “Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo.” Y sólo a ellos otorgó todo poder para enseñar toda su doctrina a todas las naciones, todo el tiempo. Lee: Mateo 28,16-20

Hoy hay muchos que predican a Cristo y como S. Pablo nos alegramos, pero nosotros queremos escuchar a los que Cristo envió. Lee: Lucas 10,16. Estos son los Apóstoles, y los obispos sus legítimos sucesores.

Los evangélicos y otros grupos cristianos afirman que la única autoridad es la Biblia. Pero si esto es verdad, entonces tampoco tienen autoridad los pastores protestantes y cada uno es pastor de sí mismo.

 

    4. Mi Iglesia es la Casa de Dios.

Yo conozco iglesias protestantes muy grandes y bonitas y ahí Cristo puede hacerse presente si se reúnen en su nombre. Mateo 18,20… Pero no las cambio por la silenciosa, pobre y pequeña iglesia de mi pueblo, porque ahí está Cristo realmente presente, bajo las especies Eucarísticas. Ahí puedo hablar con Dios como un amigo. Lee: Exodo 33,11.

La lámpara encendida en el santuario es símbolo de esa presencia de Dios. Lee: 1 Samuel 3,3.

Con razón dice S. Pablo que la Iglesia es la casa de Dios vivo. Lee: 1 Timoteo 3,15. Yo no voy a cambiar la casa de Dios vivo por ninguna otra casa, por eso soy católico.

El concilio reconoce que fuera de la Iglesia Católica se encuentran muchos elementos de santidad y verdad, y nos sentimos unidos a estos hermanos en Cristo. Pero con igual firmeza afirma que la plenitud de gracia y de verdad fue confiada a la Iglesia Católica, y a esta Iglesia el Señor confió todos los bienes de la Nueva Alianza. Todos enseñan verdades, unos menos otros más, pero la Iglesia Católica es la que me guía a toda la verdad. Ella, por voluntad de Cristo, es maestra de la verdad. La Iglesia reconoce que hay muchos que honran la Sagrada Escritura como norma de fe y vida, pero afirma igualmente que ella es la que la transmite íntegramente y la explica fielmente. Como las grandes obras maestras, a la Iglesia de Cristo todos la imitan, pero ninguno la iguala ni la supera, porque es obra de Cristo.

 

    5. Yo soy católico porque amo la Vida.

Yo no quiero que Cristo me reproche a mí: “Vosotros escudriñáis las Escrituras… pero no queréis venir a mí para tener vida.” Lee: Juan 5,39-40. Y más adelante dice: “Yo soy el pan de vida,” y me invita a acercarme a Él. Lee: Juan 6,44-36.

Todas las iglesias cristianas escudriñan las Escrituras y me ofrecen el pan de la Palabra. Eso es bueno, pero sólo la Iglesia Católica me ofrece el Pan de Vida eterna. Lee: Juan 6,55-58.

¿Cómo voy a negar la doctrina transmitida por los Apóstoles y la fe en el mismo Cristo que dijo: “Esto es mi cuerpo”? Lee: 1 Corintios 11,23.

¿Cómo me voy a ir a otra parte donde no puedo adorar a Cristo de rodillas y decir como Tomás: “Señor mío y Dios mío”? Lee: Juan 20,28. Yo por eso soy católico y quiero seguir siéndolo.

 

    6. Yo soy católico por amor a la verdad.

Según el principio protestante de la interpretación privada de la Escritura, cada quien puede enseñar su opinión. Yo respeto la opinión de los demás, pero Cristo es la Verdad y no la opinión. La opinión lleva a la confusión y división, la verdad a la unidad y certeza.

Cristo erigió a su Iglesia como columna y fundamento de la verdad. Lee: 1 Timoteo 3,15. Por eso “La Iglesia Católica es la maestra de la verdad, y su misión es exponer y enseñar auténticamente la Verdad que es Cristo.”

Nosotros no negamos que en otras iglesias cristianas haya muchos elementos de verdad. Un trozo de espejo puede muy bien reflejar la luz del sol, pero no voy a dejar la luz del sol para quedarme con su reflejo.

 

    7. Yo soy católico porque me entusiasma el testimonio de sus mártires, la multitud de sus vírgenes, el heroísmo de sus santos, el celo de sus predicadores, el ardor de sus misioneros.

Hay quien pretende confundirnos mencionando los malos Papas, los malos sacerdotes, la Inquisición. Yo les respondo así: “A mí enséñame una Iglesia que tenga más mártires que hayan dado su vida por Cristo; más misioneros que hayan predicado el Evangelio; más mujeres que se hayan consagrado al servicio de los más pobres; más estudiosos que hayan dedicado sus vidas a la Biblia; y yo me voy con ella.” Su silencio es elocuente.

Sí, es en la Iglesia Católica donde yo veo el poder de Cristo más fuerte, la gracia de Cristo más abundante, su santidad más atractiva, por eso soy y quiero seguir siendo católico.

    8. Católico significa Universal.

A Jesucristo no le gustan las divisiones, ni los sectarismos. Lee Juan 17,21. El sectario primero siembra duda, después corta y separa, y por último acapara. La Biblia enseña que hay un solo Cuerpo y este cuerpo es la Iglesia. Compara Efesios 4,4 con Colosenses 1,24.

La Iglesia Católica está formada por hombres y mujeres de todas las razas y culturas; sin embargo, estamos unidos porque pertenecemos a una sola Iglesia, reconocemos un solo Pastor, profesamos una sola fe, un solo bautismo, tenemos un mismo Padre en el cielo y una misma madre en la tierra: María. Por eso soy católico, porque ser católico significa eso, unidad en la diversidad.

Nuestra fe alcanza no sólo todos los lugares sino también todos los tiempos. Nosotros profesamos la fe de los Apóstoles, la fe de los primeros cristianos, la fe transmitida a lo largo de 2,000 años. Sí, porque la fe como la verdad no cambia. La fe verdadera no puede ser una fe inventada hace poco tiempo, por más que den muchas citas bíblicas.

    9. Soy católico porque mi Iglesia es una familia.

Si Dios es mi Padre debo alabarlo como el ángel, pues así lo manda El. Si tengo el Espíritu, me debe inspirar alabanzas a María, como a Isabel. Si Jesús es mi hermano, María es mi Madre. Lee: Juan 19,27. Por eso la Biblia enseña que todas las generaciones, es decir los miembros de la familia, llamarán a María bienaventurada. Lee: Lucas 1,48.

En mi casa tengo cuadros de los santos y de María. Para otros ellos son extraños y por eso no los tienen, pero para mí son de la familia.

    10. Porque mis Padres me bautizaron.

Yo soy católico porque mis padres me bautizaron, es verdad y no me avergüenzo porque un padre quiere siempre lo mejor para sus hijos. Otros heredan dinero, a mi me heredaron la fe, y no la cambio por todo el oro del mundo.

    11. Soy católico por la gracia de Dios.

La fe es un talento que Dios nos ha dado, y como todo talento tenemos la obligación de conservarlo y multiplicarlo. Lee: Mateo 25, 24-28. Porque “el que perseverare hasta el fin, ése se salvará.” Lee: Mateo 10,22.

Martín vendía piedras del desierto para coleccionistas. Un día un geólogo entró a su tienda para comprar un recuerdo para sus hijos. “¿Cuánto vale ésta?” preguntó. “Todas valen 20 dólares, pero como esa no es muy bonita se la dejo en 10.” La piedra resultó ser un zafiro en bruto que valía más de un millón de dólares.

Antes de cambiar tu fe, descubre lo que esconde, y no seas como el que vendió la piedra sin saber que había un tesoro en ella. Lee: Mateo 13,44.

Conclusión: Todas las razones para ser católico se resumen en Cristo: Cristo la fundó, Cristo los envió, Cristo es la Verdad, Cristo está ahí, María es su Madre, es la obra de Cristo. Por eso, aunque reconozco todo lo bueno, hermoso y santo que hay en otras iglesias, yo quiero vivir y morir en la Iglesia que Cristo fundó.

1. Estudia tu fe. La Iglesia Católica no tiene miedo de la verdad, lo único que teme es a la ignorancia.

2. No te contentes con defender tu fe, prepárate para convertir a otros. La mejor manera de defender la fe es evangelizando.

3. No expongas tu fe, no escuches predicaciones de otras iglesias. Un alimento puede ser bueno, pero si no se digiere, indigesta.

Oración: Señor Jesús no dejes que los cuervos de la duda se coman la semilla de la fe que Tú plantaste en mi corazón; ni sea ahogada por las espinas de mis propias pasiones, sino que a través del estudio y del testimonio, eche raíces en mi corazón y en mi vida y fructifique. Amén

 

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