El celibato sacerdotal, ¿debe ser opcional?
El celibato sacerdotal, ¿debe ser opcional?
Se vuelven a oír voces que reclaman la abolición del celibato sacerdotal, o al menos que sea opcional. Las razones aparentes son las de siempre. Las razones verdaderas son muy otras. En algunos sectores sacerdotales, muy en minoría, no hay una verdadera disposición a darlos todo por Dios y por la Iglesia. Hay como una reserva encubierta. Es como el que promete ante el altar vivir la fidelidad a su esposa, pero se reserva el derecho a los escarceos ocasionales. Falta amor auténtico, audacia, entrega sin condiciones, sin guardar trozos del corazón para compartirlo con personas foráneas…
En la Iglesia se practica un celibato opcional. Y es la decisión libre que se toma al ser ordenado para entregarle todo a Dios, a la Iglesia, a los demás. Nadie te obliga a ser célibe, pero sí es condición para acceder al sacerdocio, al que no tenemos ningún derecho, ya que es elección de Dios a través de la Iglesia. Bueno será recodar algunos puntos doctrinales.
EL CELIBATO SACERDOTAL: EN EL SIGLO XXI
Podemos entender que esta ley del Celibato de la ICAR (Iglesia Católica Apostólica Romana) puede ser abolida como menciona este fragmento de un artículo: "habría que especificar que el deber de celibato no forma parte de la naturaleza intrínseca del sacerdocio, sino que se trata de una gracia añadida que la Iglesia reconoce como ideal para el desempeño del ministerio. Ideal, y en estos momentos, obligatoria según las leyes eclesiásticas, que no deben sin embargo considerarse leyes divinas."( S/A, "Sacerdocio y celibato" http://www.conoze.com/doc.php?doc=1270 (23 de agosto del 2006) .Leer más: http://www.monografias.com/trabajos73/celibato-catolico-origen/celibato-catolico-origen2.shtml#elcelibatd#ixzz34MpCaf1h] .
O más aún como menciona Robert G. Clouse, actualmente la ICAR juzga útil el celibato de los ministros por cuanto les concede mayor libertad para el servicio de Dios, aunque también afirma que la iglesia puede anular esta regla cuando lo decida.( Robert G. Clouse, "Celibato del clero", Diccionario Historia de la Iglesia, 232) Al respecto, es de gran importancia mencionar que el Papa Pablo VI se pronunció ante este tema en Junio 24 del año 1967 en una Encíclica: "sacerdoialis caelibatus": El Celibato Sacerdotal hoy. Donde expone todo un argumento detallado del porqué es que la ICAR sigue ese principio de fe, esta tesis empieza así: "A los obispos, a los hermanos en el sacerdocio a los fieles de todo el mundo católico. El celibato sacerdotal, que la Iglesia custodia desde hace siglos como perla preciosa, conserva todo su valor también en nuestro tiempo, caracterizado por una profunda transformación de mentalidades y de estructuras". (Para más detalles con respecto a la tesis del Papa Pablo IV ver: S/A, "Celibato Sacerdotal hoy" http://www.sacramentos.org/encisacerdoialiscaelibatus.htm (25 de agosto del 2006).
También, El Papa Juan Pablo II dice en la carta apostólica Mulieris Dignitaten # 20: "El celibato por el reino de los cielos es una gracia especial por parte de Dios, que llama a una persona determinada a vivir el celibato. Si este es un signo especial del Reino de Dios que ha de venir, al mismo tiempo sirve para dedicar a este reino escatológico todas las energías del alma del cuerpo de un modo exclusivo durante la vida temporal". (Karla Paladino, "El celibato sacerdotal" http://www.radioestrelladelmar. com/ KP/celibato.htm (21 de agosto del 2006).
El Papa que vivió no hace mucho, entendía que el celibato era algo precioso de esta manera dice que con Cristo ha entrado una novedad de vida. Allí donde el Génesis decía que no era bueno que el hombre esté solo, san Pablo llega a afirmar de que es bueno para el hombre estar solo (1 Corintios 7, 25-26). Queriendo dar a entender además que es como una forma de testificar su importancia al igual que Jesús por las ovejas cumpliendo así su labor como buen pastor despojándose de sí mismo para cumplir fielmente su llamado.
La Iglesia Católica Apostólica Romana, reafirma esta verdad de manera tajante para los sacerdotes de Dios y de la Iglesia, de esta manera todo aquél que desea el obispado buena obra desea pero es necesario que adopte el don del celibato, que según llama la ICAR es una manera especial de servir el cual es honrado y bueno ante los ojos de Dios. Pues no existe ataduras para servir, no hay distracciones, sólo existe Dios y su relación con el sacerdote.[38]
La castidad es costosa. Sobre todo cuando se pierde el verdadero espíritu y el amor hace aguas. Esto ocurre en todos los estados de la vida. Muchos matrimonio fracasan porque no hay disposición seria de mantener el SI radical que un día se dieron al contraer. En la vida sacerdotal y religiosa ocurre lo mismo. Si nos falta el amor, si la verdadera vocación ha perdido su brillo la entrega a Dios en exclusiva resulta tediosa. Y entonces se intenta contemporizar, se empieza a trampear. La vocación es un don, un talento, que se puede perder, y hay que defender con audacia. Los que no pueden con ello puede que su camino sea otro. Pero nunca hay que dar nada por perdido si podemos volver al redil.
Seguiremos hablando del tema
Juan García Inza