¿La mayoría siempre tiene la razón?

31 mayo 2014 00:00

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Concilio Vaticano II

Hay una frase latina que dice: “vox populi, vox Dei” (la voz del pueblo es la voz de Dios) sin embargo, ¿esto es cierto? Yéndonos a los antecedentes históricos, las masas no siempre han demostrado tener la razón a la hora de votar. Por ejemplo, cuando se exaltaba a Hitler. En lugar de haber escuchado a la sabia minoría que se oponía al régimen, optaron por hacerle caso al partido nazi. ¿El resultado? Una Segunda Guerra Mundial. Ciertamente, la democracia es el medio electoral que más se acerca a la justicia; sin embargo, hacer de ella una verdad absoluta, libre de cualquier crítica constructiva y tratándola de aplicar a campos tan serios como la bioética, resulta un desbalance en toda regla. Aceptar e impulsar el aborto, so pretexto de haberse ganado un referéndum, de ninguna manera justifica el cese de la vida de un inocente. La mayoría podrá decir y pensar lo que quiera, pero la dignidad de la persona humana no puede estar sujeta a una votación. De igual forma cuando se pretende aprobar una ley en contra del derecho natural, aquel que como su nombre lo indica se encuentra predeterminado por la naturaleza, algo que -dicho sea de paso- no parte de cuestiones meramente morales, sino científicas. Aunque haya una mayoría absoluta de legisladores que quiera ampliar el concepto civil de matrimonio para incluir a las parejas del mismo sexo, esto no producirá ningún cambio biológico que les permita a dos hombres o dos mujeres tener hijos por sí mismos. Sería tan absurdo como pretender que la gravedad disminuyera por orden judicial.

De cara a las elecciones la democracia es la mejor opción; sin embargo, hay que saber perfeccionarla a través de un sólido proceso de crítica y reestructura, distinguiendo entre el derecho natural (naturaleza) y el derecho positivo (creado por la legislación del hombre), ya que ambos tienen que complementarse en vez de quedarse en una suerte de dualismo jurídico. La razón de la democracia es relativa, imperfecta; sin embargo, cuando crece el aprendizaje moral y científico de la mayoría de los votantes es posible llevarla al máximo nivel.