Impresiones de la película "Hijo de Dios"

Ayer -viernes por la noche- fui al cine con dos amigos para ver la película titulada “Hijo de Dios”, cuyo protagonista es Diego Morgado, quien se ocupa de la figura de Jesús. Desde el punto de vista bíblico, musical y de reparto, es una producción que nadie debería perderse; sobre todo, cuando estamos a escasos días de la Semana Santa.

Para mí, fue una película muy emotiva, pues la historia proyectada no fue la de un personaje desconocido o de ciencia ficción, sino de alguien que dio su vida por mí. Recordar la pasión, muerte y resurrección de Cristo, da fuerza para seguir adelante por la vía de la fe que se traduce en hechos concretos.

La película subraya las malas interpretaciones que algunos contemporáneos de Jesús -como Judas Iscariote- hicieron del cristianismo primitivo, pensando que su reino estaría marcado por la violencia que los liberaría del yugo romano; sin embargo, poco a poco, la historia aclara cómo la lógica de Dios iba en el sentido de una revolución interior, ligada a la conciencia, a la conversión. Cristo no fue un líder político o meramente social, sino el rostro humano de Dios que se acerca a las necesidades del mundo. Sus únicos recursos, como predicador itinerante, fueron la verdad, el amor y la cruz.  

Sin duda, la Virgen María -protagonizada por Roma Downey- robó cámara, mostrando la presencia de las mujeres en los inicios del cristianismo. Mientras muchos huyeron ante el drama del calvario, ella permaneció firme en sus convicciones, acompañando a Jesús en el último tramo antes de salir vivo del sepulcro.

Por lo tanto, nuestra fe sigue a un Dios vivo y, al mismo tiempo, cercano a los hombres y mujeres de cada época. Sus palabras nunca pierden valor, actualidad e influencia en el rumbo de la historia.