Lo fundamental de este artículo fue escrito hace ya algunos meses y vivía el “sueño de los justos” entre los abundantes, y desordenados, papeles que me acompañan cada día. La verdad es que no sé porque no llegué a publicarlo. Lo hago ahora manteniendo el título original con que fue escrito, y su espíritu, aunque parezca que no hace al caso.
No me gusta escribir a rebufo de otras opiniones y no pretendo generar polémica alguna. Tan solo quiero dar, esta mi humilde opinión, acerca de las revelaciones particulares, verdaderas, pretendidas o supuestas, elijan ustedes el adjetivo que gusten, que, pasadas o en curso, tienen la pretensión de ser mensajes que el Cielo envía acerca de los Signos de los Tiempos que nos toca vivir.
No me interesa, en este post, hacer un análisis detallado de cada uno de los casos, que más o menos todos podemos tener en la cabeza. Lo que de verdad me interesa es la actitud que, a mi juicio, debe tener un cristiano respecto a ellos, los mensajes me refiero.
Revelaciones privadas
Como no podría ser de otra forma creo que, tal como nos han enseñado y así recoge el Catecismo de la Iglesia Católica, la Revelación pública de Dios termina con el último de los apóstoles y se encuentra recogida, por escrito, en los libros que forman parte del canon de la Biblia Católica, desde el Génesis hasta el Apocalipsis de San Juan.
Se además que, tal como nos anunció el Señor, el Espíritu Santo nos guiaría hasta la Verdad Plena, llevando a plenitud las enseñanzas contenidas en la Biblia, y que esto acontece principalmente a través del magisterio de la Iglesia, con el Papa a la cabeza como garante de la ortodoxia y al depósito integro de la fe por su fidelidad, al Papa me refiero, a la Tradición viva de la Iglesia.
Creo en todo aquello que Dios nos ha revelado y se encuentra contenido en la Biblia tal y como nos lo ha transmitido la Tradición y el Magisterio de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, especialmente plasmado en sus Dogmas de fe. Es verdad que fuera de esto no hay obligación de creer nada: ni en la Milagrosa, Lourdes, Medjugorje, Fatima, el Escorial, Akiita, Guadalupe, la Sallete, las revelaciones a Santa Faustina Kowalska, la autenticidad de la Sabana Santa, la datación de la sepultura de San Pedro, e incluso las enseñanzas de los Papa que no sean: universales, explícitamente declaradas ex cathedra, sobre temas de fe, moral y costumbres.
El calendario Litúrgico está cuajado de fiestas fruto de revelaciones particulares: Sagrado Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, Virgen Milagrosa, Domingo de la Divina Misericordia… etc, e incluso de textos apócrifos como es la festividad de San Joaquín y Santa Ana padres de la Virgen María.
Y el pueblo fiel, con ese olfato, para encontrar nuevos caminos, del que hablara el papa Francisco hace pocos días, muchas veces ha llevado la delantera a sus Pastores en el reconocimiento de tal o cual manifestación del Cielo.
Y esto no es de extrañar ya que la virtud de la prudencia no se exige del mismo modo al Pastor que a las ovejas, así que como oveja que soy puedo con más libertad comentar estos asuntos que si fuera obispo, sometiendo eso si mi juicio al juicio definitivo, cuando así lo sea, de mi madre la Santa Iglesia Católica.
Harina de otro costal en el racionalismo atroz que nos invade a los cristianos, al menos en occidente y que nos cierra la inteligencia y la visión a cualquier manifestación milagrosa. En cierto modo somos como los paisanos de Jesús, nos hemos acostumbrado a su presencia y con incredulidad repetimos aquella pregunta ¿no es este el hijo de José y de María?, como le ocurrió al Señor en su tierra aquí tampoco puede hacer muchos milagros por, como les ocurriera a aquellos de los que nos habla el evangelio, nuestra falta de Fe. Tal vez por ello María, sin necesidad de transporte OVNI, hizo las maletas en San Sebastián de Garabandal para trasladarse a Medjugorje, esto lo digo como personalísima opinión, creo innecesaria la aclaración.
El papa emérito Benedicto XVI a la sazón Cardenal Ratzinger prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe dirigió una carta al P Alfredo Sáenz S.J agradeciendo su libro “El fin de los tiempos y seis autores modernos” en la que decía que la realidad de los Últimos Tiempos habían sido “objeto de un programado olvido” en la enseñanza de Iglesia. En su segundo libro sobre Jesús de Nazaret señala, además, que el segundo pilar de la fe Cristiana es la espera en el retorno del Señor. Así que, a todas luces, parece un tema importante al que estar atento.
El P José Luis Urrutia S.J, muerto en loor de santidad en 2004, gran apóstol del S Corazón de Jesús, señala en su libro “El tiempo que se aproxima” que “ante las profecías privadas hay dos actitudes extremas: los que admiten todas, sin más, y los que sin más rechazan todas”. Desde luego un santo temor a ser engañado, sentido común y discernimiento de espíritus es más que recomendable, pero así mismo es insensato el cerrarse en banda y atacar indiscriminadamente cualquier manifestación. Y sobre todo el no estar abierto a que el Señor sea el Señor: Jesús está presente en su Iglesia y en el mundo, Aquí y Ahora y puede intervenir como le venga en gana, generalmente apartándose de lo que a nosotros nos parecería razonable, prudente y acertado. ¿Y si quiere que su Madre se manifieste en el Escorial?, pues pudiera ser ¿o no?.
Creo que, con respecto a este fenómeno de las revelaciones particulares, que siempre ha acompañado a la Iglesia, la clave la da San Pablo: “Examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.
Juegos de Guerra
Todos los ejércitos del mundo emplean su inteligencia en realizar unos interminables “juegos de guerra” donde, teniendo en cuenta todos los factores, consideran las amenazas, los retos, las fortalezas y desafíos a los que tendrán que enfrentarse para cumplir su misión.
Creo que esta debe ser la actitud del cristiano, militia est vita hominis super terram, y así Cristo a lo largo del Evangelio nos pide estar “vigilantes” para interpretar los “Signos de los Tiempos.” Y desde luego es mucho más prudente dar verosimilitud y poner en práctica un “supuesto” mensaje que nos pide oración, penitencia y cambio de corazón para evitar males personales y sociales que no hacerle caso hasta que cuente con toda suerte de aprobaciones.
Es curioso los factores que tienen en cuenta los ejércitos, porque llegan hasta considerar las profecías y revelaciones a la hora de establecer hipotéticos escenarios de conflictos. Así el ejército de Israel tiene en consideración la batalla final que les presentarán los ejércitos de Hog y Magog y los ejércitos europeos también estudian profecías de tal o cual santo, de este u otro vidente acerca de acontecimientos por venir.
Como fruto del interés por estos asuntos, militarmente estudiados, José María Sanchez de Toca publicó dos interesantísimos libros que no dejo de recomendaros: “Profetas del Bosque” y “Profetas de la piel de toro”.
En uno de ellos, concretamente en “Profetas de la Piel de Toro”, cuenta el caso de las apariciones de la Virgen en Ezquioga, Religión en Libertad se hizo eco de ello en un artículo que resumía excelentemente los hechos, permítanme que los resuma yo aún más, casi telegráficamente:
- Unos niños presuntamente videntes dicen haber visto a la Santísima Virgen.
- Según los mensajes o hay cambios en la actitud de los españoles, especialmente en el clero o graves males vendrían sobre España, una supuesta guerra.
- Por varias causas, la principal de ellas la injerencia política en el asunto, las “supuestas” apariciones no son tratadas pastoralmente como se merecían y todo termina en nada…. ¿o no?
- Las apariciones ¿supuestas? no fueron atendidas. Corría el año 1931 y solo cinco años después sufrimos una cruenta guerra civil (esta no supuesta, desde luego).
Para que no nos ocurra lo mismo que a nuestros abuelos, no estará de más prestar a las actuales alguna atención.
Y entre otras muchas con visos de ser verdaderas, que de las otras no hablo, donde actúa Dios cerca está el diablo para enredar, las que me parecen más interesantes, aquellas que deberíamos considerar, sin ánimo de ser exhaustivo y poner todas en el mismo plano, al menos por ahora, son:
Fátima: Llamada a la conversión, la penitencia, el rezo del Santo Rosario y los primeros sábados de mes, sin olvidar la petición, no quiero entrar ahora si cumplida o no, de consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María.
Las revelaciones de Jesús Misericordia a santa Faustina Kowalska. Fiesta y devoción dada a la Iglesia como preparación a la próxima venida de Jesús (Parusía). Fiesta, Imagen, Novena y Coronilla de la Divina Misericordia.
Medjudgore donde se nos pide, más allá de los secretos y avisos que: Oremos, Confesemos, Ayunemos, leamos la Santa Biblia y hagamos de la Misa el centro de nuestra vida, para crecer en santidad y afrontar los indudables peligros y sombras que se ciernen sobre (estos peligros y sombras sí que no son “supuestos”, si alguno no lo ve es que le falta la más mínima capacidad de discernimiento o está lleno de prejuicios buenistas).
El Escorial cuyos mensajes, tremendos, son una llamada amorosa y maternal de María para prevenirnos de los males que nos aquejan y vamos a sufrir de seguir por este camino. Una llamada a la conversión del corazón y a la penitencia.
Dictados de Jesús a Marga: sin duda mucho menos conocida y más actual, están en curso, que las anteriores. Una mujer española recibe locuciones de Jesús y de María que han sido recogidas en dos libros, aconsejo su lectura por este orden: “La Verdadera devoción al Corazón de Jesús” y “el Triunfo de la Inmaculada”, habla mucho de la situación de la sociedad y de otros muchos temas. Lo principal del mensaje es que hemos sido hechos para amar a Dios, debemos recuperar la Verdadera devoción al Sagrado Corazón de Jesús, amar con todo nuestro corazón al prójimo y hacer de Jesús Eucaristía el centro de nuestra vida. Contiene muchos avisos concretos para España, describe, hay mensajes desde el año 2000, la situación actual con una precisión sorprendente, cuando aún estábamos en aquella embriaguez de la burbuja inmobiliaria y en plena época de vacas gordas ya hablaba de la crisis económica y sobre todo moral, incluso llega a advertir que de seguir sin conversión una especie de guerra civil, que comenzaría por el norte, azotará España entera, cuando uno lee estos mensajes escritos hace más de diez años y los juzga a la luz de la situación política, social, económica y religiosa que vivimos le quedan pocos resquicios para la duda.
Así que ya saben: Mucho amor, amor al Sagrado Corazón de Jesús, amor a Dios Uno y Trino, amor a Nuestra Madre María Santísima, amor a nuestra Patria y nuestra familia, amor a nuestro prójimo y a nuestros enemigos. El Corazón Eucarístico de Jesús tiene que ser en centro de nuestro existir, el anhelo del Cielo nuestro acicate. Mucha oración y mucha acción. Tenemos que formar en el blanco ejército de almas víctimas que María Santísima está formando para alumbrar los nuevos tiempos.
Puede que el Falso Profeta y la Bestia se hagan presentes mañana, esta tarde, pasado mañana o dentro de cientos de años, personalmente no creo que demasiados de cientos, no. Pero que va a llegar es seguro. Poco a poco nos iremos viendo, nosotros o nuestros hijos, inmersos en esa Gran Tribulación que profetiza el evangelio y durante la cual, tal como enseña el Catecismo, la Iglesia pasará por una prueba que la llevará a su aniquilación aparente, un tiempo que será abreviado porque si no aun ni los mismos elegidos podrían permanecer fieles. ¿No será mejor estar preparado?, ¿no será mejor equivocarse esperando estos acontecimientos que el que estos lleguen y no estemos esperándolos?.
Para terminar quiero señalar que, aunque desde luego no tiene carácter estadístico, me llama mucho la atención que los cristianos más comprometidos que conozco, aquellos que viven más la caridad y llevan una más profunda vida de oración son precisamente los más receptivos a este tipo de manifestaciones. No he conocido devoto, ¿por qué no usar esta expresión?, de Medjugorje, el Escorial o los Dictados de Jesús a Marga que se aparten un ápice de la disciplina de la Iglesia, del Credo o de una vida Sacramental intensa. Aman a la Iglesia, al Papa, sus Obispos y sacerdotes y aceptan obedientemente las prohibiciones, recomendaciones, correcciones y enseñanzas que reciben de sus legítimos pastores, de esos que tienen que oler a oveja. Sigo creyendo en aquello de: “por sus frutos los conoceréis”, desde luego esto si es un criterio de juicio.
Germán Menéndez Fernádez
menendez.german@gmail.com
