El interior de cada persona

Se ha dicho y es cierto que el cuerpo es la carcasa del alma. “La persona humana creada a imagen y semejanza de Dios es a la vez un ser corporal y espiritual”(Nº 362 CIC). El cuerpo al ser materia, por el pecado original se corrompe. El alma rige al cuerpo, como el jinete al corcel y por carecer de partes es inmortal. Es una realidad constatable que la mayoría de los humanos, se preocupan solo o principalmente de su cuerpo, de la fachada, de lo material o caduco y descuidan su alma o su interior.

Según la ciencia, el cuerpo en la totalidad de su tejido celular, cada 7 años muta, cambia y se renueva hasta su muerte (separación de cuerpo y alma) dando lugar a la desintegración y a la corrupción. Según la revelación divina, tras la muerte el alma subsiste y goza o sufre. La persona (cuerpo + alma) está destinada a vivir para siempre la misma vida de Dios (feliz y sin fin). Tras la resurrección del último día, el cuerpo por el poder de Dios, se unirá al alma= persona y ésta destinada, tras el Juicio universal, a vida feliz o desgraciada para siempre. Esta es la fe cristiana. No hay contradicción entre ciencia y fe. Hay que resaltar que toda persona, aquí y ahora, lo bueno y lo malo que hace, según Jesús (Mc 7,20) sale del interior del hombre.

He aquí una de las claves más importantes de la vida de una persona: Sólo Dios conoce lo que hay dentro de cada uno.Dice las Sdas Escrituras: “Quien hizo el ojo no va a ver; quien hizo el oído no va a oír. Quien hizo la inteligencia, no va a saber? Obremos pues en consecuencia. Hagamos el bien y evitemos el mal. Solo así no seremos personas corruptas.

MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN