Domingo, 22 de diciembre de 2024

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Elección divina y predestinación

por El Blog de Juan del Carmelo

            Son estos dos temas que prima facie, pueden parecer iguales…, y  sin embargo son distintos aunque si tienen entre sí vinculaciones. Ambos temas hábilmente utilizado por nuestro enemigo el demonio, tal como siempre lo hace, puede causar estragos en almas carentes de vida interior y por lo tanto alejadas del Señor y de sus divinas gracias, pues bien sabemos que sin ellas nos es imposible salvarnos. Así se lo manifestó el Señor a los apóstoles, cuando estos aterrados por la parábola del camello en el ojo de la aguja, le dijeron: “… Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible”. (Mc 10,26-27).

 

            La argumentación demoniaca, es simple y demoledora, él nos dice: Si resulta que Dios ya tiene  elegidos a los que van a salvarse y destinados de antemano, es decir, predestinados los que me han de acompañar, no te esfuerces, sácale a la vida el jugo de goces y placeres que puedas pasando por encima de las paparruchas de frailes, curas y demás gentuza, y pásalo bien que solo tienes una vida. Hagas lo que hagas ya estás destinado a un sitio o a otro, de forma que es tonto que te sacrifiques cuando el resultado ya está fijado de antemano. Es hado o fatalismo

 

            Desde luego que si existe una elección divina de almas, pero no una predestinación. Nadie nace predestinado. La predestinación significa marcar o determinar con anterioridad.  No soy un especialista en la teología del Corán, pero si sé, como muchos sabemos, que los musulmanes emplean el término Maktub que libremente traducido, equivale a “estaba escrito” o el destino esta escrito ya para todos. El protestantismo de Calvino, sostenía la tesis de que la predestinación, estaba fijada ya para todos, es decir, que desde el principio de la Creación Dios había predeterminado ya quién se salvaría y quién se condenaría. Con independencia de lo que uno haga, Dios ya ha predeterminado si éste se salvará o no. Como es fácil de comprender no es esta doctrina el mejor estímulo para alentar un comportamiento moral, adecuado y en la práctica tuvo gran influencia esta herética doctrina. Esto explica, a juicio de los protestantes partidarios de Calvino, que el obrar y vivir en el temor de Dios se interpreta como síntoma de que uno es, uno de los pocos elegidos. Es lógico que quienes acepten esta doctrina, estén todos deseando descubrir en sí mismos los signos de la gracia divina, según ellos la entienden y obrar convenientemente.

 

            Sin embargo la predestinación calvinista es  contraria a la naturaleza humana, en atención a varias razones. Primeramente, porque según el calvinismo el hombre no puede, por su propia voluntad, escoger la salvación, porque Dios ya tomó decisión por él, antes de la fundación del mundo. Falso al hombre se le presenta en las Es­crituras con la capacidad de escoger, entre la vida y la muerte (Josué 24:15). El hombre está pues, dotado del libre albedrío para aceptar el amor de Dios o repudiarlo. En segundo lugar, según la teoría calvinista Adán y Eva tuvieron que pecar, porque afirma Calvino que así fueron creados, de forma que Dios ya había decretado que iban a pecar. Entonces, cuando cumplieron con este decreto de Dios, Él les castigó, expulsándolos del Edén, y les quitó su libre albedrío. ¡Absurdo!,  si antes de pecar tenían ya libre albedrío, Dios no podía decretar que pecasen.

 

            En tercer lugar dice la teoría Calvinista que, el hombre tiene que pecar, que no puede dejar de pecar, y que Dios no les da a los reprobados, es decir a los que ya están determinados a condenarse, la gracia necesaria que si se la da a los elegidos, para que sean movidos a aceptar el evangelio; y luego como broche de oro condena a los reprobados al infierno por ser pecadores no arrepentidos. Podemos comparar esta falsa teología, con lo que la Biblia dice acerca del hombre: que puede aceptar (Sal 119,30; Mat 11,28-30; Ap 22,17), o rechazar (Lc 7,30; 2Tes 1,7-9).  Cualquier teoría que nos diga o enseñe, que lo que el hombre hace, no afectará su salvación es una doctrina contraria a la naturaleza del hombre como se revela en las Escrituras.

           

            El Señor, ha hecho posible la salvación para cualquiera que la quiera aceptar, aceptando el amor que Él, gratuitamente nos ofrece a todo el mundo, ya que Él es el primer interesado en la salvación eterna de toda la humanidad. Y el hecho de que dada la omnisciencia, del Señor,  Él ya sabe quién aceptará Su plan de salvación y quien al final no lo aceptará, determina una predestinación. Pero esto no niega ni impide la elección del hombre; sino que el Señor dada sus ilimitadas facultades todo lo domina y lo conoce pero respeta el libre albedrío que nos donó. Conocer de antemano, no es determinar el resultado del que solo nosotros somos responsables.

 

            Por lo tanto nadie está predestinado a una eterna condenación como aseguran varias ramas protestantes, concretamente la de Calvino. Pero lo que si existe en la conducta divina es una elección preferida de almas, de acuerdo con el grado de amor que estas le demuestren al Señor. El amor entre sus varias características que lo definen, tiene una esencial que es la reciprocidad. Esta característica la definió San Juan de la Cruz con su conocida frase: Donde no hay amor pon amor y encontrarás amor.  La reciprocidad, se nos da totalmente en el amor a Dios, si nosotros amamos mucho al Señor, en esa misma medida Él nos ama a nosotros y cuanto más le amemos a Él, más nos amará Él a nosotros. Esto es sencillo de comprender porque en el amor humano también funciona. Cuanto más amamos a una persona más nos ama ella a nosotros y cuanto más la ignoremos, más nos ignorará ella a nosotros.

 

            Dios ama más a quien más le ama y en este sentido, el abad Vital Lehodey nos dice: “El poder de su oración, (la de un alma) en la tierra y en el cielo, estará siempre en relación con su grado de amor, de obediencia y de abandono; y si Dios se complace en glorificar algunas almas, entre las mejores, no busquemos en otra parte la causa de su elección”. Desde luego que hay almas elegidas del Señor, pero es de ver que cualquiera de nosotros podemos aspirar y ganar ese título. El teólogo dominico A. Royo Marín nos dice: “Dios ama con amor sobrenatural absoluto al hombre que le es grato y caro; pero como el amor de Dios es causa de lo que ama, se sigue que tiene que producir, en el hombre que le es de esa manera grato, la razón de esa bondad sobrenatural, es decir, la gracia santificante”. En otras palabras el que más ama al Señor, más gracias santificantes recibirá, lo que le determinará una mayor gloria.

 

            Los norteamericanos Francis Nemeck y Mª Teresa Combs, escribe: “Puesto que el Señor nos ha escogido por amor, a nosotros nos corresponde elegirle por amor, como respuesta. Así es como se entiende el concepto que los hebreos tenían de la entrega. Al sabernos elegidos, tenemos que corresponder al Señor por tan gran beneficio. En gratitud por haber sido escogidos anhelamos responder a esa iniciativa divina”.

 

            Por lo tanto, es de pensar, realmente no existe una predestinación, porque todos absolutamente todos hemos sido creados por Dios, y por lo tanto todos hemos sido elegido para ser creados, por razón amor. Lo que ocurre es que unos responden y otros no a esa elección. Él esta ansioso y tiene el deseo de que todos le respondan, pero no todos atienden la llamada, incluso entre los que la atiende, hay diferencias, porque unos atienden con más pasión y amor que otros. Somos nosotros mismos los que determinamos ser elegidos o no. Él no puede hacer nada, solo esperar, pues si interviniese, rompería su compromiso de darnos libertad y su intervención, al carecer el intervenido de libertad, determinaría que este también, careciera de mérito. Él hace lo posible y lo imposible, sin romper nuestra libertad, para que todos vayamos a Él.

 

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

            Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-        Libro. MOSAICO ESPIRITUAL.- www.readontime.com/isbn=9788461220595

-        Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281

-        Elección divina de las almas. Glosa del 15-12-09

-        ¿Estamos predestinados? Glosa del 08-08-11

 

            Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

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