Viernes, 22 de noviembre de 2024

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Deseos humanos de seguridad

por El Blog de Juan del Carmelo

            No creo que exista ningún ser humano, que no anhele vivir seguro. Pero… ¿qué clase de seguridad se desea?, porque es el caso de que, aunque algunos no lo sepan, la seguridad en nuestra mentalidad humana la genera la posesión  de bienes, pero los bienes puede ser de dos clases, unos espirituales y otros materiales y como resulta que el ser humano tiene cuerpo y alma, los bienes materiales responden al remedio en él, de sus males corporales y los bienes espirituales al remedio de los males de su alma.

 

            Esta dicotomía es muy fácil de comprender, y tiene una enorme importancia, en nuestro paso por esta vida y para nuestra salvación eterna, ya que determina algo que también es muy trascendente en nuestra vida terrenal, y es que esta trascurra felizmente o no. Pero es el caso de ver que son pocos y pocas los que tienen en cuenta esta sencilla dicotomía. La mayoría piensa que la única seguridad necesaria para vivir cómodamente y ser feliz en esta vida es la seguridad que da la posesión de bienes materiales y sobre todo el medio rey necesario para la adquisición de estos, que es el “dios dinero”, ante el cual se doblega desde el rey hasta el último mono de este desdichado país y de todo el mundo y así, va todo dejado de la mano del Señor, y así nos va.

 

            Hace años, vi y oí en TV una entrevista que le hicieron a un conocido banquero de aquella época, muy admirado por mí también en aquella época y ya fallecido, pues hace de esto treinta años; entre las preguntas que le hicieron, le preguntaron: ¿Para que le sirve tanto dinero como Vd. tiene? Y hábilmente el banquero respondió: Para no tener que pensar en él. Pero él en su mentalidad, se sentía seguro por tener el suficiente dinero y por ende una suficiencia en bienes materiales que se la proporcionaba el dinero, pero… ¿Tenía también seguridad en bienes espirituales?, y si los tenía, ¿los tenía en la misma proporción de los bienes materiales de los que disponía? Personalmente mucho he cambiado, gracias a Dios, porqué Él me ha hecho comprender, que llegar a ser el más rico del cementerio, sacrificando la obtención de bienes espirituales,  no conduce a nada, por no mencionar a lo que realmente conduce.

 

            Es tal el anhelo de posesión de bienes materiales que el hombre tiene, que solo en relación con la conservación de los que ya tiene, existe en todos los países del mundo un gran negocio montado, que se denomina, compañías de seguros. No voy a explicar la mecánica de actuación de estas compañías, pues todo el mundo las conoce, y es que en sí, todos los negocios nacen crecen y su desarrollo responde a la intensidad que estos tengan en satisfacer los deseos humanos de la naturaleza que estos sean y por supuesto, siempre a cambio de dinero. Es el temor humano a tener que depender de otro por no tener dinero, el que nos lanza a la búsqueda de la seguridad, para así tratar de llegar a la felicidad, o al menos eso es lo que se piensa, porque el camino para llegar a la felicidad, no se encuentra en la posesión de los bienes materiales y el que así lo crea está muy equivocado.

 

            Como todo el mundo entiende y comprende, los bienes materiales pertenecen al mundo de la materia de nuestro cuerpo y los bienes espirituales al mundo espiritual de nuestra alma. Desde luego que hay que señalar que ambas clases de bienes materiales y espirituales, son necesarios para el desarrollo de la vida humana, pero es el caso, de que parece que solo son necesarios los materiales, no lo espirituales. Y lo curioso de todo esto, es que mientras la adquisición de bienes materiales, exigen al hombre titánicos esfuerzos, la adquisición de bienes espirituales es gratis, el Señor se la regala a todo aquel que quiera aceptar su regalo. Pero da la impresión, de que el Señor no tiene mucho éxito con sus donaciones y mira que es extraño, con lo que le gusta al hombre todo lo que sea gratis. Dios mío que inmenso tiene que ser tu amor a nosotros, que aguantas lo inaguantable.

 

            Existe una perceptible ligazón entre los bienes materiales y los espirituales, que no todo el mundo capta. Y esta ligazón nos dice que nunca se puede dar una un pleno bienestar material si previamente no se dispone de un bienestar espiritual, es decir, que si el bienestar y la seguridad, se quieren basar exclusivamente en el propio plano material. Si exclusivamente nos apoyamos en los bienes materiales, nos daremos cuenta de que hay momentos en la vida que los que estos bienes materiales no nos solucionen todos los problemas y tal como escribe el polaco Slawomir Biela, se puede alcanzar el momento en que los bienes materiales dejan de ser apoyo y perdemos el control de ellos, estos es ni más ni menos lo que les pasó a los apóstoles durante la tormenta en el lago (Mc 4,35-41). Los apóstoles incluso antes de Pentecostés, captaron el problema y comprendieron que era en el Hijo del Hombre donde habían de poner su confianza. Nosotros deberíamos de decir: “Ven Señor y sustituye mis deseos de seguridad humana, por una plena confianza en Ti”.

 

            Quiero terminar esta glosa, recordando las palabras del Señor que nos dejó dicho: "Por eso os digo: No os inquietéis por vuestra vida, por lo que habéis de comer o de beber, ni por vuestro cuerpo, por lo que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad como las aves del cielo no siembran, ni siegan, ni encierran en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? ¿Quien de vosotros con sus preocupaciones puede añadir a su estatura un solo codo? Y del vestido, ¿porque preocuparos? Aprended de los lirios del campo, como crecen; no se fatigan ni hilan. Pues yo os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana es arrojada al fuego, Dios así la viste, ¿no hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Que comeremos, que beberemos o que vestiremos? Los gentiles se afanan por todo eso; pero bien sabe vuestro Padre celestial que de todo eso tenéis necesidad. Buscad, pues, primero el reino y su justicia, y todo eso se os dará por añadidura. No os inquietéis, pues, por el mañana; porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes; bástale a cada día su afán”. (Mt 6,25-34).

 

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

 

Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

-        Libro. BUSCAR A DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461164516

-        Libro. RELACIONARSE CON DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461220588 

-        Buscar a Dios en el Yermo o en el Desierto. Glosa del 12-08-09

-        Apreciar lo que tenemos. Glosa del 23-03-12

-        Cuando lo invisible se hace visible. Glosa del 16-01-10

-        ¿Acaso vale algo nuestra vida? Glosa del 03-03-11

-        Belleza corporal, belleza espiritual. Glosa del 24-05-12

-        Sanar el cuerpo, sanar el alma. Similitudes. Glosa del 30-05-12

-        El temor al futuro, amarga la vida. Glosa del 10-09-10

-        Atado y bien atado. Glosa del 12-04-12

 

Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com

 

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