Los políticos del PP y la banalidad del mal

por Anotaciones de pensamiento y crítica

01 junio 2012 00:00

Luis Antequera, en el último de sus siempre interesantísimos artículos, escribe sobre el aniversario de la ejecución del genocida Adolf Eichman

En el artículo trae a colación unas reflexiones muy sugestivas:

"La filósofa Hannah Arendt publicará en 1963 su estudio “Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal”, en el que la autora se admira de que Eichmann no mostrara rastro alguno de antisemitismo, y de que todo hubiera venido provocado por un mero deseo de mejorar su carrera"

Y en un comentario al artículo el estudioso del asunto Fernando Navarro, autor del “Diccionario biográfico de nazismo y III Reich” nos dice que:

"lo peor de Eichmann es que con solo su triste trabajo de burócrata implacable fue responsable directo de la deportación y muerte de más de 5 millones de judios"(...)
(...)"y, como tantos otros complices silenciosos y banales del nazismo, se limitó a obedecer ocultado el horroro de sus actos bajo el maquillaje del lenguaje eufemístico. Nunca hablaron de exterminar, asesinar o masacrar. Se trataba de la "solución final"."

(sic)

Al leer sobre el geonocidio judío a mucha gente le ha podido venir a su conciencia la otra gran situación paradigmatica de asesinatos masivos legales de inocentes con la complicidad del Estado,

Y tras los análisis y los juicios de Arendt y Navarro sobre las motivaciones de Eichman, puede pensar que éste es una figura similar a la de algunos políticos y funcionarios del PP.

Parafraseando el artículo y el comentario, podemos decir que muchos de esos peperos, de forma análoga a Eichman, en sus responsablidadades en la Administración central y autonómicas no muestran rastro alguno de abortismo, pero aunque su actividad solo está provocada por el mero deseo de mejorar su carrera administrativa o política, con su triste trabajo de burócratas implacables son responsables directos del asesinato por aborto, quirúrgico o químico, de varios millones de españoles y como tantos otros cómplices silenciosos y banales del centroreformismo liberal, se limitan a obedecer ocultando el horror de sus actos bajo el maquillaje del lenguaje eufemístico. Nunca hablan de abortar, asesinar o masacrar. Se trata de "interrupciones voluntarias del embarazo" (ive´s).