Hay que vivirlo
A veces cuando algún conocido me ha hablado de un viaje singular que ha realizado me ha comentado, más o menos, lo siguiente:
“Es un sitio que no basta con verlo, hay que “vivirlo”, hay que fusionarse con la cultura, con todo...”
Independientemente de lo que opine de sus viajes, lo que está claro es que hay dos formas de tomarse las cosas: como un espectador o como parte integrante. Y ahora que se acerca la Semana Santa es el momento de plantearse como vivirla: ¿cómo espectador o como parte?
Para los que quieran planteárselo les dejo esta pregunta para meditar estos días:
¿Vienes dispuesto a celebrar la Semana Santa, o a hacer santa esta semana?
La Semana Santa no basta con celebrarla, hay que vivirla. Porque se puede ser un mal cristiano, e irse sin más de vacaciones o viaje; un insensible, un “celebrador”, que disfruta desde la barrera como mero espectador de los acontecimientos, asistiendo a las ceremonias o a las procesiones; pero también se puede ser un hijo agradecido, que comparte el dolor de Cristo para amarle más.
D´Artagnan