San Josemaría, a los 110 años de su nacimiento
San Josemaría, a los 110 años de su nacimiento
por Juan García Inza
Encontré en él, sacerdote diocesano, un modelo a seguir por su gran amor a Dios, a la Iglesia y al hombre. Dios le concedió la gracia de poner en marcha todo un plan de evangelización en el mundo, cuya novedad era, y es, recordar a toda persona, de cualquier clase y condición, que está llamada a la santidad tratando de encontrar al Señor en su trabajo y en todas sus actividades. Jesucristo, en su vida privada hasta los treinta años, santifica con su trabajo ordinario lo que ordinariamente solemos hacer todos, desempeñando “divinamente” su tarea, conviviendo en familia, y compartiendo la vida con los demás.
El Opus Dei es una “partecita” del gran campo de la Iglesia. El espíritu específico de la Obra es ver en el trabajo un medio privilegiado para unirse con Dios y colaborar en la obra creadora, redentora y santificadora.
Al mismo tiempo el Opus Dei pretende ser una gran catequesis de formación doctrinal, empezando por los mismos miembros de la Obra, y ofreciéndola a todos aquellos que deseen participar de sus medios de formación y apostolado.
Y yo me di cuenta que todo ello es asumible por una vocación sacerdotal que trate, con su trabajo pastoral, acompañar a los hombres en sus tareas ordinarias, enseñándoles y ayudándoles a buscar la santidad mediante la unión con Dios Creador y Santificador.
Y así descubrí el “secreto” del Opus Dei, que no es otro que facilitar la llamada universal a la santidad. Y esta tarea, desempeñada en cada momento histórico y con cada persona, es una auténtica evangelización. El problema del alejamiento de la fe que hoy padecemos está ocasionado, en buena medida, por haber perdido la gran ilusión de ofrecer un camino cristiano lleno de posibilidades para hacer al hombre feliz. Hemos dedicado demasiado tiempo y energías en hacernos la guerra unos a otros en lugar de “tirar todos del carro en la misma dirección”.
La Nueva Evangelización a la que nos convoca el Papa será posible cuando vivamos de verdad el mandamiento del amor, y demos testimonio de auténtica fraternidad. Cada cual podrá evangelizar con sus propios carismas, pero respetando los carismas de los demás. Yo comparo la Nueva Evangelización con la tarea de un jardinero que, respetando cada planta y cada flor, trata de que cada una esté en el sitio que le corresponde, y desde allí colabore en ese conjunto armónico que se llama jardín. Y todos somos flores y jardineros. Ninguno puedo prescindir de los otros, porque todos somos necesarios para que la Iglesia sea una familia en la que no todos son iguales, pero todos tienen los mismos derechos y obligaciones, todos se quieren y trabajan por la misma causa.
A modo de recordatorio traigo aquí una síntesis de lo que fue la vida de este santo de lo ordinario:
Josemaría Escrivá de Balaguer nació en Barbastro (Huesca, España) el 9 de enero de 1902. Sus padres se llamaban José y Dolores. Tuvo cinco hermanos: Carmen (18991957), Santiago (19191994) y otras tres hermanas menores que él, que murieron cuando eran niñas. El matrimonio Escrivá dio a sus hijos una profunda educación cristiana.
Vocación de San Josemaría (1914 – 1918)
En 1915 quebró el negocio del padre, comerciante de tejidos, y la familia hubo de trasladarse a Logroño, donde el padre encontró otro trabajo. En esa ciudad, Josemaría, después de ver unas huellas en la nieve de los pies descalzos de un religioso, intuye que Dios desea algo de él, aunque no sabe exactamente qué es. Piensa que podrá descubrirlo más fácilmente si se hace sacerdote, y comienza a prepararse primero en Logroño y más tarde en el seminario de Zaragoza.
Ordenación sacerdotal (1918 - 1925)
Siguiendo un consejo de su padre, en la Universidad de Zaragoza estudia también la carrera civil de Derecho como alumno libre. D. José Escrivá muere en 1924, y Josemaría queda como cabeza de familia. Recibe la ordenación sacerdotal el 28 de marzo de 1925 y comienza a ejercer el ministerio primero en una parroquia rural y luego en Zaragoza.
Fundación del Opus Dei y dedicación a los pobres y enfermos (1928 - 1936)
En 1927 se traslada a Madrid, con permiso de su obispo, para obtener el doctorado en Derecho. En Madrid, el 2 de octubre de 1928, Dios le hace ver lo que espera de él, y funda el Opus Dei. Desde ese día trabaja con todas sus fuerzas en el desarrollo de la fundación que Dios le pide, al tiempo que continúa con el ministerio pastoral que tiene encomendado en aquellos años, que le pone diariamente en contacto con la enfermedad y la pobreza en hospitales y barriadas populares de Madrid.
Guerra Civil Española y Paso de los Pirineos (1936 - 1939)
Al estallar la guerra civil, en 1936, Josemaría Escrivá se encuentra en Madrid. La persecución religiosa le obliga a refugiarse en diferentes lugares. Ejerce su ministerio sacerdotal clandestinamente, hasta que logra salir de Madrid. Después de una travesía por los Pirineos hasta el sur de Francia, se traslada a Burgos.
Intenso trabajo pastoral (1939 - 1945)
Cuando acaba la guerra, en 1939, regresa a Madrid. En los años siguientes dirige numerosos ejercicios espirituales para laicos, para sacerdotes y para religiosos. En el mismo año 1939 termina sus estudios de doctorado en Derecho.
Roma y el Concilio Vaticano II (1946 - 1965)
En 1946 fija su residencia en Roma. Obtiene el doctorado en Teología por la Universidad Lateranense. Es nombrado consultor de dos Congregaciones vaticanas, miembro honorario de la Pontificia Academia de Teología y prelado de honor de Su Santidad. Sigue con atención los preparativos y las sesiones del Concilio Vaticano II (19621965), y mantiene un trato intenso con muchos de los padres conciliares.
Expansión del Opus Dei y viajes de catequesis (1970 - 1975)
Desde Roma viaja en numerosas ocasiones a distintos países de Europa, para impulsar el establecimiento y la consolidación del trabajo apostólico del Opus Dei. Con el mismo objeto, entre 1970 y 1975 hace largos viajes por México, la Península Ibérica, América del Sur y Guatemala, donde además tiene reuniones de catequesis con grupos numerosos de hombres y mujeres.
Fallecimiento y fama de santidad 1975
Fallece en Roma el 26 de junio de 1975. Varios miles de personas, entre ellas numerosos obispos de distintos países —en conjunto, un tercio del episcopado mundial—, solicitan a la Santa Sede la apertura de su causa de canonización.
Canonización de San Josemaría, “el santo de lo ordinario”
El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer. Lo proclama santo diez años después, el 6 de octubre de 2002, en la plaza de San Pedro, en Roma, ante una gran multitud. «Siguiendo sus huellas», dijo en esa ocasión el Papa en su homilía, «difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad».
juan.garciainza@gmail.com