Mi libro sobre Medjugorje

07 diciembre 2011 00:00

Sin ánimo de hacer auto-publicidad, quiero presentaros mi último libro dedicado al apasionante tema de Medjugorje. Hace muchos años que peregrino a este pueblo de Bosnia-Herzegovina. Me atrae la paz que allí se goza junto a Jesús y María. Conozco a los videntes, y a los otros protagonistas de la supuestas apariciones de la Virgen. He vivido testimonios de conversos espectaculares. Y he rezado mucho allí por todos. Y no podía guardarme todo ello para mí solo.

Decidí ponerlo por escrito para hacer, en justcia y caridad, partícipe a otros de lo que yo he vivido y sigo viviendo. Yo no he visto a la Virgen, ni tampoco ningún signo extraordinario en la naturaleza. No me hacen falta para creer. Pero sí he visto la mano de la Virgen y del Señor en muchísimos corazones de gente que fue allí buscando algo, o por simple curiosidad, y han cambiado radicalmente de vida.

Indudablemente allí está la Virgen de un modo especial, de lo contrario no se explicaría el fervor que se palpa en aquel lugar, y el clima sincero de oración que se respira. Mi mayor gozo en Medjugorje siempre ha sido ponerme a confesar y celebrar la Santa Misa. Produce una gran alegría poder decir, en nombre de Dios, “yo te absuelvo” a penitentes que llevaban años sin pedir perdón, y recoger sus lágrimas de alegría. Y no menos gozo es ofrecer el Cuerpo de Cristo en la Comunión a fieles que le buscan con hambre de Dios.

Puedo afirmar que los que más gozamos en Medjugorje somos los sacerdotes. Ejercemos nuestro ministerio con verdadero entusiasmo entre una masa de gente, que más bien es comunidad, orante, peregrina, penitente, fraternal... Lo que allí gozas es a la verdadera Iglesia que, de la mano de la Jerarquía, busca el camino de Cristo. O mejor diríamos, a Cristo que es el Camino, la Verdad y la Vida.

En este libro hablo de la historia de Medjugorje, de los acontecimientos que allí tienen lugar, de las manifestaciones de los videntes, del testimonio de muchos de los que han peregrinado al lugar, de las declaraciones de la Jerarquía, de la opinión de los más autorizados mariólogos, de las vivencias de Obispos y Cardenales que han visitado aquella parroquia, de las declaraciones de la Santa Sede y las manifestaciones del Papa Juan Pablo II y del actual Papa Benedicto XVI. Especial relevancia le he dado a la estancia en Medjugorje del Cardenal de Viena Christoph Schönborn, que es un entusiasta de aquel lugar mariano, y tiene un trato muy familiar con algunos de los videntes.

Dedico la última parte del libro a mi testimonio personal y a las obras sociales y caritativas que han surgido a raíz de los acontecimientos que allí se viven. Mi opinión sobre estos eventos la someto al dictamen que la Jerarquía emita en su momento. Pero como algo privado que es, doy fe de que allí está muy presente la Reina de la Paz, y no hay nada que se oponga a la doctrina de la Iglesia, y a los proyectos pastorales del momento que vivimos.