Lunes, 23 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

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Un plan contra los signos externos de la Iglesia

Un plan contra los signos externos de la Iglesia

por Juan García Inza

 Seguimos narrando las artimañas del Plan Maestro  para intentar destruir la Iglesia, comentado por el Dr. Jerónimo Domínguez.  No conocemos la autoría de este proyecto, pero sin duda son los enemigos de Dios y de la Iglesia que tratan de apartar a los católicos del camino marcado por Jesucristo. Hace ya tiempo que esta estrategia siniestra se puso en marcha, pero al día de hoy sigue vigente. Recordar estas cosas nos ayudará a evitarlas, siendo fieles a Dios y a la Iglesia.

 

 5. ¡Que se casen los Sacerdotes!

                El segundo objetivo del Masterplan es conseguir que los sacerdotes se casen. Si los sacerdotes se casan es lo mismo que si no hubiera sacerdotes. Dejará de existir la figura del hombre que sacrifica toda su vida por Cristo. Cualquiera podrá ser sacerdote, y si lo es cualquiera, es lo mismo como si no lo fuese nadie. En esto el Masterplan ha tenido poco éxito, pero espera tenerlo en abundancia en el futuro.  Más adelante veremos a las personas que ha usado y sigue usando el Masterplan. Es increíble, pero sin duda es una audacia de lo más fino, nos están usando a ti y a mí, querido lector; están usando a los buenos católicos, a los sacerdotes, a las monjas, a los Obispos… realmente increíble… usar al buen sacerdote para destruir el sacerdocio…pero ya lo veremos esto con detalle más adelante.

6.  ¡Las Monjas a la Calle!

                El plan contra los hábitos es también sacar a las monjas de sus claustros. La idea es la misma. Insinuar que los “hermanos” de la calle las necesitan, que una carmelita puede hacer mucho bien curando enfermos y llevando escuelas, etc. Realmente, como pueden ver, el plan parece estupendo, cautiva al más inteligente. ¿Quién no se va a conmover ante una llamada urgente del amor al prójimo, de asistir al que sufre, al que llora, al que necesita, si es el mismo Cristo el que sufre y el que llora cuando sufre y llora el “hermano?”.

                El Masterplan está teniendo gran éxito en esto. Muchas clausuras ya no son clausuras. Estos monolitos de amor a Dios están dejando de existir. El Masterplan quiere destruirlos del todo, porque sabe muy bien que son ¡hogueras ardientes de amor a Dios y Cristo! Porque sabe muy bien que estas almas enterradas en vida por Cristo son el fuego que alienta a la cristiandad. Al salir a la calle desaparecerán esos fuertes infranqueables; al vestirse de seglares pronto se darán cuenta de que se puede “amar” mejor al “hermano” no siendo monja. El Plan está trabajando muy bien. El final es poner al hombre en el pedestal de Dios. El hombre es Dios; Dios no existe, no hay que adorarlo, no hay que sacrificar una vida entera por Dios, sino por el hombre que es el verdadero Dios.

                Mientras haya conventos de clausura habrá castillos invencibles de amor a Dios, y su destrucción es esencial para implantar el primer mandamiento como “amor” al prójimo y olvidarse del amor a Dios. Querido sacerdote o Monja: por favor… por amor a Dios, pónganse otra vez en su sitio. Cada imagen auténtica de ustedes está gritando el amor a Dios y al prójimo cien mil veces mejor que con mil discursos o con mil “obras” de caridad; será un testimonio viviente del amor de Cristo que sigue existiendo realmente en la vida de ustedes. Y siéntase orgulloso de ser lo que es, y demuestre al mundo que se siente orgulloso de serlo.

A mi hijo de seis años –dice el Dr. Jerónimo Domínguez-  lo llevé a una escuela católica de monjas que visten de seglares; lo presenté a la directora y mi hijo le preguntó: ¿por qué Ud. no se viste de monja? La directora se puso más roja que un tomate, y no contestó nada… y a mi hijo… después de dos años, ya se le había olvidado eso de que existen monjas. Para él, sólo hay “maestras”… como si Dios hubiera dejado un poco de pasear por las escuelas.

 

7.  Cosas sin Importancia: Medallas, Rosarios, Escapularios, etc.

 

                Como se hablaba en el capítulo anterior, lo primero del Masterplan consiste en quitar de la gente las cosas externas, diciendo que son “sin importancia,” que ofenden la sensibilidad de los” hermanos” no católicos. Ya vimos el ataque del Masterplan contra los hábitos; también un plan para hacer que las personas dejen de usar medallas, los escapularios, los rosarios, etc.

                El Masterplan considera todo esto “importantísimo,” porque estas cosas que parecen sin importancia son las que tienen un ambiente de Dios, de Cristo y de la Virgen… y a Ellos hay que destronarlos del ambiente. En cuanto al escapulario y las medallas es fácil, dice el Masterplan: hay que insistir en que son cosas de beatos, cosas externas, cosas “sin importancia”, pero que ofenden las ideas de los “hermanos” protestantes; por lo tanto será mejor dejarlas, no usarlas, y así los protestantes se acercarán a la Iglesia más fácilmente.

                Hasta ahora este plan ha funcionado en muchos ambientes católicos. El escapulario lo trajo la Virgen en el año 1261 cuando apareció a San Simón Stock, prometiéndole lo más que se puede prometer: la Virgen Santísima  prometió que el que muriera con el escapulario puesto no iría al infierno. No se puede prometer más por hacer menos; promete el Cielo al que muera con su vestido, con el escapulario. Es algo incomprensible, cosas de una Madre, himnos de amor. Pero es cierto. La Virgen lo prometió sin más condiciones, sin ninguna exigencia, sencilla, impresionante: “el que muera con mi escapulario irá al Cielo.” Pero para este Plan esto es una tontería que hay que erradicar, ya que relaciona al fiel católico con la Virgen María, y eso no es bueno.

                Yo soy médico –dice el autor del comentario: Ganarse el Cielo es el fin de la vida de cada persona! El que al final se salve sabe, el que no, no sabe nada. Pues la Virgen María hizo el ofrecimiento más inaudito en la historia de la humanidad: “el que muera con Mi escapulario no irá al infierno”, o lo que es lo mismo, irá al Cielo.

                La Virgen María nos está haciendo llamadas constantes. Lourdes, Fátima, Medjugorje y muchas manifestaciones más en todo el mundo.  El Papa no se cansa de animarnos a vivir la fe con valentía. Estamos en tiempos duros, pero cargados de esperanza e ilusión. Dios cuenta con nosotros para la NUEVA EVANGELIZACIÓN  DEL MUNDO.  Pero muchos incautos están luchando contra las manifestaciones externas de la fe, contra la religiosidad popular, intentando implantar una Religión racional, sin corazón, que no llena el alma del creyente. Hay que purificar los popular, pero nunca eliminarlo. Jesucristo se encarnó, y vivió con el pueblo, y el pueblo le manifestó sencillamente la fe que tenía en él. “Si callan los niños, y los mayores, hablarán las piedras”.

Fuente: bibliaytradicion.wordpress.com/miscelaneo/francmasoneria/el-plan-maestro-para-destruir-a-la-iglesia/

(Seguiremos)

 

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