La generación Zombi

 Hace unos dias la periodista Sara Campelo publicaba en ABC un comentario al informe que cada lustro publica la Editorial SM sobre la juventud española. No puede ser más lamentable el panorama. Una de las conclusiones a que llega este estudio es que “la mitad de nuestro jóvenes no tienen confianza en el futuro: la mayoría sufren apatía social y carecen de objetivos en la vida”.

 Un futuro que se mira con indiferencia, y a veces con desprecio. Y esto es grave. “Su existencia es fútil,- comenta Sara Campelo-,  no confían en las capacidades del ser humano y desprecian aquellos valores que les ponen en contacto con la sociedad. Por contra, valoran de forma muy positiva la familia, su salud y el círculo de amistades”. Según en sociólogo Juan María Gonzalez Anleo:  «El joven está enrocado, se ha envuelto en su familia y ha decidido salir de la sociedad: no tiene confianza alguna en los organismos sociales ni apoya causa alguna». Esta situación extraña hasta a los mismos que la han observado de cerca con perspectiva sociológica.

Se aportan unos datos:

El 46,3 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años cree que no existe un
futuro prometedor para ellos, disminuye de forma alarmante la conciencia ambiental juvenil y la participación social se hunde: el 81% no pertenece absolutamente a ninguna asociación u organización ya sea juvenil, cultural o deportiva.

El joven español se ha vuelto extremadamente individualista y, como consecuencia,  no le interesa nada que trascienda más allá del día a día, de la rutinaria cotidianeidad. Aunque más del cincuenta por ciento de confiesan católicos. Se destaca en el estudio que más del 70% tienen una deplorable opinión de los políticos.  González-Anleo, tiene una visión pesimista del futuro. La periodista cita esta afirmaciones del sociólogo: «Ven una sociedad que no les gusta nada pero, lejos de todo ímpetu juvenil de querer cambiar el mundo, se cobijan en sus casas, sin reacción alguna. O algo cambia radicalmente o nos espera un porvenir muy negro: lo que atisbo en el futuro es una sociedad desarmada, totalmente expuesta a lo que los grupos de poder quieran hacer con nosotros».

Nuestro país no da le media en niveles de formación y de entusiasmo por la vida. En cultura y educación estamos muy por debajo de países que siempre hemos considerado inferior a nosotros. «Al analizar la Encuesta Mundial de Valores -comenta González-An-leo-  observamos cómo en Europa, sólo nosotros y los polacos tenemos tal nivel de desconfianza en el prójimo». La misma situación económica les hace observar la vida con pesimismo y pocas esperanzas de mejora.

Los adolescentes son los que más acusan esta crisis que estamos comentando. A una temprana edad se observa que ya no tienen ilusión. Tal vez se han sentido menospreciados por parte de los mayores han observar su peculiar talante, y esto les ha hecho perder la autoestima. Y así se abre la puerta a todo tipo de estímulos artificiales.
A base de reprenderles y ridiculizarlos se ha logrado una visión pesimistas de ellos mismos. “No valgo para nada”.

¿Qué ocurre entonces? Pues, como se sigue comentando en el estudio, el chico/a se refugia en la cómoda de la Pensión-Mamá, en donde tiene un plato caliente de comida, le lavan la ropa y lo cuidan el tiempo que está en casa. Se afirma que “amás una generación se había llevado tan bien con sus padres como la actual algo que les hace establecer el mundo en dos estadios: dentro y fuera», comenta el director del informe. La inmensa mayoría de los jóvenes encuestados  -comenta unos de los expertos- viven con sus padres. Por otro lado tampoco tienen demasiadas alternativas.

Y nos preguntamos si realmente estos jóvenes son unos amargados. Pues no lo parece.
Juan González-Anleo afirma rotundamente:  «En absoluto, hay tristeza cuando alguien se frustra al no conseguir sus ideales, pero nuestros jóvenes no están en esa línea, ellos han decidido que no van a perder el sueño por esto».

Un buen estudio que merece la pena leerse con detenimiento. SM suele editar un libro con el resultado de la encuesta. Al menos para saber por dónde va el presente y el futuro es bueno conocer la realidad. Yo pienso que a los gobiernos (nacionales y autonómicos) se les ha ido de las manos la juventud. Han estado más interesados en la ideología, en cómo hacer girar la mentalidad hacia principios de bajo nivel, en intentar desviar de la fe religiosa a estas generaciones que ellos consideraban que debían ser suyas, y resulta que ellos los desprecian, se ven desarmados, sin valores, abocados a enfrentarse con un mundo que no saben a donde les lleva, y parece que tampoco les importa mucho. Realmente estamos ante una generación zombi.

Hay que espabilarse y tener muy claro que con las personas no se juega, y menos con los que están construyendo su personalidad.

Hay mucho publicado sobre la formación de la personalidad. Yo voy a recomendar hoy uno: Aprendiz de sabio, de Bernabé  Tierno; Ediciones Grijalbo. Puede hacer mucho bien a todos.