Sínodo cristiano, pero árabe

En la fuerte polémica que acompañó a la clausura del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio, Israel dijo que había sido “una reunión tomada como rehén por una mayoría anti-israelí”, y responde el padre Pierbattista Pizzaballa, de 45 años, Custodio franciscano de Tierra Santa desde 2004 y, por tanto, el hombre encargado del gobierno de todos los principales lugares santos cristianos de la región. Dice: “No creo que los Padres sinodales hayan sido tomados como rehenes por nadie. El Sínodo expresó la voz de las personalidades de la Iglesia que viven en Oriente Medio. La mayoría de estas personalidades, yo diría que el 90 por ciento, es árabe. Que el mundo árabe tiene poca simpatía por Israel es evidente. Por tanto, es normal que esta poca simpatía haya estado presente de alguna manera en el Sínodo. Pero juntos debemos recordar que el mensaje final del Sínodo condena el antisemitismo y la judeofobia. Y recuerda la importancia de estudiar los dos Testamentos: el Nuevo sí, pero también el Antiguo. No había que dar por descontado que los Padres sinodales del mundo de Oriente Medio escribieran estas palabras”.

Han salido tantas palabras del Sínodo... Hace dos días, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo que sólo el mensaje final es un documento. Pizzaballa responde: "El mensaje final es el mensaje oficial. Pero no es la voz del Vaticano, ni mucho menos la de la iglesia. Es simplemente la voz de los Padres sinodales". Entonces, si el mensaje es el documento, pero no es la voz oficial del Vaticano, ¿qué han sido las intervenciones de cada obispo en el Sínodo? “Son intervenciones personales. Deben ser consideradas como los puntos de vista de personas particulares y no como la voz común en absoluto”.

¿Qué novedades aporta el mensaje final con respecto a Israel? “Pocas, creo yo. Se condena la ocupación de los Territorios y se dice que no puede utilizar el nombre de Dios para llevar a cabo actos de violencia. Es una posición ya expresada en el pasado”. Sí, pero por debajo subyace una condena teológica: el retorno de Israel a la tierra prometida y, por tanto, su legitimidad de existir. Todo parece mostrar un fuerte antisionismo. Responde el P. Pizzaballa: "En primer lugar quisiera decir una cosa sobre el antisionismo: es una categoría occidental. Es la forma con la que Occidente intenta describir una situación”.

¿Una situación real? “Es evidente que también entre los cristianos de Oriente Medio hay cierto antisionismo. Pero esta lucha contra el sionismo, si existe, no tiene ningún fundamento teológico. Es más que nada un sentimiento motivado por el conflicto palestino-israelí. Es una reacción a una situación dramática en la que no se ven soluciones inmediatas”. Sin embargo, todavía existe una teología que quiere negar a judíos la tierra prometida... “En esto debo admitir que necesitamos más diálogo entre los católicos y los judíos. Tenemos dos formas diferentes de leer las Escrituras, y estos dos modos nos dividen. Yo no hablaría de teologías diferentes, sino de maneras diferentes de interpretar la Escritura. Nosotros estamos acostumbrados a hacer una lectura alegórica y espiritual de las Escrituras y no siempre nuestra lectura concuerda con la de los judíos”.

Benedicto XVI, en Ratisbona en el 2006, habló del islam y condenó el uso del nombre de Dios para justificar la violencia. Hoy, el Sínodo ha dicho lo mismo a Israel. La Iglesia, ¿ha cambiado su objetivo? “Repito: no es la Iglesia la que habla, sino los obispos de Oriente Medio. Es importante la diferencia. En segundo lugar, debo decir que el Sínodo ha expresado algunas críticas a un cierto modo de vivir el islam. Los obispos de los países de mayoría musulmana no han sido precisamente diplomáticos con aquellos que utilizan el islam con las armas. Las críticas, en definitiva, no fueron unilaterales. Aunque el Sínodo no tenía en su agenda estos temas como principales”.

¿Y de qué se ha hablado principalmente? “Ha sido un acontecimiento de la Iglesia. Se reunían en Roma todas las realidades eclesiales del Medio Oriente. Todos presentaban su propia realidad. Se ha hablado de laicidad positiva en el mundo islámico y de ciudadanía completa. Algunos periódicos han puesto el énfasis principal en ciertas intervenciones. Y han hecho caso omiso de las intervenciones más importantes para nosotros, las de carácter pastoral. Y luego hablamos mucho de tantos cristianos occidentales que ahora viven en el mundo árabe: un recurso que servirá en el futuro y del que nadie habla. Son occidentales y son de rito latino”.

¿Cómo se custodian los lugares queridos para la cristiandad en una región tan complicada? "Lo vivo en soledad. Aquí es necesaria cierta soledad. Claro, tengo cerca a los frailes franciscanos que me ayudan. Y luego nos relacionamos también mucho con Roma, con el nuncio y con el Vaticano. Nos ayudan a descifrar esta tierra que es tan compleja”.

(Traducción propia. 27 de octubre 2010. Entrevista de Paolo Rodari en Il Folglio a P. Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa).