La influencia de Halloween en los niños
La influencia de Halloween en los niños
por Juan García Inza
Recientemente, un diario de la ciudad de México publicó los resultados de un estudio de mercadotecnia realizado por la agencia de publicidad J. Walter Thompson, cuyo fin era analizar las actitudes, gustos y expectativas de los niños y adolescentes, a quienes llaman “los chavos”. Algunas de sus conclusiones resultan más que reveladoras.
“¿Por qué si los niños, hasta hace poco, gustaban de dibujos animados como Gasparín, “el fantasma amistoso”, con una personalidad noble, dulce y tierna, más recientemente gustan de fantasmas como Pegajoso –el que sale en la película de Los Cazafantasmas–, que no tiene buenos modales ni una apariencia “agradable”? La respuesta es que los niños tienen expectativas cambiantes y, con base en la detección de estos cambios se pueden generar mensajes “irresistiblemente atractivos” para ellos.”
Cada tres meses, dicha agencia publicitaria lleva a cabo páneles donde reúne de 30 a 40 niños, los cuales tienen por objeto conocer la opinión de éstos sobre los más diversos temas. Así, JWT ha identificado las diferentes etapas de conducta de los niños en su crecimiento como sigue:
. • A los seis años su filosofía es la de “yo soy el rey”, la edad del egocentrismo. Habitan en un mundo de fantasía y por eso gustan mucho de los disfraces.
. • Entre los siete y ocho años viven la etapa de “todos memiran” y es cuando se descubren a sí mismos.
. • Entre los nueve y los diez su vida son las “conexiones”, escuando comienzan a marcar sus distancias y diferencias con los mayores. Así entran a la última etapa, la de “conflicto”, que se da entre los 11 y los 13 años. Su introducción al mundo real es inminente y comienzan a imitar a los adultos.
Walter Thompson señala, además, ciertas actitudes características de las diversas etapas. Entre ellas tenemos la imitación, esto es, los niños copian las actitudes de los adultos porque quieren ser grandes y tener su propia versión de la madurez. La actitud de “tropa” es el sentido de pertenencia a un grupo de niños de la misma edad, donde se busca impresionar a los demás haciendo cosas que hacen los adultos. De esa manera pretenden lograr la aceptación del grupo. Asimismo se da una conducta de atrevimiento y es cuando irradian indepen dencia y rebeldía, gustan de lo nuevo y asumen retos importantes para mostrar sus habilidades en actividades deportivas o en juegos de video.
Finalmente, Walter Thomson reconoce que a través del conocimiento de aquello que los niños perciben y la identifi cación de sus constantes cambios, es como se aplica la “mercadotecnia de los chavos”, con la cual se busca tener grandes posibilidades de éxito en los mensajes publicitarios a ellos dirigidos.
Una cosa es cierta, la combinación de elementos en los mensajes publicitarios, programas televisivos, videos de música ejercen una poderosa influencia en la mente de los espectadores. Así, tenemos que el popular programa educativo infantil Plaza Sésamo se ha servido de la combinación de música, palabras e imágenes llenas de colorido para enseñar a los niños a leer, escribir y despertar la conciencia de unos por otros. El éxito alcanzado por Plaza Sésamo nos muestra que los niños efectivamente aprenden de los modelos que se les presentan.
Lamentablemente, esta fórmula no siempre es usada para sembrar valores positivos en la mente y el corazón de niños y adolescentes.
Aquí cabría preguntarnos, ¿qué seguridad tenemos de que los “mensajes” que reciben nuestros hijos a través de la televisión, el cine, los juegos de video, son los más apropiados? ¿El hecho de que los niños hoy en día prefieran a un personaje más siniestro como Pegajoso en lugar de Gasparín, no tendrá que ver con las escenas cada vez más explícita de las películas de horror? ¿Podemos quedarnos tranquilos y pensar que se trata tan sólo de un cambio de actitud “normal” como lo considera la agencia publicitaria?
La noche de HALLOWEEN brinda a los niños la oportunidad de asumir varias de las actitudes descritas en el estudio de merca dotecnia de Walter Thompson — disfrazarse, llevar a cabo fantasías, imitar a los adultos. Pues bien, los disfraces y símbolos que inocentemente utilizan los niños en la noche de HALLOWEEN tienen un significado particular de acuerdo a la celebración de Samain de los celtas. En efecto:
. • pedir golosinas era algo que los celtas hacían la noche deSamain, intercambiando comida a cambio de la protección de los espíritus. No hacerlo resultaba en una maldición de los demonios;
. • las calabazas decoradas provienen de la costumbre celta deesculpir caras de espíritus demoníacos que originalmente hacían en nabos y tiempo después en calabazas. Así, fabricaban lámparas con calabazas esculpidas y con cráneos que iluminaban y colocaban a la entrada de sus casas como signo de que sus moradores eran adoradores de los demonios y por tanto, recibirían recompensas de los espíritus y demás visitantes que se presentaran el día de Samain;
. • las fogatas, tan populares en HALLOWEEN, tienen su origen en una de las prácticas más terribles de los druidas durante su celebración de Año Nuevo: el sacrificio de seres humanos. Niños y adultos eran arrojados a enormes fogatas, mientras los druidas danzaban y cantaban alrededor. Al amanecer sólo quedaban cenizas y huesos, de ahí el término “fogatas de huesos”;
. • los gatos negros, según los druidas, eran espíritus de muertosque en vida fueron personas malvadas y que tenían poderes sobrenaturales;
. • pescar manzanas era parte de la celebración y concretamenteuna ceremonia sexual de adivinación para la fertilidad;
. • las escobas y sombreros de brujas que suelen portar los niñosque recorren los vecindarios la noche de HALLOWEEN son utilizadas en ceremonias de brujería para transformar en fuerza psíquica la energía sexual liberada durante el orgasmo.
¿Cómo afecta todo esto a los niños?
La respuesta podríamos encontrarla en el siguiente incidente. Hace algún tiempo, la célebre columnista norteamericana Anne Landers recibió la carta de un preocupado padre de familia acerca de la fiesta de HALLOWEEN. En dicha misiva, él escribía acerca de una tarea que un maestro dejó a sus alumnos de 4º grado y que consistió en hacer un ensayo sobre lo que más les gustaría hacer la noche de HALLOWEEN — el 80% de los alumnos de 9 años respondió que tendría ganas de matar a alguien.
Cabe señalar, que según una investigación realizada en los Estados Unidos, HALLOWEEN es la fiesta a la que mayores esfuerzos dedican las escuelas públicas en su preparación, incluso más que para la Navidad y la Pascua. Pero el atractivo que HALLOWEEN ejerce en la comunidad ha llegado incluso a las escuelas parroquiales y a las mismas parroquias. El hecho es que, de manera consciente o inconsciente, la sociedad entera participa en una celebración que propicia prácticas ocultistas condenadas por la Biblia. Recordemos lo que dice el libro del Deuteronomio:
“Cuando hayas entrado en la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones. No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia, ningún encantador o consultor de espectros, ni adivino, ni evocador de muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y, por causa de estas abominaciones, desaloja Yahveh tu Dios a estas naciones delante de ti” (Dt 18, 9-15).
El Catecismo de la Iglesia es también muy claro en lo que se refiere a la adivinación, la magia y las prácticas supersticiosas:
— “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone “desvelan” el porvenir (cf. Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de “visión”, el recurso a mediums, encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Está en contradicción contra el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.” (#2116)
— “Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo – aunque sea para procurar la salud– son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él.” (#2117)
Sabiendo que la Palabra de Dios demanda a los cristianos abstenerse de llevar a cabo prácticas ocultas y tomando en cuenta lo que la Iglesia nos dice al respecto, ¿no resulta incongruente que las familias cristianas celebremos como los paganos la fi esta de HALLOWEEN? El efecto que esta incongruencia tendrá a la larga en nuestros niños y jóvenes no puede ser otro que el de volverse indiferentes a nuestra religión y, probablemente, el de acostumbrarse desde temprana edad a despreciar la palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia.
¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos?