Tu matrimonio como Dios lo pensó
Contén la emoción. Comentario para Matrimonios: Mateo 11, 11-15
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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 11-15
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
El que tenga oídos, que oiga».
Contén la emoción.
Los profetas tenían el encargo de la revelación que Dios quería transmitir a Su pueblo. Juan el Bautista fue el último de los profetas, y después, toda la revelación se condensa y se completa a través de Jesucristo, que es el gran Profeta con mayúsculas, el culmen de la revelación que se completa en Él, Palabra de Dios.
Todos los mensajes posteriores, no hacen sino iluminar o realzar esta revelación que culmina en Cristo Jesús.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Joaquín: ¿Te das cuenta Teresa de la bendición que tenemos por ser hijos de la Revelación?
Teresa: Tienes razón, Joaquín. No hay nada peor que caminar a oscuras y sin rumbo. Imagina que no supiésemos lo que ayuda a nuestro matrimonio y lo que no, lo que ayuda a los hijos y lo que no, lo que nos construye y lo que nos destruye.
Joaquín: Y con suerte, aprender a base de caídas. Qué penilla que haya matrimonios que se resisten a conocer la verdad del matrimonio.
Teresa: Qué dolor que haya gente que tergiversa la verdad del matrimonio y la enseña a su manera.
Joaquín: Siento la necesidad de postrarme aquí mismo y dar gracias a Dios por el don tan grande de la Revelación.
Teresa: ¿Aquí, Joaquín? Pero si vamos en el metro.
Joaquín: Tienes razón, Teresa. Perdona, es que hoy como nunca he tomado conciencia de lo que supone caminar en la vida con la luz de la Palabra y experimentaba el impulso brutal de dar gracias a Dios.
Teresa: Me encanta, Joaquín, pero contente hijo, contente... Jajaja.
Joaquín: Lo intento, Teresa, lo intento. Pero no te prometo nada... Jajaja.
Madre,
Gracias, gracias, gracias por traer la Luz al mundo. Alabado sea el que es Palabra de Dios.