La Piedad de Miguel Ángel vuelve a estar a la vista y, al mismo tiempo, mejor protegida. Ante la llegada del Jubileo se decidió mejorar su seguridad. Se sustituyó en panel que la separaba del público por otro de nueve láminas de vidrio antibalas. La protección de una de las joyas del Vaticano importa mucho y en el pasado ya hubo algunos sustos, cuando en 1972 un hombre la dañó a martillazos.