Décimo Mandamiento
EL DÉCIMO MANDAMIENTO: No codiciarás los bienes ajenos.
465 ¿Qué actitud debe adoptar un cristiano ante
la propiedad ajena?
Un cristiano debe aprender a distinguir los deseos razonables de los injustos e irrazonables y adquirir una actitud interior de respeto ante la propiedad ajena.
[2534-2537, 2552]
No codiciarás los bienes de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo. Éx 20,17
Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes. Le 12,15
De la avidez provienen la codicia, el robo, la rapiña y el fraude, la violencia y la injusticia, la envidia y el deseo ilimitado por apropiarse de los bienes ajenos.
Pues así como el óxido corroe el hierro, así corroe la envidia el alma que la padece.
SAN BASILIO MAGNO, en su Regla
466 ¿Qué es la envidia y cómo se puede luchar contra ella?
La envidia es disgusto y enfado ante el bienestar de otros y el deseo de apropiarse indebidamente de lo que otros tienen. Quien desea el mal de otro, peca gravemente. La envidia decrece cuando uno se esfuerza por alegrarse cada vez más de los éxitos y los dones de otros, cuando se cree en la providencia amorosa de Dios también para uno mismo y cuando se orienta el corazón hacia la verdadera riqueza. Ésta consiste en que por medio del Espíritu Santo tenemos ya parte en Dios. [2538-2540, 2553-2554]
No odiara nadie. No ser nunca celoso. No actuar por envidia. No buscar pelea. Huir de la
arrogancia. SAN BENITO DE NURSIA, en su Regla
Ni siquiera Dios podría hacer algo por quien no le deja espacio en su vida. Hay que
estar totalmente vacío para dejarle entrar, de modo que haga lo que quiera.
SANTA TERESA DE CALCUTA
467 ¿Por qué nos exige Jesús la «pobreza de corazón»?
«El cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8,9). [2544-2547, 2555-2557]
También Los jóvenes experimentan el vacío interior. Pero sentirse así de pobre no es sólo negativo. Sólo necesito buscar con todo el corazón a quien puede llenar mi vacío y convertir mi pobreza en riqueza. Por eso dice Jesús: «Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).-» 283-284
El abismo infinito en el hombre sólo puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable, es decir, por Dios mismo. BLAISE PASCAL
468 ¿Qué es lo que el hombre debería desear más ardientemente?
El anhelo último y mayor del hombre sólo puede ser Dios. Contemplarle a él, nuestro Creador, Señor y Redentor, es la felicidad sin fin. [2548-2550,2557] -> 285