Sus reliquias, en el altar que regaló su madre
Beato Vicente Montserrat Millán
Una vez más, encontramos los datos del sacerdote mártir Vicente Montserrat, beatificado en Almería el pasado 25 de marzo en la web de dicho Obispado. Vicente nació en Lorca, 6 de enero de 1904. En la Iglesia Parroquial de san Mateo de su murciana ciudad natal fue bautizado a los cuatro días de su nacimiento. Con tan sólo diez años, en 1914, ingresó en el Seminario de san Fulgencio de Murcia. Al establecer su padre, comerciante de profesión, un nuevo negocio en Almería la familia se trasladó y él concluyó sus estudios en el Seminario de san Indalecio.
El 2 de junio de 1928, en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar, fue ordenado presbítero por el Obispo fray Bernardo Martínez Noval. Para celebrar su primera Misa regresó a Lorca, festejándola con enorme gozo en su Parroquia natal. Durante los primeros tres años de su ministerio fue Coadjutor de Cantoria. En 1931 obtuvo licencia para tomar posesión de la capellanía oscense de Villanueva de Sigena y administrador de la finca Cuarto bajo del Sisallar.
Doña Antonia, su hermana, recordaba:
« Mi hermano desde que era pequeño quería ser sacerdote e ingresó en el Seminario. Era buenísimo, buen estudiante. No dieron nunca queja de él sus superiores. No era una persona agarrada al dinero, era más bien desprendido. Cuando celebraba la Misa, al salir, entregaba el estipendio a una gitana que pedía en la puerta».
La convulsión política de aquella comarca de Monegros era grande, prodigándose su celo pastoral entre sus feligreses para prepararlos a la inminente Persecución Religiosa. Él mismo, sabiéndose amenazado, pidió al Capellán del Real Monasterio de santa María de Sigena que le administrara los últimos sacramentos.
El 1 de agosto de 1936, tras celebrar la Santa Misa, fue detenido y trasladado al pueblo zaragozano de La Almolda. Nada más llegar, hacia las cuatro de la tarde, fue martirizado junto a las tapias del cementerio. Diez disparos y una puñalada colocaron sobre sus sienes, de treinta y dos años, la corona de los Mártires de Cristo.
Las reliquias a su parroquia de Lorca donde fue bautizado y celebró su primera misa
Como informaba, el 17 de mayo de 2017, La Opinión de Murcia “para que puedan recibir culto público, los restos del beato serán exhumados del cementerio lorquino de San Clemente y trasladados a la parroquia de San Mateo, el lugar donde fue bautizado y donde celebró su primera misa. Sus restos serán colocados en la capilla de San Vicente, cuyo retablo encargó la madre de Vicente Monserrat en 1928 como acción de gracias por la ordenación sacerdotal de su hijo", que sufrió el martirio, ocho años después, durante la persecución religiosa.
Sufrió el martirio en el pueblo zaragozano de La Almolda. Allí fue enterrado y sus restos fueron exhumados y trasladados a Lorca el 3 de junio de 1939.
Bajo estas líneas, detalle del nuevo sepulcro con una palma martirial.
La misa de acción de gracias tuvo lugar, como puede verse en la fotografía, el pasado 19 de mayo en la iglesia de San Mateo. A la izquierda de la foto, en el altar, la casulla de su primera misa. Y a la derecha, la urna con sus restos.
Una vez más, encontramos los datos del sacerdote mártir Vicente Montserrat, beatificado en Almería el pasado 25 de marzo en la web de dicho Obispado. Vicente nació en Lorca, 6 de enero de 1904. En la Iglesia Parroquial de san Mateo de su murciana ciudad natal fue bautizado a los cuatro días de su nacimiento. Con tan sólo diez años, en 1914, ingresó en el Seminario de san Fulgencio de Murcia. Al establecer su padre, comerciante de profesión, un nuevo negocio en Almería la familia se trasladó y él concluyó sus estudios en el Seminario de san Indalecio.
El 2 de junio de 1928, en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar, fue ordenado presbítero por el Obispo fray Bernardo Martínez Noval. Para celebrar su primera Misa regresó a Lorca, festejándola con enorme gozo en su Parroquia natal. Durante los primeros tres años de su ministerio fue Coadjutor de Cantoria. En 1931 obtuvo licencia para tomar posesión de la capellanía oscense de Villanueva de Sigena y administrador de la finca Cuarto bajo del Sisallar.
Doña Antonia, su hermana, recordaba:
« Mi hermano desde que era pequeño quería ser sacerdote e ingresó en el Seminario. Era buenísimo, buen estudiante. No dieron nunca queja de él sus superiores. No era una persona agarrada al dinero, era más bien desprendido. Cuando celebraba la Misa, al salir, entregaba el estipendio a una gitana que pedía en la puerta».
La convulsión política de aquella comarca de Monegros era grande, prodigándose su celo pastoral entre sus feligreses para prepararlos a la inminente Persecución Religiosa. Él mismo, sabiéndose amenazado, pidió al Capellán del Real Monasterio de santa María de Sigena que le administrara los últimos sacramentos.
El 1 de agosto de 1936, tras celebrar la Santa Misa, fue detenido y trasladado al pueblo zaragozano de La Almolda. Nada más llegar, hacia las cuatro de la tarde, fue martirizado junto a las tapias del cementerio. Diez disparos y una puñalada colocaron sobre sus sienes, de treinta y dos años, la corona de los Mártires de Cristo.
Las reliquias a su parroquia de Lorca donde fue bautizado y celebró su primera misa
Como informaba, el 17 de mayo de 2017, La Opinión de Murcia “para que puedan recibir culto público, los restos del beato serán exhumados del cementerio lorquino de San Clemente y trasladados a la parroquia de San Mateo, el lugar donde fue bautizado y donde celebró su primera misa. Sus restos serán colocados en la capilla de San Vicente, cuyo retablo encargó la madre de Vicente Monserrat en 1928 como acción de gracias por la ordenación sacerdotal de su hijo", que sufrió el martirio, ocho años después, durante la persecución religiosa.
Sufrió el martirio en el pueblo zaragozano de La Almolda. Allí fue enterrado y sus restos fueron exhumados y trasladados a Lorca el 3 de junio de 1939.
Bajo estas líneas, detalle del nuevo sepulcro con una palma martirial.
La misa de acción de gracias tuvo lugar, como puede verse en la fotografía, el pasado 19 de mayo en la iglesia de San Mateo. A la izquierda de la foto, en el altar, la casulla de su primera misa. Y a la derecha, la urna con sus restos.
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