Viernes, 01 de noviembre de 2024
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La palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió
Yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia
A todo sarmiento mío que da fruto lo poda, para que dé más fruto
Sabed que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago
El Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios
El que cree en mí, hará las obras que yo hago, y aún mayores
Ésta es la voluntad de mi Padre: que no pierda nada de lo que me dio
Hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces
Tenéis que nacer de nuevo. Así es todo el que ha nacido del Espíritu
Reinará en la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin
Éstos signos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías
Al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron
Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado encima y pan
En su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados
¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las Escrituras?
Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro
Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies
No habían entendido que él había de resucitar de entre los muertos.
¡Oh lastimada mujer! Sola y desamparada ¿Con quién te consolarás?
Con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua
Les lava los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla
El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar
Judas, después de tomar el pan, salió enseguida. Era de noche.
José, su esposo, que era justo, hizo lo que le mandó el ángel
Amar a Dios y al prójimo: no hay mandamiento mayor que éstos
Quería llenar su estómago con las algarrobas que comían los cerdos
Ningún mortal te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo
Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de sí mismo
Cuidad de no hacer el bien en público solo para que la gente os vea
Se extrañó de su falta de fe. Y recorría los pueblos enseñando
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