Su caso ha dado la vuelta al mundo y abre el debate sobre la eutanasia encubierta
Muere Vincent Lambert tras 9 días sin alimentación ni hidratación: «Es un asesinato encubierto»
Vincent Lambert ha fallecido este jueves a las 8.24 horas, nueve días después de que los médicos del Hospital de Reims, encabezados por Vincent Sánchez, le retiraran la alimentación y la hidratación para dejarle morir de hambre y sed.
Este enfermero tenía 42 años y sus padres han intentado por todas la vías legales e incluso diplomáticas posibles que el Estado francés no acabara con la vida de una persona que no estaba en estado terminal ni padecía una enfermedad incurable. Lambert se encontraba en un estado de mínima conciencia tras un grave accidente que sufrió en 2008. Tenía una dependencia absoluta pero podía continuar viviendo recibiendo simplemente los cuidados a los que tiene derecho cualquier enfermo, y que incluía el ser alimentado e hidratado.
El debate sobre la eutanasia encubierta
Este caso y la larga batalla judicial que hay detrás vuelve a poner de manifiesto la “eutanasia encubierta” que se le ha aplicado en contra de la opinión de sus padres y con el apoyo de la Justicia en un país en el que la eutanasia no es legal.
La madre de Vincent Lambert ha acudido a todas las instancias judiciales y organismos nacionales e internacionales que podían ayudar a salvar la vida de su hijo
Precisamente, los padres recurrieron a todas las instancias judiciales disponibles como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos e incluso a un comité de la ONU para personas discapacitadas, que llegó a pedir al gobierno francés que tomara las medidas necesarias para que se mantuviera con vida a Lambert mientras estudiaban el caso.
Pero al no considerarlo una decisión vinculante, Francia decidió seguir adelante hasta que finalmente ha acabado con la vida de este enfermero psiquiátrico, cuyo caso ha dado la vuelta al mundo.
¿Qué pasará con los otros Vincent Lambert?
Ahora la pregunta que muchos se hacen es qué pasará con pacientes con casos parecidos a los de Lambert. En Francia hay unas 2.000 personas con características similares y que pueden seguir su misma suerte una vez que la Justicia y el Estado francés han abierto la puerta a que puedan ser dejados morir pese a no ser enfermos terminales.
Una vez que el proceso para dejar que muriera era irreversible, los padres de Vincent Lambert, católicos practicantes, dijeron que esta muerte "se la han impuesto tanto a él como a nosotros. Aunque no la aceptamos, no podemos más que resignarnos en el dolor y en la incomprensión, pero también en la Esperanza". Tras agradecer a todos el apoyo y las oraciones "durante todos estos años", ya solo piden acompañar a Vincent "en la dignidad y el recogimiento".
"Es un asesinato"
Sin embargo, esta confianza basada en la fe no es óbice para que denuncien lo que le han hecho a Vincent. El pasado 7 de julio, su padre, Pierre, decía que "esto es un asesinato encubierto, una eutanasia".
Una vez que se ha conocido la noticia, el portavoz de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha hecho una declaración oficial en la que ha asegurado que "recibimos con dolor la noticia de la muerte de Vincent Lambert. Oramos para que el Señor lo reciba en su casa y expresamos nuestra cercanía con sus seres queridos y con aquellos que, hasta el final, se han comprometido a ayudarlo con amor y dedicación”.
“Recordemos y reiteremos lo que dijo el Santo Padre, interviniendo en este doloroso asunto: ‘Dios es el único maestro de la vida desde el principio hasta el fin natural y es nuestro deber cuidarlo siempre y no ceder a la cultura del descarte’", ha añadido la Santa Sede.
El propio Papa Francisco escribió este miércoles también un mensaje en Twitter haciendo clara alusión a Lambert y en el que decía: “Oremos por los enfermos que son abandonados hasta dejarlos morir. Una sociedad es humana si protege la vida, toda vida, desde el inicio hasta su fin natural, sin decidir quién es digno o no de vivir. ¡Que los médicos ayuden la vida, no la quiten!”.
Oremos por los enfermos que son abandonados hasta dejarlos morir. Una sociedad es humana si protege la vida, toda vida, desde el inicio hasta su fin natural, sin decidir quién es digno o no de vivir. ¡Que los médicos ayuden la vida, no la quiten!
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 10 de julio de 2019
Igualmente, ante su inminente muerte, que finalmente se ha producido este jueves, el arzobispo de París, el también médico Michel Aupetit, pidió a todos los sacerdotes de su diócesis que ofrecieran las misas de estos días por este hombre francés.
"Obstinación irracional" en matar a Lambert
Numerosos médicos y juristas se han manifestado en contra durante este tiempo de que se acabara con la vida de Vincent Lambert. Uno de ellos ha sido el doctor Xavier Ducrocq, profesor de Neurología en la Universidad de Lorraine, jefe del servicio de Neurología en el Centro Hospitalario Regional de Metz-Thionville y antiguo presidente del Comité de Ética del Hospital de Nancy. Entre otras consideraciones ha recordado que este paciente no estaba “en modo alguno en estado terminal”, que su situación era “totalmente distinta al coma o a la muerte cerebral” y que no podía haber “ensañamiento terapéutico alguno porque no estaba sometido a ningún tratamiento”.
Por ello, el doctor Ducrocq considera que ha existido una "obstinación irracional" en matar a Vincent que no tiene razones médicas, sino ideológicas: "Algunos consideran que una vida como la suya no merece ser vivida. Vincent Lambert se ha convertido en protagonista de un combate ideológico por la eutanasia y el suicidio asistido. Cierta medicina todopoderosa rechaza tener límites y, cuando no puede eliminar la enfermedad, prefiere eliminar al enfermo. Está en marcha una cierta forma de eugenesia".
Se está abandonando, lamenta, "la medicina hipocrática, respetuosa con la vida, que rechaza provocar deliberadamente la muerte. En vez de apoyar humildemente a las personas y acompañarlas en la prueba, se les dice que son demasiado molestas y costosas. Y las garantías jurídicas suponen un retorno a la barbarie, porque ya no protegen a los más vulnerables".
Por su parte, casi cien juristas, entre los que se encontraban magistrados, profesores universitarios y abogados, pidieron en un comunicado que se mantuviera con vida a Lambert apelando a que en su caso no era admisible que se le dejara morir.