Lunes, 30 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Pablo Cervera entrevista a Santiago Calvo, su secretario durante 43 años

«Don Marcelo ha estado de moda siempre, el tiempo le ha dado la razón», asegura su biógrafo

Santiago Calvo, el 16 de enero de 2018, durante una conferencia sobre Don Marcelo en la catedral de Toledo, con motivo del centenario de su nacimiento.
Santiago Calvo, el 16 de enero de 2018, durante una conferencia sobre Don Marcelo en la catedral de Toledo, con motivo del centenario de su nacimiento.

Pablo Cervera Barranco

Hace cincuenta años, una Carta pastoral de un obispo español dio la vuelta al mundo: Un seminario nuevo y libre. Su autor: el cardenal arzobispo de Toledo y primado de España, Don Marcelo González Martín. Desde aquellas directrices, tras la cruz, siempre fecunda, vivida en Barcelona, se han formado durante estas décadas centenares de sacerdotes y obispos esparcidos por todo el mundo.

La ocasión no puede ser más propicia para la esperadísima publicación de esta biografía del prelado vallisoletano. Aparece estos días en la Editorial Homo Legens el primer tomo de esta monumental biografía de la mano de un testigo de excepción: Santiago Calvo, fiel secretario de Don Marcelo durante cuarenta años. En la tarea le han ayudado José Luis García GalánAlberto González Chaves. La memoria descomunal de Don Santiago y el archivo cuidadosamente ordenado e investigado por José Luis García Galán hacen que esta biografía sea un documento de gran importancia para la Iglesia española y universal del siglo XX.

Conversamos con Don Santiago sobre esta obra a la que, por petición del actual arzobispo de Toledo, Francisco Cerro (autor de un gran prólogo), accedí para leerla por completo y emitir la censura eclesiástica. Puedo asegurar que la biografía se devora, por el interés del personaje, por la agilidad de la redacción, por la cantidad de detalles que nos hacen descubrir infinidad de cosas de la Iglesia del siglo XX.

En su momento solicité a Don Marcelo que escribiera sus Memorias, pues nuestra generación tenía derecho a saber lo que había pasado en la Iglesia en España. Rehusó la invitación remitiendo todo a la gloria de Dios. Este libro no son sus Memorias pero es la Memoria de alguien que fue su "escudero" durante décadas

-Don Santiago, ¿qué le viene a la cabeza al tener ya el primer tomo de esta biografía?

-Antes que a la cabeza, el libro me ha llegado al corazón. Este libro es el trabajo de muchos años, hecho con respeto a la verdad y con la mayor ilusión.

»Después me ha venido a la cabeza, que al dar conocer la vida y la obra de Don Marcelo, se presenta una parte de la Iglesia y de España, en una época muy intensa, con muchos cambios y transiciones que nos ha tocado vivir y que conviene no olvidar. Es obra de tres autores, que hemos trabajado con la misma ilusión y el mismo fin de dar a conocer la vida y la obra de Don Marcelo. 

-Resulta curioso el título… ¿Navegante? ¿Un hombre de la Castilla más recia?

-Cuando el autor de varios libros conoció el manuscrito, se extrañó del subtítulo "navegante" y me dijo que no se lo explicaba, a no ser que hubiera navegado por el Canal de Castilla. Yo le expliqué la razón: en la carta que el Papa San Juan Pablo II dirigió a Don Marcelo en el vigesimoquinto aniversario de su ordenación episcopal, compara su vida con una travesía por el mar y le dice que ya sabe que "no siempre has navegado por aguas tranquilas"...

Portada de 'Don Marcelo'.

'Don Marcelo. Navegante y sembrador' es el primer tomo de la biografía del histórico arzobispo de Toledo.

»Luego si el Papa dice "has navegado" es que fue "navegante", aunque lo sea en un sentido figurado como lo es el otro subtítulo de "sembrador", porque Don Marcelo no salió con un costal al hombro a sembrar a voleo por las tierras de Villanubla. 

-Este primer volumen abarca desde la infancia hasta los días con Pablo VI. ¿Qué es lo más destacado, en su opinión? 

-No es fácil resumir cada etapa en pocas palabras. En esta primera etapa de su vida yo resaltaría un detalle de su carácter, que iba a desarrollar después en su vida: la libertad para actuar, entonces a la manera de niño, y después en una crisis de juventud, después el gran acierto de ir al seminario-universidad Comillas a perfeccionar el estudio de Humanidades y la Teología. Ya mayor, manifestó la obediencia sincera al mandato de su superior, que tuvo que ejercitar, aunque ante algunas negativas de su prelado, y también señalo su entrega total al servicio sacerdotal, desarrollando sus actividades en diversos campos y con toda clase de personas. 

-El texto carece de notas, pero está respaldado por todo un archivo que Don Marcelo le encomendó a usted.

-Pues sí, tienes toda la razón. Pero hay que tener en cuenta que el libro ya es bastante amplio y si los autores hubiéramos puesto notas de los distintos documentos que hemos consultado y de los detalles de las anécdotas personales que yo viví, necesitaríamos hacer otros dos tomos, y eso para una biografía es imposible. 

-El año pasado se publicaba una de las tesis más importantes sobre Don Marcelo de la que dimos cuenta aquí: El alma católica de España, ¡ya en segunda edición! Ahora aparece esta biografía. ¿Está Don Marcelo de moda? ¿Cuántos años tienen que pasar para hacer justicia a un obispo en la Iglesia en España? 

-Unos días después de hacerse público que yo me iba con Don Marcelo a la diócesis de Astorga, me encontré con un compañero mío del seminario y nada más verme me dijo: "¿Así que te vas con Don Marcelo, el obispo de moda?". A mí me sorprendió esa exclamación, pero a través de los años me he dado cuenta que Don Marcelo ha estado de moda siempre, para bien o para mal. Nunca su presencia física o en cualquier otro modo, pasó desapercibida, para recibir alabanzas o vituperios. Fue piedra de escándalo, como dijo el profeta Simeón de Nuestro Señor Jesucristo, el Maestro y modelo más grande que ha existido y puede haber.

Portada de 'El alma católica de España'.

El sacerdote Gonzalo Pérez-Boccherini Stampa publicó en 2023 un análisis exhaustivo sobre el pensamiento de Don Marcelo.

»Que ahora se vuelva a hablar con frecuencia de él, seguro que será ocasión para que unos le recuerden con cariño y admiración, y otros le miren de otras maneras. Lo que sí recuerdo es que cuando escribió las dos cartas pastorales más famosas, la del Seminario y la del referéndum sobre la Constitución, tuvo ataques tremendos.

»Su reacción cuando escribió sobre Un seminario nuevo y libre fue: "Veremos dentro de 40 años lo que ha pasado con los seminarios que han tomado a la ligera la doctrina del Concilio Vaticano II y lo que pasa con el de Toledo, si es fiel a esta doctrina, y veremos cuántos curas han salido de este seminario y de los que ahora se consideran muy modernos". Cuando escribió la carta pastoral sobre el referéndum para la Constitución y le dijeron de todo, menos "bonito", se limitó a decir: "Ojalá me haya equivocado, pero veremos las consecuencias que va a traer el tomar a la ligera cosas tan importantes para la vida moral de España". El tiempo le ha dado la razón y, por desgracia, no se equivocó en lo que dijo en ninguna de estas dos ocasiones. 

-Usted le acompañó desde el principio de su episcopado. ¿Cómo fue Astorga?

-La cosa fue muy fácil. Poco después de ser nombrado obispo de Astorga, Don Marcelo buscaba un sacerdote de Valladolid que pudiera y quisiera acompañarle como secretario. Buscó ayuda en el vicario general del arzobispado de Valladolid, don Modesto Herrero, compañero y amigo suyo desde los primeros años del seminario, y don Modesto le indicó mi nombre, cuando yo terminaba mis años de seminario en la Universidad de Comillas.

»Me fui con don Marcelo, primero por un año para probar; después vino el Concilio, me llevó con él a Roma en las cuatro etapas. Al terminar el Concilio yo estaba pensando en irme como capellán castrense, pero vino su nombramiento para Barcelona y me pidió, casi llorando, que no le dejara en esa ocasión. Yo le dije que nunca le abandonaría y menos en esos momentos difíciles, mientras él quisiera que yo estuviese a su lado y así… 43 años, hasta que murió.

Santiago Calvo muestra fotos de su archivo de Don Marcelo.

Además de un tesoro inagotable de recuerdos, Don Santiago conserva un extraordinario archivo sobre la vida de Don Marcelo.

-Asistió a todas las sesiones de Concilio Vaticano II con intervenciones destacadas…

-Yo le acompañé en las cuatro etapas y pude entrar y estuve presente, dentro del aula conciliar en la Basílica de San Pedro, en todas las sesiones de las etapas tercera y cuarta. Presencié muy de cerca sus intervenciones.

»En la primer etapa ya tuvo una intervención muy interesante, con un detalle importante que pasó desapercibido. La más llamativa fue la segunda intervención que tuvo ya en la segunda etapa. Esta intervención fue alabada públicamente por el Papa San Pablo VI, que hasta entonces no le conocía. Tuvo otras cinco intervenciones, una de ellas, muy difundida y alabada sobre la ayuda que deben prestar las diócesis pudientes en recursos humanos y económicos a las diócesis más necesitadas. 

Don Marcelo, en la Plaza de San Pedro durante las sesiones del Concilio Vaticano II.

Don Marcelo, en la Plaza de San Pedro durante las sesiones del Concilio Vaticano II.

-De Astorga a Barcelona. ¿Fue todo tranquilo?

-Hubo de todo. Fue un cambio muy movido y discutido, realizado por voluntad personal del papa San Pablo VI, que empezó a fijarse en él y a seguir sus pasos hasta que le nombró arzobispo de Barcelona, contra la voluntad de don Marcelo. En Astorga lo sintieron mucho; en Barcelona, la mayor parte se alegró; a bastantes les daba igual un obispo que otro. Salieron a relucir grupos muy curiosos por su procedencia, que protestaron. A los catalanistas, que hacían profesión de su catolicismo, que fueron los promotores de la oposición y de los conflictos, se unieron otros, incluidos los que se declaraban descaradamente ateos. Movieron todos los resortes para intentar obligarle primero a que no fuera a tomar posesión y después a ponerle toda clase de obstáculos, utilizando todos los medios posibles para hacerle la vida imposible, primero como arzobispo coadjutor y después como arzobispo residencial, invocando que había sido nombrado por Franco contra la voluntad del Papa, lo cual era completamente falso

-¿Cómo vivió y puso en práctica Don Marcelo el postconcilio?

-Asistió a todas, absolutamente a todas las sesiones conciliares y participó en las tareas que tuvo a mano; ya durante la celebración del Concilio empezó a preparar el plan para aplicar todo lo en el Vaticano se había tratado y acordado, primero en Astorga, donde no tuvo tiempo de realizar el plan proyectado porque dos meses después de terminar el Concilio le llegó el traslado a Barcelona.

»En Barcelona estaba el ambiente muy revuelto tiempo atrás, por el ambiente creado por grupos que se opusieron al nombramiento, a los que se unieron de otros grupos que venían incordiando contra el episcopado español y de manera especial contra el arzobispo de Barcelona, culpando a los obispos de la situación en que se encontraba España en todos los órdenes.

»A pesar de ese ambiente, hostil en grupos no numerosos, pero bien organizados y experimentados en crear problemas, puso en marcha muchos de los proyectos del Concilio: Instituyó los Consejos Presbiteral y Pastoral, renovó el Colegio de Párrocos, reorganizó el seminario, donde habían hecho la vida imposible a cinco rectores en los seis últimos años, nombró rector a uno que consideraban cercano a sus ideas, Ramón Torrella, residente en Madrid y consiliario nacional de los jóvenes de Acción Católica, que había estado suspendido a divinis por el obispo de Madrid-Alcalá.

»Logró el nombramiento de cuatro obispos auxiliares catalanes. Creó más de cincuenta parroquias nuevas, promovió estudios minuciosos sobre la distribución de zonas pastorales con cuatro demarcaciones, fundamento de la división de la diócesis que después se hizo, logró una gran coordinación entre sacerdotes y religiosos en el campo de la enseñanza y de la pastoral ordinaria, comenzó la realización de las obras de restauración de la catedral, recorrió varios cientos de parroquias y lugares del centro y de la periferia de Barcelona, predicó cientos de sermones y conferencias en diversos sitios y ante los más distintos auditorios. Fue una época de un esfuerzo inmenso y de realización de obras muy importantes, muchas de las cuales siguen vigentes.

-De Barcelona a Toledo. Aquí acaba este primer volumen. ¿Qué recuerdos tiene?

-A Toledo vino al segundo intento del Papa, que quiso que viniera cuando falleció, en julio de 1968, el cardenal Pla y Deniel, pequeño de estatura y de una grandeza enorme en el aspecto espiritual y humano, pero el Gobierno se opuso, y siguió en Barcelona. Después, cuando falleció en mayo del año 1971 el arzobispo de Madrid, monseñor Casimiro Morcillo, el Papa San Pablo VI quiso que fuera de arzobispo a Madrid, y nuevamente el Gobierno se opuso, porque tenía otro candidato, y lo más que cedió fue que viniera a Toledo, donde Don Marcelo se encontró feliz, y adonde llegó pleno de energías y experiencias, con 54 años recién cumplidos. Desplegó todas sus facultades, trabajó hasta agotar sus grandes energías hasta que, como consecuencia de lo acordado por el Concilio presentó la renuncia al Papa, al cumplir los 75 años de edad, y fue relevado cuando ya había pasado los 77.

-¿Para cuando el segundo volumen? Lo esperamos con sumo interés y esperamos poder reencontrarnos entonces para seguir desgranando la biografía de este gigante de la Iglesia católica. 

-Pues con exactitud no lo sé. El plan es que salga para Semana Santa. Está redactado y entregado a la imprenta, casi en su totalidad, falta un índice onomástico que estamos haciendo, para completar la obra. El segundo tomo está dedicado en su mayor parte al trabajo, siendo arzobispo de Toledo, con una parte al final dedicada a los años de jubilado y el fallecimiento.

-Muchas gracias, Don Santiago, por su memoria y el tiempo que nos ha brindado. Feliz día del santo patrono de Toledo, San Ildefonso.

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