Gonzalo Pérez-Boccherini publica «El alma católica de España» en el pensamiento del cardenal
Don Marcelo «anticipó que, sin la fe, España iba hacia una sociedad psicológicamente deshecha»
Fue monaguillo mío, en los inicios de mi sacerdocio porque vivíamos en la misma parroquia en Madrid. Hoy es doctor en teología. Gonzalo Pérez-Boccherini es sacerdote de la diócesis de Getafe (son dos hermanos sacerdotes) y ejerce su ministerio como párroco en la parroquia de San Carlos Borromeo, en Villanueva de la Cañada.
Acaba de publicar un resumen de su tesis doctoral (el original eran 1.500 páginas) que ha reducido a casi mil por caridad hacia los lectores: El alma católica de España. El pensamiento del Cardenal Primado Marcelo González Martín (Homo Legens-Instituto Teológico San lldefonso). Ser párroco e investigador doctoral tiene un gran mérito. Pocos lo pueden hacer compatible. Así que, al mérito académico, habría que añadir también este.
Gonzalo Pérez-Boccherini.
Personalmente he estado implicado con gran gusto y entrega en la preparación de la publicación de este trabajo, defendido brillantemente en la Universidad San Dámaso de Madrid hace unos meses. Por cariño y afecto hacia él y, evidentemente, por admiración y agradecimiento hacia el protagonista de la tesis, el cardenal Marcelo González Martín (1918-2004), que fue mi obispo y me ordenó sacerdote en Toledo. Ahora es momento de que nos dé a conocer algo de su trabajo.
-Ante todo, Gonzalo, muchas felicidades. Tener un "niño" es siempre motivo de alegría. La gestación fue larga y, hasta llegar al parto, los trabajos no han sido pocos. Tú madre desde el cielo sonreirá de contenta…
-Mi abuelo, Leopoldo Stampa, fue amigo de Don Marcelo en la Valladolid de los años 40, cuando él era un joven laico de la Acción Católica y el segundo un sacerdote recién ordenado. Con el tiempo uno llegó a ser un destacado político de la Transición y el otro Cardenal Primado. Mi madre me enseñó a quererles y me sentó a la mesa con ellos. Me apasionaba la profundidad con la que ambos conversaban sobre la historia católica de España. Como dices, han sido cinco años de investigación compartidos con una parroquia agotadora por su espectacular florecimiento. Agradezco a Dios que, mi madre, antes de fallecer hace 4 meses, llegase a tiempo de colocar en la librería del salón de casa los dos tomos de mi tesis doctoral…
Los hermanos Gonzalo y Jaime Pérez-Boccherini, hoy sacerdotes, el día 12 de febrero de 1997, en las bodas de oro de sus abuelos, celebradas por Don Marcelo.
-Gonzalo, ¿por qué Don Marcelo? ¿Por qué el "alma católica de España" como tema de tu tesis?
-Porque me fascina la visión de futuro que tuvo Don Marcelo. En su liderazgo eclesial en España fue un obispo que vio más que los demás, vio más allá que los demás y vio antes que los demás. Me entusiasma la libertad de este hombre y su amor a Jesucristo. En su carta pastoral ante el referéndum de la Constitución, por ejemplo, alertó sobre cinco carencias. Gobierno, periodistas y obispos arremetieron contra él. Hoy se ha visto que acertó en sus observaciones. Ahora, que proliferan las voces pidiendo una reforma del texto de 1978, sorprende la que le armaron por defender que el borrador del texto no era intocable.
-¿Qué grandes hitos de la historia de España jalonan tu investigación?
-Los principales son el pensamiento de Don Marcelo sobre el III Concilio de Toledo, el descubrimiento de América, el proceso del arzobispo Carranza, Laínez en el Concilio de Trento, el Tratado de Tordesillas, el Colegio de los Ingleses de Valladolid y el Guadalupe extremeño como santuario de la Hispanidad.
»También su visión sobre la Restauración y la Unión Católica en el siglo XIX, desde el sacerdocio de San Enrique Ossó. Luego afrontó el acercamiento del Primado al problema de las dos Españas, a los mártires de la Segunda República y la actuación del cardenal Gomá. Después entro -ya con Don Marcelo como actor y protagonista de la Historia- en la época de Franco, con sus relaciones no siempre fáciles con el Gobierno y la Nunciatura, la renovación del Concordato de 1953, el caso Añoveros, la campaña contra él volem bisbes catalans, y el Concilio Vaticano II.
»El último hito es la Transición y la democracia. Aquí analizo su criterio ante las elecciones de 1977, las duras polémicas con motivo de la Constitución de 1978, la ley del divorcio y la LODE [Ley Orgánica del Derecho a la Educación]. Por fin, su papel en el viaje de Juan Pablo II en 1982.
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-Tu trabajo es tremendamente serio y revela una gran cantidad de lecturas y de fuentes. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
-En el libro afirmo cuestiones muy graves y no hay un precedente en la materia, por lo que tratado de fundamentarlo con rigor. En las notas a pie de página cito 590 libros y artículos, 47 artículos de prensa, 65 homilías del cardenal que están sólo en audio, 14 cartas y despachos inéditos, y 18 entrevistas con Don Santiago Calvo, secretario personal de Don Marcelo, a quien estoy muy unido desde que me dio la Primera Comunión en la Catedral Primada en 1983. ¡Qué momentos tan felices he pasado en mis visitas a Toledo, donde hasta las piedras hablan!
-La catolicidad de España ¿es una utopía en los tiempos que corremos o en ella se debate la raíz y pervivencia de nuestra historia?
-El Primado entendió que España había sido grande en la Historia cuando los españoles habían querido ser santos, y anticipó que, sin la fe, España iba hacia una sociedad económicamente avanzada, pero psicológicamente deshecha y socialmente disgregada. En la medida en que la Iglesia española renueve su fuerza evangelizadora, la España sana pervivirá.
-¿Qué aspectos nuevos has descubierto en tu investigación de la figura de Don Marcelo?
-He quedado maravillado al descubrir que, cuando Franco quiso expulsar al obispo nacionalista Añoveros y romper con la Santa Sede, Tarancón no lo logró impedir con la amenaza de la excomunión, pero Don Marcelo lo consiguió llegándole al corazón con dulzura y argumentos pastorales. Se ve que el Primado había hecho suyo el estilo del Concilio, no eligiendo la vía del anatema sino la de la cordialidad personal.
»Me ha admirado también la valentía con que leyó en el Club Siglo XXI una intervención de Juan Pablo II sobre el matrimonio, que la mayoría de los obispos no se habían atrevido a citar en un documento de la Conferencia Episcopal.
»Me ha cautivado además que viese la batalla cultural como algo clave para proteger la fe de las 99 ovejas que aún no se han perdido, y el hecho de que en Barcelona fuese salvajemente criticado por no ser catalán, pero no precisamente por ser mal obispo.
Llegada de Don Marcelo a Barcelona como obispo coadjutor en 1966.
»He aprendido mucho de Monseñor González Martín, de su fidelidad a los distintos Papas, su independencia ante los distintos Gobiernos, su responsabilidad ante la tradición y su audacia para superar estructuras, como cuando creó la coordinadora juvenil de Talavera de la Reina, adelantándose años por su flexibilidad a la mentalidad de Primer Anuncio actual.
-Se celebran ahora los 50 años del cardenalato de don Marcelo y los 50 años de su memorable pastoral que dio la vuelta al mundo sobre la formación en los seminarios, Un seminario nuevo y libre. Más allá del tema de la tesis, ¿qué puesto ocupa en la historia este gran cardenal?
-Hoy la Iglesia Universal está más unida que en la época de Don Marcelo, pero vemos que aún quedan obispos que siguen confundiendo lo humano con lo mundano. Mientras escribía el libro me conmovía cuánto le preocupaba el daño que esto hacía en la fe de la gente sencilla. Para él claritas est caritas. Don Marcelo nos dio certezas. Me emocionó leer esta frase de su toma de posesión en Toledo: "El pueblo cristiano tiene derecho a una Iglesia que le ofrezca la paz, no la turbación de la polémica continuada […] El pueblo tiene el derecho de hallar en sus pastores una guía segura".
-El cardenal Antonio María Rouco Varela aceptó prolongar tu trabajo. Alguna vez le oí decir, pasados tantos años, que "Marcelo tenía bastante razón en sus posiciones", por ejemplo, respecto al proyecto de Constitución votado en el año 1978. ¿Qué destacarías del prólogo que ha escrito a tu tesis?
-A monseñor Rouco le traté mucho durante la década en que fui su delegado diocesano de juventud sufragáneo. Reconoce en Don Marcelo "el modelo de obispo del Concilio Vaticano II", y que son claras y oportunas mis conclusiones respecto a la historia contemporánea de la Iglesia, de la sociedad y de la comunidad política de España y a su valor pastoral para un hoy espiritualmente renovado de su vida y de su servicio evangelizador.
-De la lectura de tu tesis me surgió la idea de que pudieras escribir una breve historia de España aprovechando tantos materiales que ya tienes recogidos. ¿Te animas?...
-Me encantaría hacerlo… desde la mente de Don Marcelo, por supuesto.
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