Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Cooperante en África, directivo en Roma, evangelizador con Alpha en Londres... visión amplia

Lo que el nuevo director de ACN, José M. Gallardo, aprendió de Ceuta a Nairobi, de Haití a Ucrania

José María Gallardo en su visita de 10 días a Ucrania, donde todos los seminaristas reciben ayuda de ACN
José María Gallardo en su visita de 10 días a Ucrania, donde todos los seminaristas reciben ayuda de ACN

Pablo J. Ginés

José María Gallardo es desde hace 8 meses el nuevo director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España. Esta asociación combina 3 funciones: orar y fomentar la oración, informar sobre la Iglesia que sufre pobreza y persecución y ejercer la caridad eficaz.

Gallardo llega, dice a ReL, con "una mochila de cooperación internacional, buen gobierno y evangelización". Él tiene perspectiva y amplitud de visión, desde lo muy cercano hasta el despacho con visión internacional. Su itinerario le ha llevado de Ceuta a Nairobi, de Roma a Haití y Londres, de Madrid a Ucrania, de los inmigrantes a los enfermos del Tercer Mundo, a los ancianos, y ahora a los cristianos perseguidos.

Hablamos con él de lo que ha aprendido en distintos continentes y funciones, y también de la espiritualidad con la que se ha alimentado.

La "mili", con los subsaharianos en Ceuta

Empezó cuando hacía el servicio militar en Ceuta, con 25 años. "Estaba bien, porque mi padre es de Ceuta y mi tía viuda estaba encantada de tenerme allí. Por las mañanas iba al cuartel y por la tarde colaboraba con el padre Béjar, de la parroquia de Nuestra Señora de África, en el centro de Ceuta. Yo entonces ya hablaba ingles y francés y le ayudaba con los inmigrantes subsaharianos. Yo recogía comida que sobraba en los ranchos de los cuarteles y los subíamos al Ángulo, en las antiguas murallas de Ceuta. También llevábamos zotal para desinfectar aquellos camastros donde dormían".

Una vez, volviendo de Madrid con su petate, se encontró con una manifestación de subsaharianos y un montón de policías. "Un policía me dice: 'Como no se larguen de aquí en un minuto, cargamos'. Y al medio minuto empezó la carga. Es la primera vez que me encontraba con porras de policía silbando en los oídos. Me tomaron los datos y para un recluta en servicio militar podía ser un lío, pero el párroco les llamó e intercedió por mí. Eso fue hace 25 años. Ahí aprendí a valorar la dignidad de todas las personas, a escuchar a los desfavorecidos y a entender a los que huyen de países donde violan los derechos humanos".

Con los misioneros en Kenia

José María Gallardo trabajaba en el Banco Santander de Auditor Financiero Internacional, pero en cuanto pudieron él y su novia (hoy esposa) fueron cooperantes de Cáritas en África, en Garissa, la gran diócesis de Kenia que hace frontera con Somalia. "Presentamos un proyecto a AECID, la cooperación española, que llamábamos 'oficina de desarrollo', y en realidad era impulsar la primera Cáritas diocesana de Garissa, coordinando las ayudas de los misioneros", recuerda.

Vivían en Nairobi, pero no en el barrio de los occidentales, sino en unos apartamentos para misioneros donde vivían 3 misioneras y era adyacente a un centro para niños de la calle. "Nuestro primer apartamento de casados fue ese apartamento alquilado, el dinero iba al proyecto de niños de Kibuli, que aún funciona", recuerda. "Había en Nairobi muchos refugiados de los Grandes Lagos, de Congo, Ruanda y Burundi. Conocimos la Conferencia Episcopal de Este de África. Una voluntaria belga nos enseñó lo que era ser refugiado africano en un país africanos, sus escuelas informales, sus artesanías para sobrevivir, sus problemas al carecer de papeles..."

Recuerda como anécdota un avión que querían enviar a Congo y Kampala (Uganda) con ayuda para los misioneros de la Consolata. "Me pedían alquilar el avión. Ya lo teníamos apalabrado y nos chivaron a última hora que podía tener un cargamento escondido de armas. Por suerte una compañía sudafricana nos envió otro avión, con piloto venezolano, que tenía que llegar y desembarcar todo en menos de 24 horas. Recuerdo el alivio al verlo despegar de Kampala al Congo".

Ya entonces era consciente de la importancia de los medios de comunicación. "Julián del Olmo, del programa de Televisión Española Pueblo de Dios, nos grabó en Kenia, con los refugiados de Grandes Lagos en Nairobi, y otro programa sobre Cáritas española en Kenia".

"De África aprendí que ni los misioneros que llevan 40 años en África pueden decir que conocen de verdad África", explica.

"Los que estamos temporalmente en misiones tenemos que escuchar y aprender. Allí el ritmo y el funcionamiento de las cosas es distinto. Una vez vinieron unas cooperantes de una ONG con mucha prisa, pero si querían ver al obispo tenían que esperar, tomar el café, tomar su tiempo... irse corriendo sería un desprecio. Viajé por África del Este, Central, francófona, del Oeste, anglófona... cada una es un mundo distinto. Hay que ir con la humildad de aprender y escuchar".

También estudió un curso en la Universidad Egerton en Kenia de participación en proyectos rurales. "En esos proyectos aprendes que hay que estar allí, tener un diálogo pausado y tranquilo con los líderes locales y las mujeres, para ver sus verdaderas necesidades. Solo así, involucrando a la gente, tiene éxito un proyecto".

De Jerusalén a Roma

Por impulso de Silverio Egea, entonces Director General de Caritas, Gallardo fue Director de Cooperación Internacional de Cáritas Española. Con una delegación internacional de Cáritas, en un viaje a Gaza y Cisjordania, además de entrevistarse con el líder palestino Yasser Arafat, pudieron conocer la situación de los cristianos palestinos de manos de Cáritas Jerusalén. Claudette Habesh, su directora, les dijo: "Desde vuestro país, haced visible lo invisible". "Es una frase que se me quedó grabada y siempre he recordado", explica a ReL. Ahora la utiliza ya en Ayuda a la Iglesia Necesitada, entidad que busca dar visibilidad a persecuciones y pobrezas escondidas y olvidadas.

Luego fue durante 4 años en Roma director de Cooperación Internacional de Caritas Internationalis. "Primero fui yo solo, 6 meses viviendo en el seminario de los misioneros de la Consolata. Cada noche hablábamos con esos jóvenes de todo el mundo que querían ser misioneros. A los seis meses vino mi mujer, con mi hija y el bebé recién nacido. El Domingo de Ramos Juan Pablo II tomó a mi hijo Diego en la Plaza San Pedro, de bebé, y lo llevó en brazos. ¡Ahora acaba de terminar Arquitectura en Londres!"

Con 3 hijos ya crecidos, el matrimonio está contento de haberles transmitido la fe y una vocación cristiana de inquietud por servir a los demás.

Una visión mundial y ecuménica

Desde Roma, Gallardo coordinó uno de los primeros programas de acción humanitaria conjunta entre católicos, ortodoxos y protestantes: la crisis de Darfur, en Sudán. Cáritas colaboraba con ACT, la alianza de Iglesias Ortodoxas y Protestantes para Acción Humanitaria, con sede en Ginebra. "Trabajamos mucho la mediación entre facciones, procesos de paz y ayuda humanitaria. Conseguimos recaudar mucho dinero para Darfur y había que velar para que se usara bien. Uno de nuestros socios era CAFOD, la Caritas británica. Mi mujer sería luego directora de Cooperación Internacional de Cafod, y por eso viviríamos varios años en Londres".

Después trabajó en Médicos del Mundo, una organización que había surgido de Médicos Sin Fronteras (MSF). Mientras MSF atiende en emergencias con hospitales de campaña, Médicos del Mundo prefiere ayudar en emergencias reforzando los servicios públicos locales. "Su presidenta era entonces la hija de María Galiano, la actriz que hace de abuela en Cuéntame. En la entrevista inicial me dijo: '¿Como ves lo de aborto?'. Dije: '¿Hacéis abortos?' 'No, pero en el futuro, ¿quién sabe?' Le dije: 'Pues, si lo hacéis, yo me voy'. La respuesta de ella fue: 'Que sepas que por tu coherencia te vamos a contratar'"

Lo que comprobó Gallardo es que Médicos del Mundo, en América Latina, colaboraba siempre con Cáritas-Pastoral de la Salud en los distintos países, porque era la red más eficaz para llegar a la gente y ayudar.

A nivel humano, le impactó la experiencia en Haití, un tiempo después del terremoto, con la epidemia de cólera. "Estuve un mes con unos 200 sanitarios y logistas allí, en Puerto Príncipe y Gonaive. Casi perdí 20 kilos. Era muy intenso, coincidió con elecciones presidenciales, toques de queda, frustraciones y necesidades de tu equipo. Era duro sobre todo ver que morían niños de cólera en hospitales de campaña. Quizá los médicos lo tienen más integrado, pero a los que no somos médicos eso nos cuesta mucho".

Con los ancianos en España

Después fue Secretario General de la Fundación Lares en España, el actual Grupo Lares, que en realidad es la patronal de los más de mil centros de atención a ancianos y dependencia de las congregaciones religiosas españolas. "Allí hacíamos negociación colectiva de convenios, con patronales mercantiles y sindicatos. Yo venía del Tercer Sector. Conseguimos que Cruz Roja, Once, Cáritas y Mensajeros de la Paz nos cediesen su representatividad para negociar el convenio. Teníamos un congreso cada dos años con 800 personas. Buscábamos defender los intereses de LARES ante la Administración y el Imserso. Y fundamos una asociación y una fundación: el grupo ahora está integrado por esas 3 entidades", va enumerando.

Lo que aprendió allí fue que "el arte de cuidar merece la pena, y que esas entidades de verdad buscan el bienestar de los mayores y sus familiares".

De Taizé a la alabanza

Gallardo siempre ha incorporado la dimensión ecuménica en su vida espiritual. "Conocí a mi mujer porque ella llevaba una cruz de Taizé, con esa excusa me acerqué a ella", recuerda, refiriéndose al popular monasterio ecuménico en Borgoña. "Hemos ido 7 veces a Taizé. Fuimos allí de luna de miel antes de ir a Kenia. Conocí al Hermano Roger, y conocí de cerca a su sucesor el Hermano Alois. Hemos tenido siempre un corazón muy ecuménico. En Taizé vives que lo que une a los cristianos es más que lo que nos separa".

En Madrid no faltó la conexión internacional. "El párroco que bautizó a mi hija es Manuel Barrios, hoy secretario general de COMECE, los obispos europeos. En Alameda de Osuna fui catequista de confirmación y postconfirmación. Como catequista llevaba a los chicos a centros de Cáritas, a Afanías, a mostrarles que no hay que estar quieto, que hay que estar en contacto con la caridad".

En Nairobi les invitaron a la oración de alabanza de la comunidad evangélica La Viña, y les gustó. "Los domingos íbamos a misa con los misioneros de la Consolata y por las tardes a este servicio de alabanza y predicación, nos encantaba la música", explica.

Londres: ¡evangelizar con Alpha!

Gallardo llegó a Londres porque su mujer trabajaba allí con CAFOD, la caridad católica. Él ya conocía Alpha de España, había apoyado el lanzamiento de estos cursos y cenas evangelizadores llegados desde Londres y había sido parte del Consejo nacional de Alpha España.

En Londres se ofreció a colaborar con Alpha. Primero le pidieron que ayudara con asuntos de Alpha en Italia, ya que sabía italiano. Entró como voluntario, pero luego lo nombraron Coordinador de Desarrollo de Alpha para Católicos en Europa, a tiempo parcial. Luego hubo fondos para desarrollar manuales de buen gobierno. Y después fue el Director de Operación de Alpha Internacional en Europa, Oriente Medio y África del Norte. "Luego mi esposa pasó a trabajar también en Alpha en para Católicos y hoy ella es hoy directora a nivel mundial y se pasa la vida viajando", explica.

Así adquirió también experiencia en un movimiento internacional explícitamente apasionado por la evangelización y la oración.

José María Gallardo, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España

Un mensaje para ir a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN)

Gallardo explica que siempre siguió de cerca y con interés el trabajo de ACN. Su misión es apoyar a la Iglesia en tareas pastorales y evangelizadoras, y en algunos casos eso significó apoyar unos Cursos Alpha. Javier Menéndez, el anterior director de ACN durante muchos años, vio en Gallardo un buen sustituto: sabía de cooperación internacional, de buen gobierno, de evangelización e idiomas. "Creo que Dios ha querido que estuviese aquí", afirma Gallardo, viendo que lo que ha aprendido le sirve hoy.

"En Londres me tomé dos días para reflexionar y consultar a Dios si debía ir a ACN. Paseando delante del Oratorio de Brompton vi una mesa de ACN con uno de esos carteles verticales con el lema: 'ACN needs you' (ACN te necesita). Le hice una foto y se lo mandé a Javier Menéndez", explica.

Lo que ha aprendido en muchos años

Trabajando en cooperación tantos años y desde tantos contextos, Gallardo ha aprendido unas cuantas cosas.

Una de ellas es que "el español es generoso en momentos de crisis, como vimos durante el covid, en emergencias humanitarias, con el pico de solidaridad del terremoto de Siria y Turquía, con las catástrofes naturales, etc... Lo que le cuesta al español es comprometerse con carácter regular".

Una cosa que ha mejorado en las últimas décadas es "la Nueva Ley de Mecenazgo, que Silverio Egea de Cáritas ayudó a impulsar; con sus desgravaciones fuertes para donantes ha ayudado mucho a fundaciones y asociaciones y está cambiando la cultura donante".

También observa que pasar el cepillo o colecta en las parroquias empieza a ser menos frecuente o importante, y las parroquias aprenden a pedir una transferencia regular. En ACN le maravillan los legados y testamentos que llegan cada semana. "Piden que oremos también por los fallecidos. El tema de los estipendios de misa es precioso, pero poco conocido. Un consejero tiene un hijo que fue de luna de miel a un país tropical americano. Pidieron ir a misa en un sitio remoto y les llevaron a un chamizo con cuatro tejas, el cura y unos pocos lugareños. Le preguntaron al cura cómo se mantenía y dijo: ¡Con estipendios de ACN!"

Escuchar a los obispos de países con persecución

Javier Menéndez le dio algunos consejos a su sucesor: "escuchar a nuestros benefactores, escuchar a los obispos de países de persecución que piden ayuda, optimizar los recursos, ser austeros en la gestión. Todo el dinero que nos entra va para proyectos, excepto los salarios de personal y las tareas de promoción y las Memorias".

La gran misión sobre el terreno de Gallardo en ACN, por ahora, han sido 10 días en Ucrania, donde todos los seminaristas del país (que son muchos) se mantienen por esta fundación. "Si en Jersón han destruido templos, ahí es donde habrá que trabajar. ACN lleva desde 1991 ayudando a la Iglesia en Ucrania", explica. Pero ACN aporta también Biblias, medios de transporte a evangelizadores y misioneros, materiales para catequistas, el sostenimiento de religiosos y sacerdotes, etc...

"Yo digo que somos como la cara B de Cáritas y Manos Unidas, entidades que conozco muy bien. Ellas financian la acción humanitaria, no las pastorales y de evangelización, ni el sostenimiento de sacerdotes y misioneros. Pero todos juntos fortalecemos la Iglesia".

Resumen en vídeo de la acción de Ayuda a la Iglesia Necesitada en 2023:

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