«En la Iglesia hay espacio para todos, Jesús a todos recibe y acoge», insiste Francisco
Primer baño de masas del Papa en Lisboa: cientos de miles en la ceremonia inaugural
El Parque Eduardo VII de Lisboa ha sido el escenario del primer macroencuentro del Papa con cientos de miles de jóvenes (medio millón según los servicios de prensa vaticanos), en el marco de la Ceremonia de Bienvenida de la Jornada Mundial de la Juventud. El Papa insistió en su mensaje en la idea de que Cristo y la Iglesia acogen y reciben a todas las personas.
La ceremonia incluyó música (una suite que unía distintos himnos de JMJs y un fado conmovedor), coreografías, los saludos del Papa desde un papamóvil descapotable y el rezo de la letanía de los santos, además de los saludos de bienvenida del cardenal Patriarca de Lisboa, Manuel Clemente.
El Papa recorrió las filas de jóvenes y muchos gritaban en español: "Francisco I, te quiere el mundo entero". Como en tantas otras JMJ, los jóvenes corrían al lado del vehículo y los policías y voluntarios trataban de mantener el orden.
Ante la multitud de jóvenes católicos llegados de todo el mundo estaban también las autoridades civiles del país: el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente del Parlamento, Santos Silva, el Primer Ministro António Costa (socialista y uno de los que con tenacidad ha implantado la eutanasia en el país), otros miembros del Gobierno, los alcaldes de Lisboa y Oporto (Carlos Moedas y Rui Moreira) y el antiguo jefe de Estado Ramalho Eanes.
El cardenal de Lisboa: llevar a Cristo como la Virgen de la Visitación
El cardenal Clemente halagó al Pontífice de 86 años diciendo que preside los actos con "constante juventud de espíritu que el tiempo no le quita, sino que subraya y fortalece". "Necesitamos rejuvenecernos con tu presencia y tu palabra en estos días, para que brille aún más la belleza del Evangelio, aquí y en todo el mundo", pidió el cardenal portugués. "No faltan obstáculos, pero tampoco falta la voluntad de retirarlos y superarlos, con el entusiasmo y el compromiso de quienes quieren construir un futuro que colme las aspiraciones humanas y los deseos de Dios", añadió.
El cardenal recordó a los jóvenes el lema del encuentro, que recuerda a la joven María de Nazaret, "la cual, apenas hubo concebido a Jesús, lo llevó apresuradamente a Isabel, su pariente. Lo llevaba en su seno, como vosotros, queridos peregrinos, llevaréis en vuestro corazón el Evangelio de la paz, de todos para todos. La Señora de la Visitación os acompaña en estos días, para que vuestra vida sea una visita permanente a los que esperan el bien que traeréis".
Tras las palabras del cardenal de Lisboa, hubo un desfile de banderas de los distintos países (llegan de todo el mundo menos desde las islas Maldivas, remotas y de cultura musulmana), acompañadas de la Cruz de los Jóvenes y el Icono de la Virgen que Juan Pablo II entregó para que los jóvenes los hicieran peregrinar.
Tras los ritos introductorios, la oración y la lectura de un pasaje del Evangelio, el Papa pronunció su discurso. Después del discurso, se rezó la Letanía de los Santos, incluyendo a los 10 jóvenes santos patronos de estas Jornadas, y tras el Padrenuestro y una bendición final el Papa se retiró a la Nunciatura Apostólica de Lisboa, donde se aloja estos días.
"Para Dios no eres un número, tienes rostro"
"Amigo, si Dios te llama por tu nombre es que para Él no eres un número, sino un rostro", dijo el Papa a los jóvenes. Les animó a "permanecer conectados con el Señor, a hacerle las preguntas que salen del corazón y a escuchar su voz".
Insistió el Pontífice en que "en la Iglesia hay sitio para todos", e hizo que los jóvenes lo repitieran, más fuerte y fingiendo que no oía su tormenta de voces.
"Somos la comunidad de los llamados porque somos amados. No de los mejores, en absoluto, sino de los convocados. Somos la comunidad de hermanos y hermanas de Jesús, hijos e hijas del mismo Padre", declaró. Por eso, el Papa insistió en la importancia de conocerse y llamarse por el nombre.
"Muchos conocen tu nombre pero no te llaman por él"
"Muchos conocen tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. Tu nombre aparece en las redes sociales, es procesado por algoritmos que le asocian gustos y preferencias", calculando en la persona un interés de mercado. "Cuántos lobos se esconden detrás de sonrisas de falsa bondad, diciendo que saben quién eres pero sin amarte, insinuando que creen en ti y prometiéndote que llegarás a ser alguien, solo para dejarte solo cuando ya no les interesa", constató.
Muchas cosas prometen felicidad pero son vanas y superfluas y dejan un vacío interior. En cambio, Jesús no produce ese vacío: "Él confía en ti, tú cuentas para él", insistió. Para Dios, "somos hijos preciosos a los que Él llama todos los días a abrazar y animar; hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única y original, cuya belleza sólo podemos vislumbrar".
La ceremonia se salpicó con extractos de cartas que algunos jóvenes han escrito al Pontífice, y hablan del miedo a no ser acogidos. Es entonces cuando insiste en que "en la Iglesia hay lugar para todos y, cuando no lo haya, por favor, asegurémonos de que lo haya, también para los que se equivocan, para los que caen, para los que luchan". Y añadió: "Dios no señala con el dedo, sino que extiende sus brazos: Jesús nos muestra en la cruz".
Jóvenes exhiben cartas que el Papa ha recibido de todo el mundo.
Al final, el Papa animó a los jóvenes a sentir en estos días "ecos vibrantes de la llamada de amor de Dios" y "que quede fijo en el corazón que somos amados tal como somos. Este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo de la vida".