El Papa, en un hospital católico en Tailandia: «Realizáis una de las mayores obras de misericordia»

El Papa Francisco ya está en plena actividad en su visita a Tailandia tras un primer día más tranquilo después del largo viaje desde Roma.  Tras un encuentro con las autoridades del país, el cuerpo diplomático y el líder budista, Francisco quiso visitar el hospital católico Sant Louis para agradecerles su labor, “una de las mayores obras de misericordia” al ir “mucho más allá de un simple y loable ejercicio de la medicina”.

En Tailandia la Iglesia Católica está presente desde 1669 cuando se erigió la misión de Siam. Pese a todo, los católicos representan tan sólo el 0,6% de la población aunque socialmente es muy activa, como demuestra el hospital que ha visitado este jueves Francisco. En todo el país, la Iglesia sostiene 539 escuelas  y 190 instituciones sociales (hospitales, orfanatos, residencias de ancianos…

La caridad cristiana

En un discurso al personal de algunos de estos centros católicos, entre los que había numerosas religiosas, el Papa quiso agradecer su “dedicación silenciosa y alegre a este apostolado”, pues “nos permiten contemplar el rostro materno del Señor que se inclina para ungir y levantar a sus hijos”.

El Papa señaló en su intervención que “precisamente en el ejercicio de la caridad es donde los cristianos somos llamados no sólo a transparentar nuestro ser discípulos misioneros, sino también a confrontar nuestro seguimiento y el de nuestras instituciones”.

Una de las mayores obras de misericordia

Desde esta perspectiva –dijo Francisco a los allí presentes- “ustedes  realizan una de las mayores obras de misericordia, puesto que vuestro compromiso sanitario va mucho más allá de un simple y loable ejercicio de la medicina”.

De este modo, agregó que dicho compromiso “no puede reducirse solamente a realizar algunas acciones o programas determinados, sino que deben ir más allá, abiertos a los imprevisible. Recibir y abrazar la vida como llega a la emergencia del hospital para ser atendida con una piedad especial, que nace del respeto y amor a la dignidad de todos los seres humanos”.

Para el Papa, todos los trabajadores de este hospital católico en medio de un país budista “son discípulos misioneros cuando mirando a un paciente aprenden a llamarlo por su nombre”, a pesar del trabajo “pesado y agotador” que soportan a diario. Por ello, destacó la importancia de poder desarrollar una pastoral de la salud donde “no sólo los pacientes, sino todos los miembros de esta comunidad puedan sentirse acompañados y sostenidos en su misión”.

Unirse a la Pasión de Cristo

Posteriormente, el Papa visitaría ya de manera privada a los enfermos y discapacitados, Y sobre su dolor y sufrimiento “todos sabemos –añadió Francisco- que la enfermedad siempre trae consigo grandes interrogantes”.

El Pontífice explicó que “nuestra primera reacción puede ser la de la de rebelarnos y hasta vivir momentos de desconcierto y desolación”. Es el grito de dolor y está bien que así sea: el propio Jesús lo sufrió y lo hizo. Con la oración queremos unirnos también nosotros al suyo”.

De hecho, recalcó en su discurso que “al unirnos a Él en su pasión descubrimos la fuerza de su cercanía a nuestra fragilidad y a nuestras heridas. Se trata de una invitación a aferrarnos fuertemente a su vida y entrega”.

Reunión con el patriarca supremo budista

Antes, el Papa Francisco visitó al patriarca Supremo Budista de Tailandia, Somdet Phra Ariyavongsagatanana. En su discurso, el Papa reiteró su compromiso y el de toda la Iglesia “por el fortalecimiento del diálogo abierto y respetuoso al servicio de la paz y del bienestar de este pueblo” y ha agradecido al pueblo tailandés por permitir a la minoría cristiana en este país poder disfrutar “de la libertad en la práctica religiosa” desde la llegada del cristianismo a Tailandia, hace unos cuatro siglos y medio.

Por último, exhortó a impulsar entre los fieles de ambas religiones “el desarrollo de nuevas imaginaciones de la caridad, que sean capaces de generar y aumentar iniciativas concretas en el camino de la fraternidad, especialmente con los más pobres, y en referencia a nuestra tan maltratada casa común”.

El Papa también echó la vista atrás y ha recordado cuando hace 50 años, el decimoséptimo Patriarca Supremo, Somdej Phra Wanarat (Pun Punnasiri), junto con un grupo de importantes monjes budistas, visitó al Papa Pablo VI en el Vaticano. “Esto representó un hito muy importante en el desarrollo del diálogo entre nuestras dos tradiciones religiosas” ha asegurado. Una visita que posteriormente permitió realizar al Papa Juan Pablo II una visita en este mismo Templo al Patriarca Supremo, Su Santidad Somdej Phra Ariyavongsagatanana (Vasana Vasano).

Recientemente el Papa Francisco recibió en el Vaticano a una delegación de monjes del templo de Wat Pho. “Pequeños pasos que ayudan a testimoniar no sólo en nuestras comunidades sino en nuestro mundo, tan impulsado a generar y propagar divisiones y exclusiones, que la cultura del encuentro es posible”, señaló el Papa, a la vez que asegura que este tipo de posibilidades nos recuerdan “lo importante que es el que las religiones se manifiesten cada vez más como faros de esperanza, en cuanto promotoras y garantes de fraternidad”.