Sobre Cristianos para el Socialismo
¿Creen ustedes que comunidades de base como Cristianos para el Socialismo son comunidades eclesiales o no lo son en absoluto?
por Pedro Trevijano
Hace unos días oí en un debate televisivo a un contertulio socialista afirmar lo siguiente: «Es cierto que las relaciones del Gobierno y Partido Socialista con la Iglesia de Rouco y los obispos son malas, pero en cambio son muy buenas con la Iglesia de las comunidades de base». Estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación, pero a continuación no puedo por menos de preguntarme: ¿cuántas Iglesias católicas hay?, y, ¿cuáles son las consecuencias del resultado de esta pregunta?
La primera pregunta tiene fácil contestación. Según el Credo Niceno-Constantinopolitano creemos «en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica», aunque como miembros del Cuerpo de Cristo hay en la Iglesia multitud de funciones (Rom 12,4-8). Existen, por ejemplo, dentro de la Iglesia, multitud de comunidades de base, de las que bastantes en plena comunión con la Iglesia, su Jerarquía y su Magisterio realizan una gran labor eclesial, evangelizadora y espiritual. Pero también hay otras que se caracterizan por su crítica amarga hacia la Iglesia a la que estigmatizan como «institucional», son hostiles a la Jerarquía, con una actitud de censura y rechazo, se consideran libres de estructuras e inspiradas únicamente en el evangelio, por lo que fácilmente su inspiración principal se convierte en ideológica al servicio de una opción política.
Pablo VI, el 25 de Abril de 1968, nos da los criterios de la correcta renovación conciliar: «Renovación, sí; cambio arbitrario, no; Historia siempre viva y nueva de la Iglesia, sí; historicismo disolvente del compromiso dogmático tradicional, no; integración teológica según las enseñanzas del Concilio, sí; teología conforme a libres teorías subjetivas, a menudo procedentes de fuentes enemigas, no; Iglesia abierta a la caridad ecuménica, al diálogo responsable, al reconocimiento de los valores cristianos ante los hermanos separados, sí; irenismo que renuncia a las verdades de la fe, o proclive a uniformarse con ciertos principios negativos que han favorecido la separación de tantos hermanos cristianos del centro de la unidad de la comunión católica, no; libertad religiosa para todos dentro del ámbito de la sociedad civil, sí; libertad de adhesión personal a una religión según la elección meditada de la propia conciencia, sí; libertad de conciencia como criterio de verdad religiosa, no sufragada por la autenticidad de una enseñanza seria y autorizada, no».
El mismo Papa en su Exhortación Apostólica «Evangelii Nuntiandum» del 8 de Diciembre de 1975, nº 58, nos señala como criterios positivos de las comunidades eclesiales de base los siguientes: a) buscan su alimento en la Palabra de Dios y no se dejan aprisionar por la polarización política o por las ideologías de moda; b) evitan la tentación siempre amenazadora de la contestación sistemática o del espíritu hipercrítico; c) permanecen firmemente unidas a la Iglesia local en la que ellas se insieren y a la Iglesia Universal, evitando así el peligro de aislarse en sí mismas; d) guardan una sincera comunión con los pastores y el Magisterio; e) no se creen jamás el único destinatario o el único agente de evangelización; f) crecen cada día en responsabilidad e irradiación misioneras; g) se muestran universalistas y no sectarias.
He dejado hablar a una voz más autorizada que la mía: la voz del Papa. Con estos datos que les doy o con otros que ustedes aporten, hay una pregunta obvia: ¿Creen ustedes que comunidades de base como Cristianos para el Socialismo son comunidades eclesiales o no lo son en absoluto? O de una manera aún más clara y tajante: ¿estas comunidades son de verdad miembros de la Iglesia católica? ¿Es decir forman parte de esa Iglesia una, santa, católica y apostólica? Sea cuál sea su respuesta: ¿En qué se basan, es decir cuáles son sus razones para pensar como ustedes piensan? Muchas gracias.
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