Sábado, 23 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

La música y la memoria pueden salvar del fracaso a nuestras escuelas


Los métodos de la educación clásica de aprendizaje mediante la música y la memoria han experimentado un resurgimiento en los últimos años en el ámbito del "homeschooling" o en colegios privados, cosechando grandes resultados.

por Annie Holmquist

Opinión

Todos queremos lo mejor para nuestros hijos. Justo por ese deseo, es muy decepcionante ver cómo mueren, en las escuelas de todo el país, los esfuerzos por alentar el progreso en la lectura, en las matemáticas y en otros tema. Así lo muestra este gráfico.


Incrementos frente a años. De arriba abajo: en azul, incremento del gasto; en marrón, incremento del número de empleados; en gris discontinuo, incremento del número de alumnos; en rojo con triángulo, verde con círculo y azul con estrella, resultados en lectura, matemáticas y ciencias, respectivamente. Fuente del gráfico: Andrew J. Coulson, "Public School Spending. 'Officials' vs. 'Some Critics'", en Cato Institute.

Por otro lado, este perpetuo estancamiento hace que nos interese y llame la atención cuando un colegio consigue mejorar sus resultados de forma espectacular.

Es el caso de la Feversham Primary Academy en el Reino Unido. Según The Guardian, Feversham era un fracaso hace pocos años. Los resultados eran bajos y parecía improbable mejorarlos, dado que muchos estudiantes proceden de entornos desfavorecidos o están aprendiendo inglés.

Pero, como explica The Guardian, el colegio empezó a utilizar “el método Kodály, que consiste en que los niños aprendan, al principio de forma subconsciente, mediante juegos musicales”. Enseñándoles esos juegos musicales y alentando la memorización de obras clásicas como las de Shakespeare, el colegio experimentó el siguiente cambio:

“Hace siete años Feversham necesitaba medidas especiales y daba titulares a los medios de comunicación por toda clase de motivos negativos. Hoy está clasificada como 'buena' por Ofsted y se sitúa entre el 10% de los mejores progresos de los alumnos a nivel nacional en lectura, escritura y matemáticas, según los datos más recientes. En 2011, la escuela estaba 3,2 puntos por detrás de la media nacional en inglés. Este año, el 74% de sus alumnos consiguieron en nivel esperado en lectura, escritura y matemáticas, frente a una media nacional del 53%. Está 7,1 puntos por encima de la media en lectura y 3,4 por encima de la media en escritura. En matemáticas, el colegio estaba 2,4 puntos por debajo de la media nacional en 2011, y está ahora 6,5 puntos por encima. Sus resultados para alumnos desfavorecidos están muy por encima de la media”.

Estas mejoras son absolutamente impresionantes y se corresponden con el 40% de mejora en los resultados que experimentó otra escuela británica tras incorporar a Shakespeare a su plan de estudios.

¿Por qué estas sencillas técnicas parecen producir resultados tan espectaculares?

La respuesta a esta cuestión puede encontrarse en lo que la música y la memorización parecen hacer en el cerebro. Las investigaciones sugieren que poner en contacto a los niños con la música fomenta el desarrollo cerebral e impulsa “sus capacidades de vocabulario y lectura”. Del mismo modo, la memorización “ejercita” el cerebro del niño, entrenando a los niños para prestar atención, al mismo tiempo que asientan un fundamento sobre el que pueden construir futuros datos y perspectivas.

Ambos son elementos esenciales de la educación clásica. En los años de la escuela primaria –el nivel gramatical [la Gramática del Trivium, ndT]– la educación clásica descansa sobre el gusto de los niños por aprender de memoria, mediante canciones y ritmos que graban en su cerebro, fechas históricas, hechos científicos y fragmentos de la gran literatura. Al avanzar y dejar atrás esos años, encuentran que tienen una riqueza de conocimiento en la punta de los dedos sobre la que pueden deducir y relacionar cosas y dar lugar a nuevos pensamientos.

Lo curioso es que este acercamiento del sentido común a la educación temprana de los niños, generalizado durante siglos, en los últimos años fue abandonado. Huyendo del aprendizaje memorístico, les hemos dicho a los niños pequeños justo lo contrario: que se las arreglen con su propia (limitada) experiencia y sus sentimientos para hacer los deberes escolares.

Los métodos de la educación clásica de aprendizaje mediante la música y la memoria han experimentado un resurgimiento en los últimos años en el ámbito del homeschooling o en colegios privados, cosechando grandes resultados. El espectacular cambio en la escuela Feversham sugiere que el éxito de estos métodos no se limita a quienes disfrutan de un estatus “privilegiado”.

¿No es hora de que nos preguntemos si la escuelas modernas han rechazado demasiado deprisa los métodos de aprendizaje mediante la música y la memoria?
 
Publicado en The Imaginative Conservative.
Traducción de Carmelo López-Arias.

 
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