Cómo el latín nos ayuda a aprender
El secreto que había detrás de estas espectaculares mejoras era un pequeño programa denominado Sound Training, que utiliza la enseñanza de las raíces, prefijos y sufijos latinos para potenciar el vocabulario de los estudiantes.
por Annie Holmquist
Hace poco más de un año se conoció que los escolares australianos estaban mejorando repentina y espectacularmente en numerosas materias. Los mayores avances tenían lugar en la lectura, incrementándose en una media de más de dos años la "edad lectora" de los alumnos.
El secreto que había detrás de estas espectaculares mejoras era un pequeño programa denominado Sound Training, que utiliza la enseñanza de las raíces, prefijos y sufijos latinos para potenciar el vocabulario de los estudiantes dándoles los instrumentos necesarios para “desentrañar lo que significan las palabras”.
Investigaciones recientes sugieren que esos resultados no fueron casualidad. Según un informe del think tank LKMco, ese mismo programa se aplicó en sesiones de seis semanas en muchas prisiones del Reino Unido. Los resultados fueron los siguientes: "El promedio de mejora en la edad lectora fue de 18 meses… Entre los ejemplos de un progreso particularmente significativo figuran tres estudiantes que incrementaron su edad lectora en 39, 60 y 65 meses, respectivamente. Muchos alumnos incrementaron su edad lectora hasta el máximo de 18,9 años… Los alumnos también informaron de su mejoría en numerosas habilidades relacionadas con la lectura, como deletrear, el conocimiento del vocabulario y la capacidad para descodificar palabras”.
¿Por qué ago tan raro como el latín podría ayudar a presos adultos a progresar tan rápidamente en tan pocas semanas? Cheryl Lowe, autora de numerosos cursos de latín y fundador ade Memoria Press, ofreció algo de luz sobre esta cuestión:
“Los alumnos que estudian latín desarrollan interés en las palabras. Aprenden algo en lo que jamás habían pensado. Las palabras no llueven del cielo, vienen de algún lugar; las palabras tienen historia, a veces muy larga e interesante. Muchas palabras viajan por todo el mundo, de Grecia a Roma, de Francia a Inglaterra. Las palabras son fascinantes. Así que el latín es el paso siguiente a aprender a leer, porque continúa el estudio de la mitad latina del vocabulario inglés de forma sistemática y ordenada. ¡Olvida los cursos de vocabulario! ¡Aprende latín!”.
En otras palabras, el latín ofrece a los alumnos –jóvenes y viejos– la llave que abre numerosos temas y misterios que se encuentran en el ámbito académico. Una vez que un estudiante conoce y comprende el fundamento, construir sobre él va sobre ruedas.
Esos éxitos deberían conducirnos a preguntarnos: al expulsar la enseñanza de latín de las escuelas, ¿no habremos segado la hierba bajo los pies de generaciones de estudiantes, dejándoles luchar por su cuenta en medio de las neblinas del aprendizaje y el conocimiento?
Publicado en The Imaginative Conservative.
Traducción de Carmelo López-Arias.
El secreto que había detrás de estas espectaculares mejoras era un pequeño programa denominado Sound Training, que utiliza la enseñanza de las raíces, prefijos y sufijos latinos para potenciar el vocabulario de los estudiantes dándoles los instrumentos necesarios para “desentrañar lo que significan las palabras”.
Investigaciones recientes sugieren que esos resultados no fueron casualidad. Según un informe del think tank LKMco, ese mismo programa se aplicó en sesiones de seis semanas en muchas prisiones del Reino Unido. Los resultados fueron los siguientes: "El promedio de mejora en la edad lectora fue de 18 meses… Entre los ejemplos de un progreso particularmente significativo figuran tres estudiantes que incrementaron su edad lectora en 39, 60 y 65 meses, respectivamente. Muchos alumnos incrementaron su edad lectora hasta el máximo de 18,9 años… Los alumnos también informaron de su mejoría en numerosas habilidades relacionadas con la lectura, como deletrear, el conocimiento del vocabulario y la capacidad para descodificar palabras”.
¿Por qué ago tan raro como el latín podría ayudar a presos adultos a progresar tan rápidamente en tan pocas semanas? Cheryl Lowe, autora de numerosos cursos de latín y fundador ade Memoria Press, ofreció algo de luz sobre esta cuestión:
“Los alumnos que estudian latín desarrollan interés en las palabras. Aprenden algo en lo que jamás habían pensado. Las palabras no llueven del cielo, vienen de algún lugar; las palabras tienen historia, a veces muy larga e interesante. Muchas palabras viajan por todo el mundo, de Grecia a Roma, de Francia a Inglaterra. Las palabras son fascinantes. Así que el latín es el paso siguiente a aprender a leer, porque continúa el estudio de la mitad latina del vocabulario inglés de forma sistemática y ordenada. ¡Olvida los cursos de vocabulario! ¡Aprende latín!”.
En otras palabras, el latín ofrece a los alumnos –jóvenes y viejos– la llave que abre numerosos temas y misterios que se encuentran en el ámbito académico. Una vez que un estudiante conoce y comprende el fundamento, construir sobre él va sobre ruedas.
Esos éxitos deberían conducirnos a preguntarnos: al expulsar la enseñanza de latín de las escuelas, ¿no habremos segado la hierba bajo los pies de generaciones de estudiantes, dejándoles luchar por su cuenta en medio de las neblinas del aprendizaje y el conocimiento?
Publicado en The Imaginative Conservative.
Traducción de Carmelo López-Arias.
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