Domingo, 22 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

Dios es más


por Enrique García-Máiquez

Opinión

El Papa emérito ha escrito una carta sobre La Iglesia y los abusos sexuales. ¡Paren las rotativas!, grito, lanzando por los aires el artículo que ya tenía preparado. No puede haber una noticia más importante: por Benedicto XVI y por el tema.

No se anda por las ramas. Identifica una causa bífida para este gravísimo problema, que en ningún momento excusa o minusvalora. Por fuera, el clima de libertinaje sexual de la Revolución de 1968, que explica sin tapujos y con ejemplos. Por dentro, «el colapso» sufrido tras el Concilio Vaticano II «por la teología moral católica […] que dejó a la Iglesia indefensa ante los cambios en la sociedad».

Benedicto XVI no se limita a pintar (valientemente) un sombrío panorama, sino que ofrece, con más valor aún, tres luces seguras: la ley natural, la encíclica Veritatis Splendor y el Catecismo de la Iglesia Católica. Importan tanto porque constatan que «hay bienes que nunca están sujetos a concesiones» y «un mínimo conjunto de cuestiones morales indisolublemente relacionadas al principio fundacional de la fe». Esas afirmaciones produjeron y producen rechazo entre algunos teólogos y clérigos. Franz Böckle anunció que las rebatiría con todos los recursos a su disposición. Ratzinger comenta (con fe y humor negro) que «fue Dios, el Misericordioso, quien evitó que pusiera en práctica su resolución, ya que Böckle murió el 8 de julio de 1991».

Hacen falta gracia y gravedad para escribir estas cosas, y también la conciencia de que «el martirio es la categoría básica de la existencia cristiana». Ciertos testimonios no se reciben con gran entusiasmo político y mediático. De hecho, afirma que «el hoy de la Iglesia es más que nunca una Iglesia de mártires» y recuerda, me temo que con bastante intención, la historia de Job, el de la santa paciencia. Ojo, que ese «más que nunca» lo escribe alguien que sabe quiénes fueron Nerón e Isabel I.

Para creer en esa moral objetiva -reconoce el Papa emérito- hay que creer que Dios existe. Pero «Dios es», exclama con júbilo de zarza ardiendo; y eso y amarlo lo cambia todo. Luego hay que tratar con muchísima más veneración a la Eucaristía y hay que ser Iglesia, a pesar de que tenga su cizaña y sus peces malos, como ya avisan las parábolas. «Una de las grandes y esenciales tareas», concluye, «es establecer hábitats de fe». Su carta traza con claridad y contundencia los contornos donde tantos queremos habitar.

Publicado en Diario de Cádiz.

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda