Los niños son intocables

Estamos a mitad del verano, pero cuando pienso en el curso que se avecina, no me extrañaría que sea un curso muy duro, sobre todo en cuestiones educativas, porque creo que vamos a encontrarnos con una seria batalla, especialmente en la cuestión de la ideología de género.

En efecto, pienso que cada vez hay más padres que están horrorizados ante los disparates de la ideología de género, una ideología claramente contraria a la fe y a la justa razón, es decir, al sentido común y a lo que se enseña en Ciencias. Nunca antes hubo una ideología que pretendiera destruir la identidad de género del hombre y de la mujer y todo criterio ético de comportamiento sexual. Recordemos que estos padres cuentan con el apoyo inequívoco de nuestra Constitución, que dice: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (art. 27-3). Pero este carácter inconstitucional de las leyes de ideología de género a muchos de nuestros poderes públicos les importa un bledo y piensan seguir adelante.

Es indudable que la batalla la deben librar los padres. En mi ciudad de Logroño hemos tenido la fortuna de que un policía municipal, don Salvador Martí, ha impartido charlas en varios centros educativos, sirviéndose de una marioneta, con el llamado Proyecto Alexia para prevenir abusos sexuales, por ejemplo. enseñándoles que no deben irse con desconocidos. También ha dado charlas a padres sobre una correcta educación sexual, pero fuera del ámbito escolar. Pero una persona sola difícilmente puede hacer algo contra instituciones tan poderosas como las que defienden la ideología de género, y así ha surgido la Asociación Los Niños son Intocables. Esta Asociación ha surgido con el propósito fundamental de defender los derechos de los niños, de todos los niños, con dos pilares básicos: el derecho a la vida y el derecho a la libertad educativa. Es por tanto una Asociación de Padres pro-vida, contra el aborto y para que los niños sean educados en el respeto a los derechos constitucionales que tienen los padres de que sus hijos sean educados conforme a sus principios morales y religiosos.

Aunque esto en teoría está garantizado por la Constitución, la realidad es que esto no se respeta y en muchísimos centros escolares se imparten cursos, charlas y talleres basados en la ideología de género sin el correspondiente permiso ni autorización de los padres, y lo que es más grave, como sucede en el programa Skolae del Gobierno de Navarra, se afirma claramente que no hay por qué informar a los padres sobre estas charlas de adoctrinamiento y que éstos no tienen derecho a decir no a que se les impartan a sus hijos. En La Rioja, buscando en Google la palabra Serise (Servicio Riojano de Sexología), uno se entera de sus actividades, entre ellas que ya han dado charlas en más de veinte centros escolares.

El objetivo de la ideología de género a nivel de la infancia y adolescencia es su sexualización a través de la educación sexual como materia obligatoria. Ni siquiera los niños de cero a seis años se ven libres de esta plaga, porque hay que transmitirles vivencias sexuales a través de juegos eróticos. Y es que, como dice el Papa emérito Benedicto XVI en un artículo reciente: “El asunto comienza con la introducción de los niños y jóvenes en la naturaleza de la sexualidad, algo prescrito y apoyado por el Estado… Entre las libertades por las que la Revolución de 1968 peleó estaba la libertad sexual total, una que ya no tuviera normas… Parte de la fisionomía de la Revolución del 68 fue que la pedofilia también se diagnosticó como permitida y apropiada”.

Y ahora viene la pregunta: ¿cómo luchar contra esto?

Para aconsejarnos con grupos que están ya muy implicados (Hazte Oír, Abogados Cristianos, Enraizados, Profesionales por la Ética) hicimos un viaje a Madrid varios de la asociación. Nos desaconsejaron que intentásemos una ley de iniciativa popular, para lo que se necesitan un esfuerzo ímprobo y varios miles de firmas, para que luego la metan en un cajón o te la voten en contra. Más práctico resulta el PIN parental, en el que varios padres solicitan de su centro educativo que sus hijos, si se dan esas charlas en sus centros, puedan no recibirlas. En el caso de que esto no suceda así, hay varios pasos legales que se pueden recorrer. Lo importante es no desanimarse. Se trata, ni más ni menos, que los niños, adolescentes y jóvenes no sean corrompidos, y no hay que olvidar que esos menores son vuestros hijos.