La Iglesia que sí habla

En mi reciente artículo sobre La ideología de género en las escuelas españolas me encontré con un comentario que decía así: “Es un plan global de aniquilación de la familia y de la naturaleza de la persona. Y pregunto: ¿nuestros pastores, nuestro pastor no hablan de esto, tan grave como es? ¿Por qué no condenan esta locura, mucho peor que el terrorismo islámico? ¿Qué fuerzas poderosas manejan el mundo?”.

Un magnífico teólogo español del siglo pasado, Juan Luis Ruiz de la Peña, se lamentaba que el Magisterio episcopal producía magníficos documentos, pero que no llegaban ni llegan al público. Decía León XIII que prefería perder una diócesis a perder un periódico católico. Pero la realidad es que los medios de comunicación de la Iglesia son poco o nada influyentes; y por culpa, creo, un poco de todos nosotros los católicos, el Magisterio de la Iglesia no llega a nuestros fieles.

Voy a referirme en primer lugar al Magisterio de nuestros obispos. Nuestra Conferencia Episcopal ha producido cantidad de documentos, sobre casi todos los temas. Pero su mensaje no llega al público y por ello con frecuencia es ignorado. Por ejemplo, me consta que sobre el terrorismo, entre 1966 y el 2006, la Conferencia Episcopal en cuanto tal ha expresado su rechazo a ETA en 56 ocasiones, más otras 20 contra la violencia y el terrorismo. El para mí mejor de estos documentos, la Instrucción Pastoral del 2002 titulada Valoración moral del terrorismo en España, de sus causas y consecuencias, fue conocido por la presidenta de las Víctimas del Terrorismo diez años después de su publicación. Es evidente que algo falla.

Pero vayamos a la ideología de género, a la que se refiere nuestro comentario que inicia el artículo. Aparte de las muchas veces que nuestros obispos se han referido a la moral sexual y de modo especial al aborto, recomiendo la lectura del documento titulado La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar, publicado por la Asamblea Plenaria de nuestra Conferencia Episcopal el 26 de abril del 2012. Es un documento muy bueno y conste que si no lo pensase así, con callarme me bastaba. Y ahora voy a hacerles una pregunta: ¿Lo conocen y han leído Vds.? Si, como me supongo, no es así, vayan a la librería religiosa más próxima y pídanlo o pinchen aquí para descargarlo.

Y ahora, vayamos al Magisterio papal. La autor del comentario pregunta: “¿Nuestros pastores, nuestro pastor no hablan de esto, tan grave como es? ¿Por qué no condenan esta locura, mucho peor que el terrorismo islámico?”. En otras palabras, Francisco, Benedicto XVI, Juan Pablo II, Pablo VI ¿han hecho referencia a esto?

La contestación es que por supuesto que sí. Sobre el aborto ya el Concilio Vaticano II decía; “El aborto y el infanticidio son crímenes horribles” (Gaudium et Spes, nº 51). Y el Papa Francisco, en el viaje de vuelta de Río, dijo: “No hay que hablar solo del aborto”, que algunos “arreglaron” quitando la palabra solo. Es decir, hay multitud de textos.

Sobre el relativismo: es rechazado por el beato Pablo VI, encíclica Ecclesiam suam nº 18; San Juan Pablo II, encíclicas Fides et Ratio nº 5 y nº 80, Veritatis splendor nº 84 y nº 101; Benedicto XVI, encíclica Caritas in veritate nº 26; Francisco, exhortación apostólica Evangelii gaudium nº 64.

Sobre la ideología de género: San Juan Pablo II, encíclica Veritatis splendor nº 46; Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana del 21 de diciembre del 2012; Francisco, encíclica Laudato si nº 155. Creo que, como muestra, basta.

Pero mi lectora termina preguntando: “¿Qué fuerzas poderosas manejan el mundo?”.

Personalmente no me fío nada de todo lo que hay alrededor de la New Age, ni de Hillary Clinton con su promesa: “Hay que obligar a las religiones a cambiar sus dogmas”. Al igual que el Papa Francisco, creo que detrás de todo esto está la pezuña del Diablo.