Rouco y lo políticamente correcto

Cuando me enteré de la jubilación del cardenal Rouco, escuché casualmente un debate sobre el tema en una televisión no precisamente amiga suya ni de la Iglesia, y a continuación leí, eso sí fui a buscarlo, lo que un periódico digital especializado en temas religiosos, pero de los que opina prácticamente en todo lo contrario de lo que enseña el Magisterio, decían sobre el tema. Creo que hay que distinguir en el cardenal saliente dos vertientes: la doctrinal y la de gobernante. Si ha sabido llevar bien la diócesis de Madrid y la Presidencia de la Conferencia Episcopal, en pocas palabras si ha sido un buen gobernante o no, ahí no entro, entre otras cosas porque no tengo suficientes elementos de juicio.

En el periódico digital se le acusa a Rouco de ser un obispo practicante del nacionalcatolicismo, es decir un aliado del poder, acusación que no entiendo mucho si sabemos que tanto con el Gobierno socialista como con Rajoy sus relaciones no han sido precisamente buenas. Pero es sobre todo el aspecto doctrinal el que más me interesa. ¿Ha sido Rouco un obispo católico?

En el programa televisivo la presentadora dijo una serie de frases de Rouco, que para ella eran auténticos disparates, y para mí sencillamente doctrina católica. Personalmente me asombró la profunda ignorancia religiosa de los tertulianos no católicos. Así como de Matemáticas, Medicina o de cualquier ciencia la gente no se atreve a hablar si no sabe, la Religión constituye la excepción. Uno puede hablar y pontificar sobre ella, aunque no tenga ni idea. Recuerdo en este punto el socialista francés Jean Jaurés, cuando en una célebre carta le dice a su hijo que no le exime de la clase de Religión, porque es uno de los temas de los que más se habla, y le pregunta ¿cómo vas a hablar sensatamente sobre ese tema, si no tienes ni idea? Pues algo tan elemental, mchos tertulianos no lo entienden y la lucha contra la clase de Religión es de unos y de otros.

Al hablar de Jesucristo algunos tertulianos decían que le siguen, pero no al Magisterio y a los Obispos. Una pregunta muy sencilla: ¿para ellos quién es Jesús? Porque para la ideología New Age, que la mayor parte de ellos profesa, Jesucristo no puede ser Dios, porque el Dios Personal no existe y por supuesto no creen en la divinidad de Jesús. Ahora bien, para ser cristiano, y en eso están de acuerdo todas las confesiones cristianas, se necesita creer en la Trinidad y en la divinidad de Jesucristo.

Pero estas personas se profesan no creyentes y, en el mejor de los casos, no saben lo que pasa después de la muerte, es decir no creen en la Resurrección. Para ellos el Catolicismo se ha quedado obsoleto, y por supuesto no es “la Verdad la que os hará libres”(Jn 8,32), que es frase de Jesús, sino “la Libertad la que nos hará verdaderos”, como dijo Zapatero, con lo que el relativismo tiene vía libre y la Ley Natural es tan solo una reliquia ideológica y un vestigio del pasado. La Libertad pasa a ser irresponsable, puesto que no tenemos que rendir cuentas a nadie.

Así entendemos que las leyes intenten destruir la familia con el divorcio exprés, el matrimonio homosexual (del que un cardenal dijo que era una ley diabólica; claro que al cardenal que dijo eso y otras cosas le ha costado dejar de ser cardenal y hoy le llamamos Papa Francisco), el aborto no es un crimen horrible, como enseña el Vaticano II, sino que se reconoce “el derecho a la maternidad libremente decidida”, como dice la legislación española, que no se da cuenta que la mujer ya no es libre de ser madre o no, sino que el dilema está en ser madre de un hijo vivo o de un hijo muerto, que se proclama así defensora de este crimen y en su lucha a favor de la muerte ya está preparando el terreno para el crimen de la eutanasia, que en cualquier caso es un asesinato y la experiencia de otros países muestra que buena, si no la mayor parte, de sus víctimas son gente que no desea ser asesinada. A los chicos supervivientes se les trata de imponer una formación afectivosexual que se hará con perspectiva de género, en pocas palabras, olvidémonos del sentido común y aceptemos la corrupción de menores.

Otra crítica que se hace al cardenal es que no se ha preocupado de los pobres. Hace ya muchos años que cuando se me dice esto contesto: “Cítame una institución que haga más por los pobres que la Iglesia Católica”. Todavía estoy esperando contestación.

Termino con una pregunta: ¿me pueden citar ustedes un dicho o texto del cardenal Rouco incompatible con la doctrina católica? Porque si no me equivoco ésa era su misión: enseñar y defender la doctrina católica, que muy a menudo no coincide, ni mucho menos, con lo políticamente correcto. Por cierto, entre lo correcto políticamente y lo correcto católicamente, ¿cuál es mi elección?