Amnistía Internacional y el Aborto
conocía su campaña contra la pena de muerte, campaña en la que estoy de acuerdo, precisamente porque estoy en favor de la vida y si hay algo que me parece falto de toda lógica es estar en contra de la pena de muerte y a la vez a favor del aborto, es decir el matar a seres humanos inocentes
por Pedro Trevijano
La semana pasada me encontré que en una céntrica plaza de mi ciudad estaban poniendo mesas y carteles a favor del aborto. A la vuelta, con ellas ya plenamente instaladas me dejé llevar por la curiosidad de saber quienes eran los promotores de esa iniciativa y qué organización estaba detrás de ese hecho. Era una recogida de firmas a favor del aborto auspiciada por Amnistía Internacional.
Según ellos se nos presentan, Amnistía Internacional (AI) es un movimiento de defensa de los derechos humanos, independiente de cualquier gobierno, ideología política o credo religioso. En la actualidad cuentan, nos dicen, con más de 3 millones de socios, socias, activistas y voluntarios, y están presentes en más de 150 países, trabajando sin descanso por la justicia y por la dignidad de las personas. En España hay más de 65.000 socios y socias, y miles de voluntarios y activistas. Su labor se centra en combatir los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación, la denuncia pública y el activismo. En esta organización su visión y objetivo es la de un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en otras normas internacionales. Hasta aquí yo estaría de acuerdo con ellos, tanto más cuanto que considero que la Declaración de Derechos Humanos de la ONU de 1948 es uno de los documentos más importantes, si no el más importante, del siglo XX. Por supuesto conocía su campaña contra la pena de muerte, campaña en la que estoy de acuerdo, precisamente porque estoy en favor de la vida y si hay algo que me parece falto de toda lógica es estar en contra de la pena de muerte y a la vez a favor del aborto, es decir el matar a seres humanos inocentes. Pero cuando ellos montaron su tenderete en esa plaza de Logroño, aunque había oído hablar de algunas tomas de postura más bien discutibles de Amnistía Internacional, mi buena opinión sobre ellos se me hundió en buena parte. Y se me hundió del todo cuando ya no busqué en Internet simplemente Amnistía Internacional, sino Amnistía Internacional Aborto.
En la propaganda de Amistía Internacional encontramos estas afirmaciones en favor del crimen horrible del aborto, según nos recuerdan tantos médicos y científicos, que creen que su profesión debe servir para curar y no para matar: “El Anteproyecto de ley que restringe el aborto debe ser retirado porque pone en riesgo la salud y la vida de mujeres y niñas”. Estos individuos de Amnistía se olvidan del pequeño detalle que en el aborto es matado, para hablar con propiedad asesinado, un ser humano indiscutiblemente distinto de la madre. Las ecografías muestran muy pronto seres humanos ya formados, y desde luego hasta un analfabeto sabe distinguir la foto de un niño dentro de su madre de la de una jirafa, pongo por ejemplo. Si eso no es un ser humano, ¿qué es?. Todos recordamos el ridículo que hizo cierta ministra cuando dijo lo de “es un ser vivo, pero no un ser humano”. De todos modos no nos creamos que Amnistía Internacional está muy lejos de esto; en la zona del Caribe han llegado a escribir: “Despenalizar el aborto en la región es un compromiso con la vida”. Es una frase que se comenta por sí misma, No soy de la opinión que haya que encarcelar a la madre, pero ¿qué hacer con los que se enriquecen en ese negocio infame?
“Así mismo, la organización afirmó que el anteproyecto de ley tendría un impacto negativo en el trabajo de los profesionales de la salud, creando un clima de miedo que podría llevar a los médicos a rechazar casos y no poder informar adecuadamente a las mujeres. Este anteproyecto de ley pone bajo cuestión el juicio médico de los profesionales de la salud y limita su capacidad de proveer información, consejo y servicios médicos a sus pacientes”. Puedo asegurarles que soy ciertamente testigo del impacto moral negativo que sobre muchos médicos y profesionales sanitarios ejerce el no respeto a la objeción de conciencia que los partidarios del aborto ejercen sobre ellos, oponiéndose a la citada objeción y sin tener en cuenta que un médico o personal sanitario persona decente se ha hecho profesional de la salud para salvar vidas y no para ser una persona que actúa contra la ética médica cometiendo crímenes. El aborto no es un acto médico, como afirman los autores y firmantes de los “Dos documentos en favor de la vida” a los que hice referencia en mi ultimo artículo en “Religión en Libertad”.
Por supuesto, mientras sigan en esta postura contra la vida, estaré en contra de Amnistía Internacional.
Pedro Trevijano
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