«Estrategia» para reventar la visita del Papa
La Iglesia en Cuba pide no convertir los templos en «trincheras políticas»
Varios supuestos disidentes del Gobierno de ocuparon algunas iglesias en varias ciudades.
El Arzobispado de La Habana ha pedido este miércoles a los cubanos no "convertir los templos en trincheras políticas", después de que varios supuestos miembros de la oposición al Gobierno de Raúl Castro ocuparan algunas iglesias en varias ciudades de la isla y se resistieran a abandonarlos.
En un comunicado, el Arzobispado informa de que el pasado martes, 13 de marzo, un grupo de trece personas formado por hombres y mujeres adultos, "quienes se identifican como disidentes", manifestaron al rector de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, padre Roberto Betancourt, "que tenían un mensaje para el Santo Padre Benedicto XVI y una serie de demandas sociales".
Ante la negativa de abandonar el templo, el canciller de la Archidiócesis de La Habana, monseñor Ramón Suárez Polcari, se presentó en el lugar para escuchar a las personas y pedirles que abandonaran el recinto. "Finalmente el templo fue cerrado y los ocupantes permanecieron en su interior", y "con frecuencia hacían y recibían llamadas usando sus teléfonos celulares (móviles)", señala la nota.
Durante todo ese tiempo, "las autoridades eclesiásticas mantuvieron una comunicación frecuente" con los representantes del Gobierno cubano, "quienes se comprometieron a no actuar en modo alguno". La Archidiócesis ofreció trasladar a los ocupantes en coches hasta sus viviendas, pero "todo intento por persuadirlos fue inútil"
Situaciones similares se habrían presentado en otras Iglesias de Cuba, pero los ocupantes abandonaron los templos horas después, destaca el comunicado, que califica este hecho como "una estrategia preparada y coordinada por grupos en varias regiones del país". "No es un hecho fortuito, sino bien pensado y al parecer con el propósito de crear situaciones críticas a medida que se acerca la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba", el próximo 26 de marzo, subraya.
"Hemos recibido comunicación de que otros grupos y personas disidentes fueron convocados a ocupar templos en otras diócesis pero se negaron a hacerlo por considerarlo ´una actitud irrespetuosa hacia la Iglesia´", añade la nota.
El Arzobispado recuerda que "a los templos católicos de todo el país acuden miles y miles de fieles cada día", quienes rezan "oraciones por los presos, los que sufren alguna injusticia, los difuntos o los necesitados de una vida digna" y quienes "nunca faltan en nuestras liturgias y celebraciones".
Por ese motivo, "todo acto que pretenda convertir el templo en lugar de demostración política pública, desconociendo la autoridad del sacerdote, o el derecho de la mayoría que va allí en busca de la paz espiritual y el espacio para la oración, es ciertamente un acto ilegítimo e irresponsable", aclara.
"La Iglesia escucha y acoge a todos, e igualmente intercede por todos, pero no puede aceptar los intentos que desvirtúan la naturaleza de su misión o pueden poner en peligro la libertad religiosa de quienes visitan nuestras iglesias", resalta el Arzobispado.
"Invitamos a quienes así piensan y actúan, a cambiar de actitud, y si son hombres y mujeres que se consideran católicos, a proceder como tales" porque "nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras políticas" ni tampoco "tiene derecho a perturbar el espíritu celebrativo de los fieles cubanos, y de muchos otros ciudadanos, que aguardan con júbilo y esperanza la visita del Santo Padre Benedicto XVI a Cuba", concluye el comunicado.
En un comunicado, el Arzobispado informa de que el pasado martes, 13 de marzo, un grupo de trece personas formado por hombres y mujeres adultos, "quienes se identifican como disidentes", manifestaron al rector de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, padre Roberto Betancourt, "que tenían un mensaje para el Santo Padre Benedicto XVI y una serie de demandas sociales".
Ante la negativa de abandonar el templo, el canciller de la Archidiócesis de La Habana, monseñor Ramón Suárez Polcari, se presentó en el lugar para escuchar a las personas y pedirles que abandonaran el recinto. "Finalmente el templo fue cerrado y los ocupantes permanecieron en su interior", y "con frecuencia hacían y recibían llamadas usando sus teléfonos celulares (móviles)", señala la nota.
Durante todo ese tiempo, "las autoridades eclesiásticas mantuvieron una comunicación frecuente" con los representantes del Gobierno cubano, "quienes se comprometieron a no actuar en modo alguno". La Archidiócesis ofreció trasladar a los ocupantes en coches hasta sus viviendas, pero "todo intento por persuadirlos fue inútil"
Situaciones similares se habrían presentado en otras Iglesias de Cuba, pero los ocupantes abandonaron los templos horas después, destaca el comunicado, que califica este hecho como "una estrategia preparada y coordinada por grupos en varias regiones del país". "No es un hecho fortuito, sino bien pensado y al parecer con el propósito de crear situaciones críticas a medida que se acerca la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba", el próximo 26 de marzo, subraya.
"Hemos recibido comunicación de que otros grupos y personas disidentes fueron convocados a ocupar templos en otras diócesis pero se negaron a hacerlo por considerarlo ´una actitud irrespetuosa hacia la Iglesia´", añade la nota.
El Arzobispado recuerda que "a los templos católicos de todo el país acuden miles y miles de fieles cada día", quienes rezan "oraciones por los presos, los que sufren alguna injusticia, los difuntos o los necesitados de una vida digna" y quienes "nunca faltan en nuestras liturgias y celebraciones".
Por ese motivo, "todo acto que pretenda convertir el templo en lugar de demostración política pública, desconociendo la autoridad del sacerdote, o el derecho de la mayoría que va allí en busca de la paz espiritual y el espacio para la oración, es ciertamente un acto ilegítimo e irresponsable", aclara.
"La Iglesia escucha y acoge a todos, e igualmente intercede por todos, pero no puede aceptar los intentos que desvirtúan la naturaleza de su misión o pueden poner en peligro la libertad religiosa de quienes visitan nuestras iglesias", resalta el Arzobispado.
"Invitamos a quienes así piensan y actúan, a cambiar de actitud, y si son hombres y mujeres que se consideran católicos, a proceder como tales" porque "nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras políticas" ni tampoco "tiene derecho a perturbar el espíritu celebrativo de los fieles cubanos, y de muchos otros ciudadanos, que aguardan con júbilo y esperanza la visita del Santo Padre Benedicto XVI a Cuba", concluye el comunicado.
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