Demoledora encuesta desde Irak: los cristianos, «en extinción» y los que quedan se plantean emigrar
Existe una posibilidad muy real de que el cristianismo desaparezca de Irak, una zona donde los seguidores de Cristo han estado presentes desde prácticamente el inicio del cristianismo. Así lo recoge un macro-informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada tras haber realizado encuestas durante un año a los cristianos que viven en esta zona en la que se han sucedido las persecuciones.
Bajo el nombre de La vida después de ISIS: nuevos desafíos para los cristianos en Irak, el estudio muestra los retos que están afrontando los cristianos iraquíes que han vuelto a sus poblaciones de origen en la llanura de Nínive tras la invasión de Estado Islámico en 2014.
El informe advierte que, si la comunidad internacional no toma medidas inmediatas, la emigración forzada podría reducir la población cristiana en la región en cuatro años a un 80% menos de la que había antes de la invasión del DAESH. Esto haría que la comunidad cristiana pasara de la categoría de "vulnerable" a la categoría crítica de “en peligro de extinción”.
De este modo, el 100% de los cristianos que habitan en la zona de Nínive declara que siente falta de seguridad y el 87% que la siente “mucho” o “notablemente”.
Las encuestas señalan la actividad violenta de las milicias locales y la posibilidad de un regreso del Estado Islámico como los principales motivos de este temor. Un 69% señala esta como la causa primera que una posible migración obligada. Además de la inseguridad, los cristianos indican la falta de perspectivas laborales y desarrollo económico (70%), la corrupción económica y administrativa (51%) y la discriminación religiosa (39%) que sienten a nivel social como los desafíos actuales que siguen empujando a los cristianos a la migración.
Las disputas entre el gobierno central de Bagdad y el gobierno regional del Kurdistán, notable en ciertas zonas de mayoría cristiana, aumentan el sentimiento de inseguridad. “El informe no es pesimista, pero es una clara advertencia porque sin una acción política concertada e inmediata la presencia de los cristianos en la región de las Llanuras de Nínive y sus alrededores será eliminada”, denuncia el director del estudio.
Ayuda a la Iglesia Necesitada aportó 6,5 millones de euros para la reconstrucción de un 35% de las viviendas, en total 2.860 en seis ciudades y aldeas de las Llanuras de Nínive. Estos esfuerzos tuvieron el efecto deseado y un significativo número de familias han retornado a casa. “Hasta abril de 2020 han regresado 45% de las familias, aunque muchas de ellas segregadas, sólo parte de los miembros que las constituían han regresado, pero un total de 8.166 casas dañadas y destruidas han sido reparadas,” resume el representante de la Fundación.
A pesar de las cifras, las últimas encuestas de esta fundación pontificia preocupan porque revelan que, si bien la falta de vivienda ha dejado de ser un obstáculo, el miedo y la inseguridad dominantes en la zona dificultan que se cumplan las condiciones favorables para la sobrevivencia de los cristianos iraquíes.
“El panorama es inevitablemente sombrío porque los cristianos sienten que han llegado a un punto de inflexión en lo que respecta a la viabilidad de su presencia en la región”, subraya el padre Halemba, jefe del departamento de Medio Oriente de ACN y director del estudio.
“Existen estrategias de contención, planes e iniciativas que no sólo son factibles sino sostenibles si se diera una cooperación regional, nacional e internacional. Por muchas y variadas que sean estas estrategias, lo que todas tienen en común es la urgencia,” recalca.
Además de medidas para ayudar al desarrollo económico, el jefe de proyectos para Medio Oriente reclama “la presencia de una representación permanente de los cristianos en el gobierno nacional y local para asegurar la defensa de sus derechos humanos fundamentales, especialmente el derecho a la igualdad de ciudadanía,” algo que hoy en día no se da.
“Por nuestra parte haremos todo lo que está en nuestras manos, las generaciones futuras nunca deberían echarnos en cara: hicisteis demasiado poco, demasiado tarde,” concluye el padre Halemba.