La Iglesia Ortodoxa Ucraniana del metropolita Onofre decide desvincularse del Patriarcado de Moscú
El sínodo de obispos de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, bajo la autoridad del metropolita Onofre, decidió este viernes romper sus vínculos con el Patriarcado de Moscú y declarar su autonomía. Esta comunidad, que agrupa a buena parte de los ortodoxos ucranianos, sobre todo en el Este del país, se había mantenido bajo el Patriarca Kiril de Moscú cuando en 2018 surgió la Iglesia de Ucrania del metropolita Epifanio, con el reconocimiento y apoyo del Patriarca de Constantinopla.
Su vinculación a la Iglesia Rusa no impidió a Onofre condenar la invasión de su país el 24 de febreo, invitando a orar por la resistencia y apelando "al presidente de Rusia" para que detuviese una "guerra fraticida": "Los pueblos ucraniano y ruso salieron de la pila bautismal del Dniéper, y la guerra entre estos pueblos es una repetición del pecado de Caín". También apeló al clero ortodoxo, a "ambos lados" del conflicto armado, "para que se vean como hermanos y colaboren en el camino de una tregua".
El metropolita Onofre, cabeza de la ahora autónoma Iglesia Ortodoxa Ucraniana.
Sin embargo, el apoyo del Patriarca Kiril a su gobierno, que considera la intervención rusa como de apoyo a la población del Donbás, ha sido finalmente decisiva para que el sínodo de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, después de 3 meses completos de guerra, haya optado por su "plena independencia" respecto al Patriarcado de Moscú.
"Condenamos la guerra como una violación del mandamiento de 'No matarás', y expresamos nuestra condolencia a todos los afectados por la guerra", dice el Sínodo: "Llamamos también a las autoridades ucranianas y a la Federación Rusa a continuar el proceso de negociación y a buscar una solución fuerte y racional que pueda detener el baño de sangre".
Los mandatarios ortodoxos que aún seguían bajo dependencia religiosa rusa expresan también su "desacuerdo" con "la posición del Patriarca de Moscú sobre la guerra en Ucrania", por lo que han aprobado "modificaciones al estatuto administrativo de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana en el sentido de una plena autonomía e independencia".
Dialogar con los otros ortodoxos de Ucrania
En cuanto a su relación con sus vecinos de la otra gran iglesia ortodoxa en el país, la Iglesia de Ucrania (del metropolita Epifanio de Kiev, reconocida por el Patriarcado de Constantinopla y el de Alejandría), se abre la posibilidad de un diálogo, pero para ello piden "que los representantes de la Iglesia de Ucrania deben dejar de ocupar iglesias y apropiarse de parroquias de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana".
También señalan que la Iglesia de Ucrania de Epifanio “debe darse cuenta de que su estatus normal, tal como definen sus estatutos, no es de hecho de autocefalia, y es significativamente inferior".
En cambio, como destaca el Orthodox Times, en el post en Telegram que ha publicado Nikolai Danilevich, vicepresidente de relaciones eclesiásticas extranjeras de Onofre, se anuncia sobre la Iglesia Ortodoxa Ucraniana: "Toda referencia a la conexión de la Iglesia con el Patriarcado de Moscú se ha retirado. De hecho, en contenido, el estatuto de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana es ahora el de una iglesia autocéfala".
Los ortodoxos ucranianos ligados a Moscú tenían sus propios sínodos regionales desde 1992 y en los últimos años habían ganado algo más de autonomía, pero la guerra lo ha cambiado todo. En la decisión final ha pesado mucho la opinión de los fieles, que ha sido solicitada y tenida en cuenta por los obispos para definir su posición.
Durante años, muchos ortodoxos de Ucrania habían intentado no significarse en el conflicto entre ambas obediencias (la de Moscú y la de Kiev), aunque Kiev iba ganando cada vez más adeptos, mientras que la opción "sólo soy ortodoxo" y la del Patriarcado de Moscú iba disminuyendo, sobre todo a partir de la ocupación de Crimea por parte de las tropas rusas en 2014.
Cristianos en Ucrania: muchos cerca de Polonia; menos cerca de Rusia
Ucrania es uno de los países de Europa en los que el cristianismo ha crecido en el siglo XXI. En el año 2000, se declaraban creyentes un 60%; en 2016, lo hacía un 70%. Parece que la mitad de los que titubeaban entre creer y no creer (un 22% en el 2000) se fueron haciendo creyentes, porque en 2016 eran sólo un 10%.
Un sondeo del centro Razumkov (a más de 2.000 personas en 2016) da resultados de religiosidad por regiones: en el Oeste, con Leópolis como capital, la zona con más católicos y más influencia polaca, que perteneció al antiguo Imperio Austro-Húngaro, se declaran creyentes el 91%. En esa región, el 30% de la población es grecocatólica (el 60% en la provincia de Leópolis).
En cambio, en el Este, en el Dombás, con ciudades industriales creadas de la nada por los soviéticos y pobladas por trabajadores traídos de Rusia, los creyentes son sólo un 57% y los grecocatólicos casi indetectables.
La realidad es que la población ucraniana es mucho más religiosa que la rusa, y el Patriarcado de Moscú tenía muchas de sus parroquias más vivas y numerosas en territorio ucraniano. Ahora pierde esas parroquias así como muchos monasterios, entre ellos el más antiguo, el Monasterio de las Grutas de Kiev.
Reacción de Moscú: como si no hubiera pasado nada
El metropolita Hilarión, responsable de relaciones exteriores del Patriarcado de Moscú, publicó una nota quitando toda importancia a la declaración de "independencia" del sínodo de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, asegurando que ya era independiente.
"Por las decisiones de ayer, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana testificó una vez más que es completamente autónoma, que el centro de su iglesia no está ubicado en Moscú, sino en Kiev, que no depende de Moscú ni administrativa ni financieramente ni de ninguna otra manera.", aseguró Hilarión.
"Se preserva la unidad entre la Iglesia Ortodoxa Ucraniana y la Iglesia Ortodoxa Rusa, así como con otras Iglesias Ortodoxas Locales que no han tomado el camino del cisma. Continuaremos fortaleciendo esta unidad", añade.
Desde hace un par de años, Moscú considera cismáticos a la Iglesia Ucraniana de Epifanio y a quien la reconozca, incluyendo los Patriarcados de Constantinopla y Alejandría y la Iglesia autocéfala de Grecia.
Hilarión aprovechó para referirse a los casos de parroquias que en el contexto de la guerra son confiscadas, cerradas u ocupadas por las autoridades ucranianas o fieles de la Iglesia Ucraniana: "Los cismáticos están tratando de quitarle sus propiedades, las autoridades ucranianas han organizado la persecución de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, está prohibida en varias áreas, sus iglesias están cerradas, asaltantes confiscan iglesias". Y añade, protestando: "Están tratando de privar a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana de su nombre legal, para cambiarle el nombre a Iglesia Rusa en Ucrania".