Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

HEMEROTECA Comprender la perversa lógica apocalíptica que les mueve

¿Es Estado Islámico una mafia de locos descontentos nihilistas? ¿O creen su retórica del siglo VII?

La propaganda de Estado Islámico busca siempre reforzar su teología y sus profecías apocalípticas para lograr reclutas y financiación
La propaganda de Estado Islámico busca siempre reforzar su teología y sus profecías apocalípticas para lograr reclutas y financiación

P.J.G. / ReL

Janet Daley, una influyente comentarista del diario inglés The Telegraph escribió un artículo a propósito de los atentados yihadistas en París y los disparos en la sala Bataclan titulado “Occidente está en guerra contra un culto a la muerte”. Su postura es que la violencia extrema de Estado Islámico es “histérica”, sin peticiones racionales ni límites de negociación ni objetivos comprensibles. Se trataría de unos locos o unos nihilistas o ambas cosas a la vez.

Daley no lo menciona, pero esta postura parece la del novelista Vladimir Bartol en su novela Alamut, sobre la secta islámica de los Assassin del siglo XI-XII. La novela, escrita en 1938, muestra que el líder de esta secta religiosa de asesinos suicidas, Hassan Ibn Sabbah, resulta ser en realidad un nihilista, no un fanático religioso, y usa la religión sólo para sus propias ansias de poder y cierta locura nietzschiana.

Bartol en 1938 en realidad pensaba más bien en el crecimiento de los totalitarismos laicos en Europa y no podía prever que sus asesinos de Alamut se quedarían pequeños en pleno siglo XXI ante las barbaridades de Estado Islámico.

No son nihilistas: siguen un manual
Mark Durie, un pastor anglicano miembro experto del Middle-East Forum y fundador del Institute for Spiritual Awareness responde a la columnista del Telegraph: Estado Islámico no es nihilista, simplemente aplica de forma integrista lo que pone en el Corán, una ideología y estrategia de guerra y conquista del siglo VII.

Estado Islámico cree que, a la larga, vencerá si aplica lo que ve escrito en el Corán, cumpliendo así lo que entiende que son profecías.

Si la Sura 9,5 en el Corán dice “Luchad y matad a los idólatras [mushrik] donde los encontréis”, ellos buscan no creyentes y los matan. El comunicado de Estado Islámico tras los atentados clasificaba a los asistentes al concierto de Bataclan en esta categoría.

El comunicado de Estado Islámico declara que ISIS “ama la muerte como vosotros amáis la vida”. La periodista Daley lo lee como signo de nihilismo y secta tanatólatra (que adora la muerte). Pero no es así exactamente. Ellos usan vocabulario del Corán, donde se regaña a una serie de enemigos del Corán por amar demasiado la vida, característica propia de cobardes infieles (Suras 3,13; 14,3; 75,20; 76,27) ya que lo que importa es la otra vida que ofrece Alá a quien muere luchando por él.



Aterrar: una exigencia de guerra según el Corán
Mark Durie insiste en que “los asesinatos sirven a un propósito estratégico. Buscan aterrar a los infieles y debilitar su voluntad de resistir la dominación islámica”.

Un psicólogo militar del siglo XXI puede dudar de la eficacia práctica y militar de esta técnica, pero a Estado Islámico le da igual porque están obligados a usar esta técnica de terror ya que les está dictaminado en su manual del siglo VII que es el Corán. Ellos han leído en la Sura 8,12: “Lanzaré miedo en los corazones de los que no creen. Así que golpea sus cuellos y córtales los dedos”. Y han estudiado lo que según el Corán hizo Mahoma luchando contra los judíos de Medina (Sura 33, 26-27): “Pusiste terror en sus corazones, mataste a un grupo y tomaste cautivo a otro. Él te hizo heredar su tierra, sus hogares, su riqueza y una tierra que no habías pisado”.

Primero va el terror, después la ocupación de casas vacías y toma de botín: en buena parte de Siria e Irak los yihadistas de ISIS han comprobado que así era. Mosul, la segunda o tercera ciudad más grande de Irak, cayó en sus manos casi sin combate: el terror (y quizá la traición también) se la entregó.

Objetivo: someter todo el mundo al califato
El objetivo de Estado Islámico no es incomprensible sino muy concreto: lograr someter todo el mundo a su variante del Islam. No les importa dedicarle siglos al asunto. La forma política concreta que buscan está bien definida: un califato que gobierna a musulmanes y tolera sólo a judíos o cristianos sometidos como “dhimmis”, bajo reglas e impuesto especiales, y todo bajo la ley de la sharia.



Mucha gente en Occidente, sobre todo en países que han sido potencias coloniales de territorios musulmanes, como es el caso de Inglaterra y Francia, con mala conciencia por su pasado colonial y aplicando categorías del pensamiento marxista y conceptos como “lucha de clases”, etc… piensan que “alguna maldad –sobre todo económica- habrá hecho Occidente” en países musulmanes para ser odiado y atacado.

Pero el comunicado de Estado Islámico es bastante claro: la culpa no viene por ser colonialista, sino por no ser musulmán.

Los yazidíes, por ejemplo, que son pobres y políticamente irrelevantes, han sido exterminados, asesinados y esclavizados simplemente por estar clasificados como idólatras.

Saquear y asustar es un prólogo
Para Estado Islámico, el terror y las incursiones de saqueo y amedrentamiento son prólogo a una invasión de conquista… pero puede ser un prólogo que dure décadas o siglos. En Irak, Siria o Nigeria, Estado Islámico usa las otras recetas que lee en el Corán: tomar botín, tomar esclavos, destruir infraestructuras, cobrar tributos… Métodos del s.VII aplicados con la tecnología y las redes económicas del siglo XXI.

ISIS cree que tendrá éxito si se mantiene fiel a sus objetivos y tácticas que ha recibido de la divinidad. Cree que las naciones de Europa son moralmente corruptas, son infieles débiles que aman tanto la vida que no lucharán a muerte mientras que sus musulmanes son valientes con el corazón puesto en el paraíso. Cree que Europa está en el lado equivocado de la historia”, afirma Durie.

La respuesta: romper sus profecías
Mark Durie explica que Occidente debe responder demostrando que está dispuesto a luchar una guerra larga, incluso interminable, pero con firmeza.

Estado Islámico necesita territorio (necesita un califato) y si recibiera una gran derrota militar podría replantearse su teología del éxito. “Las leyes islámicas de la guerra permiten a los musulmanes aplazar la batalla con el infiel por un tiempo si no hay probabilidad inmediata de victoria y los riesgos para la causa son demasiado elevados”, asegura Durie.

Por otro lado, el yihadismo no es sólo Estado islámico, sino toda una ideología que se predica en multitud de mezquitas y madrasas del mundo con financiación que llega de Arabia Saudí y países del Golfo, financiación e ideas que los estados occidentales y sus aliados no están sabiendo frenar en serio.

Otro análisis resumido lo ha publicado en inglés Zelda Caldwell, de Aleteia, resumiendo un artículo muy largo de Graeme Wood de marzo titulado “What ISIS really wants”. Dirigiéndose a un público norteamericano señala los errores de la administración Obama, que durante mucho tiempo pensó que Estado Islámico eran unos locos escindidos de Al Qaeda con los que se podían lograr objetivos geoestratégicos.

Wood señala además unos rasgos definitorios de Estado Islámico:

- No son Al Qaeda y su análisis del Corán y sus profecías es distinto

- Creen que el Corán profetiza que esta época es especial, época de expansión del Islam en la inminencia del Apocalipsis… y que ellos son los llamados a cumplirlo



- Creen que para ese Apocalipsis es necesario un califato, con un territorio en el que se cumpla la sharia… y ya lo tienen en Siria e Irak

- Creen en una serie de profecías que han de cumplirse como que habrá una batalla contra “Roma” en Dabiq, Siria, que saquearán Estambul, que lucharán contra un anti-Mesías y que volverá el profeta Isá (Jesús) en su bando.

- Creen estar obligados a expandir el califato mediante la guerra con al menos un ataque cada año; cortar cabezas, esclavizar, etc… son los medios para ello, aterrorizar al enemigo es esencial según su manual

- A Estado Islámico le gustaría que tropas occidentales desembarcasen en el territorio de su Califato. Piensa que le proporcionaría reclutas y popularidad en todo el mundo.

- Wood cree que pasados unos años (pero bastantes), si no hay fin del mundo, mesías, crecimiento constatable (como el del Islam guerrero en su primer siglo) y botín suficiente, este movimiento mesiánico se desinflará… como ha pasado otras veces

- Son fanáticos religiosos, y tratar de sobornarles con compensaciones temporales, intereses políticos, etc… no funcionará

Al final, para entender Estado Islámico, dicen estos expertos, es necesario volver a una mentalidad de guerrero islamista del s.VII. Otros análisis no entenderán su actividad.

(Este es un artículo de Hemeroteca; se publicó originariamente el 18 de noviembre de 2015; han cambiado algunas cosas: Estado Islámico ya casi no tiene territorio, excepto en zonas de Siria, y desde 2016 ha empezado a usar atentados con camiones y vehículos contra viandantes en calles turísticas europeas)
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