Encuentran en una iglesia los cuerpos de 34 niños sepultados tras el tsunami en Indonesia
El terremoto y posterior tsunami que sacudió el pasado viernes la isla indonesia de Célebes ha dejado al menos una cifra de 1.203 muertos, según los datos que las autoridades ofrecieron este lunes. Sin embargo, el número de fallecidos sigue aumentando rápidamente y los servicios de emergencia van encontrando nuevas víctimas según van avanzando en sus labores de rescate.
Es lo que ha pasado por ejemplo en el distrito de Sigi, al sur de Palu, donde los equipos de emergencia han encontrado en una iglesia los cuerpos de 34 niños que estaban en un campamento para aprender la Biblia.
Todavía hay miles de personas desaparecidas y aisladas, por lo que el gobierno indonesio ha declarado estar completamente desbordado ante la catástrofe que ha sufrido esta isla. Se cree que el número de muertos podría dispararse en los próximos días.
Mientras tanto, la Iglesia Católica en el país ya trababa a contrarreloj para poder atender a los numerosos damnificados del tsunami.
El testimonio de los misioneros
El padre Paulus Laurentius Pitoy, religioso indonesio y miembro del Consejo General de los Misioneros del Sagrado Corazón ha explicado que “la situación es muy difícil para la gente, tanto física como espiritualmente, debido a la destrucción”.
“La falta de servicios básicos está provocando un gran número de desplazados. Los habitantes de Palu tienen miedo, están traumatizados. Muchos intentan abandonar la ciudad por todos los medios posibles”, ha proseguido.
“Movidos por la desesperación, los comercios están siendo asaltados por personas hambrientas. La falta de alimentos es el detonante de la actual situación de caos”, ha lamentado. Ante las graves dificultades que atraviesa el país del Sudeste Asiático, el sacerdote de origen indonesio ha agradecido “la simpatía, oraciones y solidaridad” de sus hermanos misioneros.
El área central de la costa occidental de la isla de Célebes (Sulawesi, en indonesio) sufrió el viernes dos seísmos: uno de magnitud 6, que causó un muerto y algunos heridos más, y otro mucho más potente de 7,5. Este último temblor desencadenó un tsunami que, según se aprecia en las imágenes publicadas en las redes sociales, se llevó por delante varios edificios en Palu mientras los habitantes huían para refugiarse en las zonas altas.
Cáritas despliega todo su equipo
Por su parte, el padre Banu Kurnianto, director de Cáritas Indonesia (Karina Kwi), ha informado que varios de sus sus colaboradores ya partieron de Makassar (Célebes del Sur) hacia Palu, capital de la provincia de Célebes Central y a las ciudades próximas al epicentro del desastre. “Como todos sabemos - afirma el sacerdote de la arquidiócesis de Semarang (Java Central) - en algunas zonas las infraestructuras telefónicas están fuera de servicio y esto hace imposible los contactos con nuestros funcionarios que están en la zona”.
El padre Kurnianto explica a AsiaNews que por el momento “es necesaria una evaluación en el lugar, para establecer qué tipo de medidas adoptar”.
A estas horas, Cáritas trabaja en estrecho contacto con sus socios de la diócesis de Manado (Célebes del Norte) y en la arquidiócesis de Makassar (Célebes del Sur). Éstas últimas han autorizado a la Comisión para el desarrollo socioeconómico (PSE Komisi) a abrir una cuenta bancaria para recolectar fondos que serán destinados a las víctimas de la tragedia. Situada en el centro de la isla de Célebes, a Palu se puede llegar desde ambas ciudades, pero el viaje por tierra es complicado, en cuanto los temblores de terremoto causaron el colapso de los principales puentes.
Cáritas monitorea la situación y organizó una reunión de coordinación con comisiones en las diócesis de Manado y Makassar. Ambas circunscripciones eclesiásticas están muy cerca del área afectada. Un equipo de socorro proveniente de Makassar está ahora en Mamuju (Célebes Oeste) para encontrarse con algunos voluntarios. Pronto llegará a Palu y realizará las primeras evaluaciones.
La Comisión de la diócesis de Manado enviará personal y voluntarios que trabajarán junto a los colegas de Makassar. A ellos se agregará también la Comunidad de médicos católicos de la diócesis, que se ocupará de la asistencia y atención médicas.