El Sínodo Panortodoxo -el primero en mil años- se dedicará a asuntos internos, avisa Bartolomé
El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, ha publicado este viernes una "encíclica patriarcal y sinodal" sobre el sentido del Sínodo Panortodoxo que tendrá lugar del 18 al 27 de junio en la isla de Creta (Grecia), la primera reunión sinodal de todas las Iglesias ortodoxas desde la ruptura con Roma hace mil años.
Bartolomé no solo tiene un primado de honor como Patriarca de Constantinopla, sino que es el anfitrión: es el pastor directo de la isla de Creta, así como de las islas del Egeo y del Dodecaneso, los ortodoxos que viven en Turquía y Estambul (pocos), diversas diócesis ortodoxas en Estados Unidos y Europa y las iglesias ortodoxas de Estonia y Finlandia (que evitan así estar bajo el control de Moscú). En total, pastorea unos 3 millones de fieles.
En su "Encíclica Patriarcal y sinodal", Bartolomé insiste en la importancia de los sínodos como fuente única para establecer la doctrina y distinguir la herejía de la enseñanza ortodoxa. El texto no entra a valorar el hecho de que durante mil años los ortodoxos hayan estado discirniendo su doctrina sin ningún Sínodo conjunto, tomando decisiones cada país (o iglesia autocéfala) por su cuenta. De hecho, preparar este encuentro ha costado casi 50 años de negociaciones entre los distintos Patriarcados ortodoxos.
Bartolomé loa en su texto el valor de la sinodalidad para la Ortodoxia: "Sin la decisión del Sínodo, el discernimiento entre la ortodoxia y la herejía no es posible. Todos los dogmas de la Iglesia y sus sagrados cánones tienen el sello de la sinodalidad".
Y continúa: "La manera de imponer la verdad frente a la mentira", ha sido "lo que la Iglesia ha seguido desde el principio en el transcurso de su historia, y esto no es más que la colegialidad. El discernimiento entre la verdad y la mentira, entre la ortodoxia y la herejía, no siempre es fácil. Incluso los herejes creyeron y creen seguir la verdad".
Prosigue el texto: "La Iglesia ortodoxa en este caso reconoce una sola y única autenticidad: el Sínodo de los Obispos canónicos. Sin la decisión del Sínodo, el discernimiento entre la ortodoxia y la herejía no es posible. Todos los dogmas de la Iglesia y sus sagrados cánones traen el sello de la sinodalidad. La ortodoxia es la Iglesia de la colegialidad. La Iglesia ortodoxa siempre ha hecho hincapié en este principio eclesiológico y aplicado fielmente a nivel local".
Retos sociales... pero lo interno tiene primacía
Han pasado muchas cosas en mil año, y más aún en las últimas decadas, con elementos básicos de la convivencia como la libertad religiosa, la familia, el matrimonio y la filiación siendo redefinidos por nuevas ideologías mundanas y con la colaboración de los poderes políticos.
Pero el Patriarca avisa que el Sínodo se va a centrar en arreglar asuntos internos de las iglesias ortodoxas mientras que los mensajes para el mundo deberán esperar a otra ocasión.
"El objetivo principal e importancia de este Sínodo panortodoxo – se lee en el documento - es demostrar que la Iglesia Ortodoxa es Una, Santa, Católica y Apostólica, unidos en los misterios y por supuesto en la divina Eucaristía y en la fe ortodoxa, sino también en la sinodalidad. Para ello se ha preparado para un largo período de tiempo, a través de una serie de comités preparatorios y Conferencias Presinodales, por lo que los documentos de sus decisiones trasparentes al unísono, y su razón, porque se expresa ‘con una sola voz y con un sólo corazón’”.
"Sabemos, por supuesto - concluye el texto del Patriarca Bartolomé – que el mundo está esperando oír la voz de la Iglesia ortodoxa en muchas de las cuestiones que se presentan, que son preocupación del hombre de hoy. Sin embargo, se considera necesario que la Iglesia ortodoxa reordene primero las cosas de su propia casa, antes de dar una palabra para el mundo, que no ha dejado de considerarlo como un deber. El hecho de que la Ortodoxia, tras el paso de tantos siglos, exprese su sinodalidad a nivel mundial, es el primer y decisivo paso que se espera que, a través de la gracia de Dios, no mucho después otros lo sigan, a través de la convocatoria, si Dios quiere, de otro Sínodo Panortodoxo".
Bartolomé no solo tiene un primado de honor como Patriarca de Constantinopla, sino que es el anfitrión: es el pastor directo de la isla de Creta, así como de las islas del Egeo y del Dodecaneso, los ortodoxos que viven en Turquía y Estambul (pocos), diversas diócesis ortodoxas en Estados Unidos y Europa y las iglesias ortodoxas de Estonia y Finlandia (que evitan así estar bajo el control de Moscú). En total, pastorea unos 3 millones de fieles.
En su "Encíclica Patriarcal y sinodal", Bartolomé insiste en la importancia de los sínodos como fuente única para establecer la doctrina y distinguir la herejía de la enseñanza ortodoxa. El texto no entra a valorar el hecho de que durante mil años los ortodoxos hayan estado discirniendo su doctrina sin ningún Sínodo conjunto, tomando decisiones cada país (o iglesia autocéfala) por su cuenta. De hecho, preparar este encuentro ha costado casi 50 años de negociaciones entre los distintos Patriarcados ortodoxos.
Bartolomé loa en su texto el valor de la sinodalidad para la Ortodoxia: "Sin la decisión del Sínodo, el discernimiento entre la ortodoxia y la herejía no es posible. Todos los dogmas de la Iglesia y sus sagrados cánones tienen el sello de la sinodalidad".
Y continúa: "La manera de imponer la verdad frente a la mentira", ha sido "lo que la Iglesia ha seguido desde el principio en el transcurso de su historia, y esto no es más que la colegialidad. El discernimiento entre la verdad y la mentira, entre la ortodoxia y la herejía, no siempre es fácil. Incluso los herejes creyeron y creen seguir la verdad".
Prosigue el texto: "La Iglesia ortodoxa en este caso reconoce una sola y única autenticidad: el Sínodo de los Obispos canónicos. Sin la decisión del Sínodo, el discernimiento entre la ortodoxia y la herejía no es posible. Todos los dogmas de la Iglesia y sus sagrados cánones traen el sello de la sinodalidad. La ortodoxia es la Iglesia de la colegialidad. La Iglesia ortodoxa siempre ha hecho hincapié en este principio eclesiológico y aplicado fielmente a nivel local".
Retos sociales... pero lo interno tiene primacía
Han pasado muchas cosas en mil año, y más aún en las últimas decadas, con elementos básicos de la convivencia como la libertad religiosa, la familia, el matrimonio y la filiación siendo redefinidos por nuevas ideologías mundanas y con la colaboración de los poderes políticos.
Pero el Patriarca avisa que el Sínodo se va a centrar en arreglar asuntos internos de las iglesias ortodoxas mientras que los mensajes para el mundo deberán esperar a otra ocasión.
"El objetivo principal e importancia de este Sínodo panortodoxo – se lee en el documento - es demostrar que la Iglesia Ortodoxa es Una, Santa, Católica y Apostólica, unidos en los misterios y por supuesto en la divina Eucaristía y en la fe ortodoxa, sino también en la sinodalidad. Para ello se ha preparado para un largo período de tiempo, a través de una serie de comités preparatorios y Conferencias Presinodales, por lo que los documentos de sus decisiones trasparentes al unísono, y su razón, porque se expresa ‘con una sola voz y con un sólo corazón’”.
"Sabemos, por supuesto - concluye el texto del Patriarca Bartolomé – que el mundo está esperando oír la voz de la Iglesia ortodoxa en muchas de las cuestiones que se presentan, que son preocupación del hombre de hoy. Sin embargo, se considera necesario que la Iglesia ortodoxa reordene primero las cosas de su propia casa, antes de dar una palabra para el mundo, que no ha dejado de considerarlo como un deber. El hecho de que la Ortodoxia, tras el paso de tantos siglos, exprese su sinodalidad a nivel mundial, es el primer y decisivo paso que se espera que, a través de la gracia de Dios, no mucho después otros lo sigan, a través de la convocatoria, si Dios quiere, de otro Sínodo Panortodoxo".
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