En Gaza, bajo el control de Hamás, los cristianos celebran la Navidad en casas y en sus 2 parroquias
Ameer y Abdulá son dos adolescentes palestinos de 15 años y vecinos del barrio Remal de la ciudad de Gaza, pero uno cristiano y otro musulmán, que asisten juntos al colegio, juegan y comparten actividades como cualquier otra pareja de amigos de la Franja.
Ameer y Abdulá, así como sus respectivas familias, mantienen una amigable relación de vecindad en una sociedad donde los cristianos son minoría entre la conservadora mayoría musulmana.
Los dos chicos nunca preguntan al otro sobre religión, pues cada uno sabe cuál es la suya y no ven razón para entrar en discusiones ideológicas.
"Para nada, no nos preocupa quién es cristiano o musulmán, lo que nos importa es mantener nuestra buena amistad sin que nada pueda perjudicarla", afirma Abdulá mientras sujeta una pequeña bola de color verde antes de colocarla en el árbol de Navidad que la familia de su amigo ha dispuesto en la entrada de su vivienda.
En cuanto Abdulá se enteró de que Ameer tenía el árbol de Navidad preparado este año, quiso ayudarle a adornarlo y ambos jóvenes junto a otros vecinos y vecinas cristianos y musulmanes participaron en la decoración y puesta a punto del tradicional abeto de plástico con pequeños muñecos y coloridas bolas.
Ameer es feligrés de una de las dos iglesias que hay en la ciudad de Gaza a la que acude cada domingo y en las festividades cristianas [en Gaza hay una parroquia católica y otra ortodoxa, nota de ReL], mientras Abdulá hace lo propio asistiendo los viernes al rezo en la mezquita de su barrio así como en días festivos.
Los chicos se separan únicamente durante la oración y cuando cada uno se va a dormir a su casa.
Ameer, de pelo rubio y el pequeño de cuatro hermanas coincide con su amigo de juegos en que más allá de la religión que abraza cada uno, "todos somos palestinos y nada puede impedir que Abdulá y yo seamos amigos".
Antes de que el movimiento islamista Hamás se hiciera violentamente con el control de Gaza en 2007, alrededor de 4.000 cristianos vivían en este enclave.
Pero su número se ha ido reduciendo paulatinamente hasta los 1.800 de hoy en día entre una población de 1,8 millones, en parte debido a tres conflicto bélicos de envergadura lanzados por Israel y el subsiguiente impacto en la maltrecha situación económica.
Israel ha autorizado como cada año a un número limitado de palestinos cristianos de Gaza, 800 en esta ocasión, a que puedan abandonar la Franja y visitar Jerusalén o Cisjordania durante el período navideño, de acuerdo al Coordinador de las Actividades del Gobierno israelí en los Territorios palestinos (COGAT, por sus siglas en inglés).
"Aquellos que tienen la oportunidad de salir, lo hacen. Algunos nunca regresan porque han encontrado la libertad en otro sitio", sostiene Suheil Tarzazi, miembro de la asociación cristiana juvenil YMCA, sobre el descenso de la comunidad cristiana de Gaza.
Con todo, reconoce que el trato a los cristianos por parte de las autoridades islamistas es correcto: "Vivimos en una comunidad conservadora así que ellos (Hamás) no nos tocan, por el contrario, nos respetan", e insiste en que "los extremistas no sólo atacan a cristianos sino a otros musulmanes por igual".
En torno al 89 por ciento de los cristianos de Gaza son greco-ortodoxos, mientras que el 9,3 por ciento son católicos de rito latino y el 1,52 por ciento de otras denominaciones, representados en instituciones como la Iglesia Latina, la Ortodoxa Griega y el Consejo Ortodoxo de Iglesias.
George Mattas, gazano de 52 años y propietario de una tienda de ropa considera que "aquí en Gaza, cristianos y musulmanes son buen ejemplo de coexistencia religiosa", pese a que bajo Hamás no se han vuelto a ver adornos navideños en las calles y a que "los cristianos sólo celebramos la Navidad en las iglesias y en las casas".
En Cisjordania, el Consejo Palestino de Iglesias y Municipios de varias ciudades ha decidido dedicar las celebraciones navideñas este año a las almas de decenas de palestinos muertos por fuego israelí desde comienzos de octubre.
De acuerdo al Ministerio de Sanidad palestino, 129 palestinos, incluidos 25 menores y 5 mujeres, murieron desde el 3 de octubre en lo que medios locales consideran un alzamiento popular para impedir que Israel divida la mezquita de Al Aqsa entre musulmanes y judíos, e Israel, agresiones con arma blanca que han dejado además una veintena de muertos en el lado israelí.
El responsable de la Municipalidad de Ramala, Musa Hadid, dijo a Efe que se trata de dar el mensaje de que Palestina está herida y no celebrará el nacimiento de Jesús como el resto del mundo.
"En Palestina no discriminamos en base a la religión. Los palestinos somos uno, independientemente de nuestras creencias", concluyó Hadid.
Ameer y Abdulá, así como sus respectivas familias, mantienen una amigable relación de vecindad en una sociedad donde los cristianos son minoría entre la conservadora mayoría musulmana.
Los dos chicos nunca preguntan al otro sobre religión, pues cada uno sabe cuál es la suya y no ven razón para entrar en discusiones ideológicas.
"Para nada, no nos preocupa quién es cristiano o musulmán, lo que nos importa es mantener nuestra buena amistad sin que nada pueda perjudicarla", afirma Abdulá mientras sujeta una pequeña bola de color verde antes de colocarla en el árbol de Navidad que la familia de su amigo ha dispuesto en la entrada de su vivienda.
En cuanto Abdulá se enteró de que Ameer tenía el árbol de Navidad preparado este año, quiso ayudarle a adornarlo y ambos jóvenes junto a otros vecinos y vecinas cristianos y musulmanes participaron en la decoración y puesta a punto del tradicional abeto de plástico con pequeños muñecos y coloridas bolas.
Ameer es feligrés de una de las dos iglesias que hay en la ciudad de Gaza a la que acude cada domingo y en las festividades cristianas [en Gaza hay una parroquia católica y otra ortodoxa, nota de ReL], mientras Abdulá hace lo propio asistiendo los viernes al rezo en la mezquita de su barrio así como en días festivos.
Los chicos se separan únicamente durante la oración y cuando cada uno se va a dormir a su casa.
Ameer, de pelo rubio y el pequeño de cuatro hermanas coincide con su amigo de juegos en que más allá de la religión que abraza cada uno, "todos somos palestinos y nada puede impedir que Abdulá y yo seamos amigos".
Antes de que el movimiento islamista Hamás se hiciera violentamente con el control de Gaza en 2007, alrededor de 4.000 cristianos vivían en este enclave.
Pero su número se ha ido reduciendo paulatinamente hasta los 1.800 de hoy en día entre una población de 1,8 millones, en parte debido a tres conflicto bélicos de envergadura lanzados por Israel y el subsiguiente impacto en la maltrecha situación económica.
Israel ha autorizado como cada año a un número limitado de palestinos cristianos de Gaza, 800 en esta ocasión, a que puedan abandonar la Franja y visitar Jerusalén o Cisjordania durante el período navideño, de acuerdo al Coordinador de las Actividades del Gobierno israelí en los Territorios palestinos (COGAT, por sus siglas en inglés).
"Aquellos que tienen la oportunidad de salir, lo hacen. Algunos nunca regresan porque han encontrado la libertad en otro sitio", sostiene Suheil Tarzazi, miembro de la asociación cristiana juvenil YMCA, sobre el descenso de la comunidad cristiana de Gaza.
Con todo, reconoce que el trato a los cristianos por parte de las autoridades islamistas es correcto: "Vivimos en una comunidad conservadora así que ellos (Hamás) no nos tocan, por el contrario, nos respetan", e insiste en que "los extremistas no sólo atacan a cristianos sino a otros musulmanes por igual".
En torno al 89 por ciento de los cristianos de Gaza son greco-ortodoxos, mientras que el 9,3 por ciento son católicos de rito latino y el 1,52 por ciento de otras denominaciones, representados en instituciones como la Iglesia Latina, la Ortodoxa Griega y el Consejo Ortodoxo de Iglesias.
George Mattas, gazano de 52 años y propietario de una tienda de ropa considera que "aquí en Gaza, cristianos y musulmanes son buen ejemplo de coexistencia religiosa", pese a que bajo Hamás no se han vuelto a ver adornos navideños en las calles y a que "los cristianos sólo celebramos la Navidad en las iglesias y en las casas".
En Cisjordania, el Consejo Palestino de Iglesias y Municipios de varias ciudades ha decidido dedicar las celebraciones navideñas este año a las almas de decenas de palestinos muertos por fuego israelí desde comienzos de octubre.
De acuerdo al Ministerio de Sanidad palestino, 129 palestinos, incluidos 25 menores y 5 mujeres, murieron desde el 3 de octubre en lo que medios locales consideran un alzamiento popular para impedir que Israel divida la mezquita de Al Aqsa entre musulmanes y judíos, e Israel, agresiones con arma blanca que han dejado además una veintena de muertos en el lado israelí.
El responsable de la Municipalidad de Ramala, Musa Hadid, dijo a Efe que se trata de dar el mensaje de que Palestina está herida y no celebrará el nacimiento de Jesús como el resto del mundo.
"En Palestina no discriminamos en base a la religión. Los palestinos somos uno, independientemente de nuestras creencias", concluyó Hadid.
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