Arde el convento católico maronita de San Charbel en Jerusalén: se sospecha de extremistas islámicos
“Se trató de un incendio doloso, hecho con astucia, y no por cierto de un cortocircuito en la instalación eléctrica. Un acto de vandalismo puro, de índole confesional, obra de un grupo o de individuos afliados al radicalismo islámico”. Así explica a AsiaNews el canciller del Patriarcado maronita en Jerusalén, Sobhy Makhoul, el incendio que hizo arder durante en fin de semana el Convento maronita de San Charbel en Belén.
Las llamas no causaron víctimas ni heridos, porque al momento del incendio el edificio se encontraba deshabitado y estaba siendo sometido a obras de restauración, pero los daños son evidentes y la comunidad cristiana de la zona no esconde su temor por la posibilidad de que se produzcan nuevos episodios de violencia.
Los autores del incendio “lograron ingresar a una habitación en la cual habían sido colocados muchos objetos y muebles” relata Sobhy Makhoul, debido a que el edificio estaba siendo sometido a obras para su restauración. “Las llamas alcanzaron estos objetos -prosigue- y se propagaron rápidamente a toda la estructura”.
Fuentes de la policía, que abrió una investigación sobre el hecho, afirman que se trataría de grupos de extremistas musulmanes que están activos en la zona y que - ya individuados, según indiscreciones - “podrían ser arrestados de un momento a otro”.
“Hay aquí una matriz confesional y el intento evidente de culpar a los cristianos - afirma el canciller del Patriarcado Maronita - y Medio Oriente está poblado de estos episodios. En la zona están estos grupos extremistas, células de Hamas y también algunos individuos que actúan de manera independiente desahogando su ideología”.
El convento maronita de San Charbel en Belén está situado en el suburbio de Wadi Maali, en un área en la que habitan familias musulmanas. Es una estructura que comprende diversos recintos y una pequeña capilla para la oración.
El incendio comenzó en el subsuelo y luego se propagó a otras partes del edificio. “El mes pasado - cuenta Sobhy Makhoul - las autoridades palestinas donaron 100.000 dólares para los arreglos del convento. Un gesto de reconocimiento hacia el patriarca y también un signo de la voluntad de participar en los trabajos para su puesta en valor”.
En el seno de la comunidad cristiana hay una gran preocupación por este ataque, refiere el canciller del Patriarcado Maronita en Jerusalén, pero “debemos seguir adelante: pertenecemos a esta tierra, estamos habituados a vivir situaciones de tensión, debemos asumir, en lugar de padecer, lo que sucede”. Por supuesto que es necesario que las autoridades palestinas “hagan justicia y capturen a los responsables”, del mismo modo que deben ser perseguidos los autores del ataque a la Iglesia de la Multiplicación de los panes y de los peces ” en Tabgha, junto al Mar de Galilea, ligados al extremismo israelí.
“Debe ser frenado todo tipo de extremismo - agrega -, tanto si es llevado a cabo por los judíos como por los musulmanes”.
Finalmente, el representante maronita en Tierra Santa transmite un mensaje: “Nosotros, como Iglesia, condenamos estos actos de violencia. Pero al mismo tiempo, es necesario que se trabaje para cambiar las prédicas y los sermones en algunas mezquitas, en las cuales se provoca a la gente y se fomenta el odio. ¡Basta de este sentimiento de odio y de violencia contra los cristianos”- concluye -
Las llamas no causaron víctimas ni heridos, porque al momento del incendio el edificio se encontraba deshabitado y estaba siendo sometido a obras de restauración, pero los daños son evidentes y la comunidad cristiana de la zona no esconde su temor por la posibilidad de que se produzcan nuevos episodios de violencia.
Los autores del incendio “lograron ingresar a una habitación en la cual habían sido colocados muchos objetos y muebles” relata Sobhy Makhoul, debido a que el edificio estaba siendo sometido a obras para su restauración. “Las llamas alcanzaron estos objetos -prosigue- y se propagaron rápidamente a toda la estructura”.
Fuentes de la policía, que abrió una investigación sobre el hecho, afirman que se trataría de grupos de extremistas musulmanes que están activos en la zona y que - ya individuados, según indiscreciones - “podrían ser arrestados de un momento a otro”.
“Hay aquí una matriz confesional y el intento evidente de culpar a los cristianos - afirma el canciller del Patriarcado Maronita - y Medio Oriente está poblado de estos episodios. En la zona están estos grupos extremistas, células de Hamas y también algunos individuos que actúan de manera independiente desahogando su ideología”.
El convento maronita de San Charbel en Belén está situado en el suburbio de Wadi Maali, en un área en la que habitan familias musulmanas. Es una estructura que comprende diversos recintos y una pequeña capilla para la oración.
El incendio comenzó en el subsuelo y luego se propagó a otras partes del edificio. “El mes pasado - cuenta Sobhy Makhoul - las autoridades palestinas donaron 100.000 dólares para los arreglos del convento. Un gesto de reconocimiento hacia el patriarca y también un signo de la voluntad de participar en los trabajos para su puesta en valor”.
En el seno de la comunidad cristiana hay una gran preocupación por este ataque, refiere el canciller del Patriarcado Maronita en Jerusalén, pero “debemos seguir adelante: pertenecemos a esta tierra, estamos habituados a vivir situaciones de tensión, debemos asumir, en lugar de padecer, lo que sucede”. Por supuesto que es necesario que las autoridades palestinas “hagan justicia y capturen a los responsables”, del mismo modo que deben ser perseguidos los autores del ataque a la Iglesia de la Multiplicación de los panes y de los peces ” en Tabgha, junto al Mar de Galilea, ligados al extremismo israelí.
“Debe ser frenado todo tipo de extremismo - agrega -, tanto si es llevado a cabo por los judíos como por los musulmanes”.
Finalmente, el representante maronita en Tierra Santa transmite un mensaje: “Nosotros, como Iglesia, condenamos estos actos de violencia. Pero al mismo tiempo, es necesario que se trabaje para cambiar las prédicas y los sermones en algunas mezquitas, en las cuales se provoca a la gente y se fomenta el odio. ¡Basta de este sentimiento de odio y de violencia contra los cristianos”- concluye -
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