Los yihadistas ya no piden dinero por los cristianos secuestrados: quizá los usen de escudos humanos
Desde el 9 de mayo las fuerzas de la coalición lideradas por Estados Unidos que participan en las intervenciones militares dirigidas contra las posiciones de los yihadistas del Estado Islámico (IS) han intensificado sus ataques aéreos en la orilla oriental del río Khabur, área de la provincia siria norte-oriental de Jazira, atacada y ocupada por el IS el pasado mes de febrero.
Fuentes locales de Fides refieren que el ataque de la coalición tiene la intención de apoyar la contraofensiva por tierra realizada por las milicias kurdas, que han recuperado recientemente algunas aldeas de la zona, haciendo retroceder a la milicia del IS.
A lo largo del valle del río Khabur, afluente perenne del Éufrates, había más de 30 aldeas cristianas, fundadas en los años treinta del siglo pasado, donde habían encontrado refugio los cristianos asirios y caldeos de Iraq, que huyeron de las masacres perpetradas en aquel entonces por el ejército iraquí.
El 23 de febrero, la zona fue atacada por los yihadistas del Estado Islámico, que provocaron el éxodo masivo de la población asiria y la toma de rehenes, de los cuales todavía tienen en su poder a 230 cristianos desde entonces.
Según fuentes de la Assyrian Network for Human Rights, en marzo los yihadistas exigieron a cambio de la liberación de todos un rescate de 22 millones de dólares, equivalente a casi 100 mil dólares por cada rehén.
Frente a la imposibilidad evidente de la comunidad asiria de no poder satisfacer esa demanda astronómica, las negociaciones se rompieron y todos los intentos de volver a abrir canales de negociación a través de algunos jefes de clanes locales no han tenido éxito.
Fuentes locales contactadas por la Agencia Fides refieren que los yihadistas ya no quieren dinero a cambio de los rehenes.
Las mismas fuentes creen que los yihadistas pueden haber cambiado de estrategia, y que existe la posibilidad de que quieran utilizar a los rehenes asirios como escudos humanos frente a cualquier ofensiva contra sus posiciones por parte de las milicias kurdas o de los aviones de la coalición
Fuentes locales de Fides refieren que el ataque de la coalición tiene la intención de apoyar la contraofensiva por tierra realizada por las milicias kurdas, que han recuperado recientemente algunas aldeas de la zona, haciendo retroceder a la milicia del IS.
A lo largo del valle del río Khabur, afluente perenne del Éufrates, había más de 30 aldeas cristianas, fundadas en los años treinta del siglo pasado, donde habían encontrado refugio los cristianos asirios y caldeos de Iraq, que huyeron de las masacres perpetradas en aquel entonces por el ejército iraquí.
El 23 de febrero, la zona fue atacada por los yihadistas del Estado Islámico, que provocaron el éxodo masivo de la población asiria y la toma de rehenes, de los cuales todavía tienen en su poder a 230 cristianos desde entonces.
Según fuentes de la Assyrian Network for Human Rights, en marzo los yihadistas exigieron a cambio de la liberación de todos un rescate de 22 millones de dólares, equivalente a casi 100 mil dólares por cada rehén.
Frente a la imposibilidad evidente de la comunidad asiria de no poder satisfacer esa demanda astronómica, las negociaciones se rompieron y todos los intentos de volver a abrir canales de negociación a través de algunos jefes de clanes locales no han tenido éxito.
Fuentes locales contactadas por la Agencia Fides refieren que los yihadistas ya no quieren dinero a cambio de los rehenes.
Las mismas fuentes creen que los yihadistas pueden haber cambiado de estrategia, y que existe la posibilidad de que quieran utilizar a los rehenes asirios como escudos humanos frente a cualquier ofensiva contra sus posiciones por parte de las milicias kurdas o de los aviones de la coalición
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