Jueves, 21 de noviembre de 2024

Religión en Libertad

Un brillante análisis en la revista «Razón Española»

¿Quieres saber por qué Estado Islámico no es una amenaza local sino que quiere conquistar el mundo?

Los terroristas de Estado Islámico publicitan sus masacres y crímenes mediante fusilamientos, tiros en la nuca o degüellos.
Los terroristas de Estado Islámico publicitan sus masacres y crímenes mediante fusilamientos, tiros en la nuca o degüellos.

ReL

El poder territorial alcanzado en Irak y Siria por Estado Islámico, su crueldad extrema, así como sus propagandísticas matanzas de cristianos egipcios (febrero) y somalíes (abril), no han servido para que los países occidentales tomen conciencia del peligro que supone este grupo terrorista musulmán.

Porque sus objetivos políticos no se limitan a Oriente Medio o el norte de África, sino que tienen alcance mundial. Para alertar de ello y explicar las razones, el católico iraquí Raad Salam Naamán, bloguero en ReL, ha escrito un brillante análisis histórico-estratégico en el número 190 (marzo-abril de 2015) de la revista Razón Española, fundada en 1983 por el pensador y ex ministro Gonzalo Fernández de la Mora (1924-2002).

Por su extraordinario interés, lo reproducimos a continuación en su integridad.

El califato islámico, llamado a conquistar el mundo
El Califato (خلافة) es un sistema político único en la ideología del Islam. No puede ser comparado con los gobiernos musulmanes de hoy. El Califa (خليفة‎) es, literalmente, el sucesor del profeta como jefe de la nación y líder de la umma, la comunidad musulmana. Él tiene la autoridad de aplicar la ley islámica en toda la tierra.


Raad Salam, durante una intervención televisiva como experto, personal y académicamente, en la situación iraquí y el mundo musulmán.

El califato (puesto de califa) es el problema más antiguo con el que tuvo que encararse el Islam y todavía es cuestión discutida. Nunca ha habido una cuestión islámica que haya causado más derramamiento de sangre que la del califato.

La muerte de Muhammad [Mahoma], el Profeta del Islam, el 8 de junio de 632, ocasionó una crisis. Muhammad murió sin dejar un hijo varón y sin designar claramente un sucesor, situación que generó una crisis política que sólo pudo ser resuelta con una maniobra muy inteligente de Abu Bakr, suegro de Muhammad, el padre de su mujer preferida Aisha y encargado de dirigir la oración como primer califa. Abu Bakr gobernó dos años, y antes de ser asesinado designó a Omar, quien fue asesinado diez años más tarde. Le sucedió Otman, de la familia omeya, que ocupó el poder hasta el año 656, también murió asesinado. Finalmente, Alí, primo y yerno de Muhammad, el marido de su hija preferida Fátima, asumió el califato.


Los sucesores de Mahoma: Abu Bakr (asesinado), Omar (asesinado), Otman (asesinado), Ali (asesinado)...

Con los primeros cuatro califas conocidos como ortodoxos, la religión islámica inició su expansión: las regiones de, Irak, Siria, Persia y Egipto fueron las primeras en ser conquistadas. Como consecuencia del asesinato de Alí y sus hijos Al Hassan y Al Husein, el Islam se dividió a tres ramas; suníes, chiíes y jawarey. La familia omeya (suníes) se impuso en el califato en Damasco, pero no fue reconocida por los chiíes (partidarios de Alí), quienes, en 750, obtuvieron el califato para los descendientes de Alí pertenecientes a la familia abasí, que gobernaron desde la ciudad de Bagdad, construida en 762. En su auge, el Imperio Otomano abarcaba Oriente Medio, el norte de África, el Cáucaso y partes del este de Europa.

Históricamente la capital del califato se fue moviendo a medida que el califato se expandía: Medina, Kufa, Damasco, Bagdad y Estambul han sido todas capitales del califato islámico, y los califas han sido de varias tribus y razas diferentes, pero siempre musulmanes radicales practicantes.

Existe una disputa entre los musulmanes sobre el concepto del califato, que se mantiene principalmente como un sistema sunita. Los chiitas estiman que Alí, el primo y yerno de Muhammad, y sus descendientes tienen derecho divino para dirigir a los musulmanes tras la muerte de Muhammad. El califato no entiende de fronteras políticas ni divisiones administrativas que no sean las recogidas por la shari’a (ley islámica), por lo que anula la legalidad de todos los reyes, emiratos, grupos políticos, estados y organizaciones por la expansión de la autoridad del califa y la llegada de las tropas a sus áreas.


Sir Mark Sykes (izda.), por Gran Bretaña, y François Georges Picot (dcha.), por Francia, firmaron el tratado de reparto del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial, al que básicamente responden las fronteras actuales.


El recientemente declarado “Estado Islámico” está tratando de reforzar sus logros en el campo de batalla en Siria e Irak, creando una nueva entidad religiosa musulmana suníes, que amenaza con derrocar el orden político regional fundado en 1916 por el Acuerdo Sykes-Picot, entre el Reino Unido y Francia, que estableció las fronteras y repartió el Medio Oriente creando colonias y estados árabes.

El gobierno del califato de Al Bagdadí, no acepta las fronteras existentes o la división de los musulmanes en diferentes estados. Además, exige a los musulmanes a renunciar a toda visión del mundo opuesta al Islam y las ideologías occidentales, particularmente la democracia, que es incompatible con el Islam, el secularismo y el nacionalismo.

Asimismo, a regresar a vivir al Islam como ha vivido Muhammad y sus seguidores y cumplir con las condiciones de la promesa de Allah respecto a la subyugación del mundo entero a la ley del Islam. En un mensaje a los yihadistas, Al Bagdadí llamó a continuar la guerra santa, al Yihad, que Allah ha bendecido a los musulmanes con la victoria que llevó al establecimiento del califato. Por lo tanto, el califato de Al Bagdadí, está destinado a derrocar el orden existente en el mundo y luchar por la expansión del Islam y las fronteras del califato para alcanzar todo territorio posible en el mundo donde viven musulmanes.

Buena parte del éxito de EIIL se debe a sus alianzas con los grupos sunitas iraquíes y el ejército Naqshbandi, antiguos aliados de Sadam Husein. Al mismo tiempo, el odio histórico entre las dos ramas principales del Islam, suníes y chiíes, van tomando cada vez más protagonismo.


La caída de Mosul en manos de Estado Islámico ha sido hasta ahora su golpe psicológico y estratégico más importante. Cientos de miles de personas han tenido que huir del terror impuesto.

EIIL se presentó oficialmente en abril de 2013 como una fusión entre el grupo vinculado a al Qaeda en Irak, el Estado Islámico de Irak (ISI), y un grupo yihadista rebelde de Siria, Al Nusra. Al comienzo de junio de 2014, EIIL anuncia la unificación formal de los territorios que controlan en Siria e Irak, proclamando el Califato Islámico independiente de Irak y Siria en los territorios bajo su control, desde Alepo (Siria) hasta Diyala (Irak), pero las fronteras ideales del califato islámico que tienen en mente se extienden desde el golfo Pérsico hasta el Atlántico y desde allí a conquistar todo el mundo.



Desde la retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak en 2011, los yihadistas han ido ocupando cada vez más territorio. La debilidad de las autoridades estatales en Irak y Siria hace posible que los militantes yihadistas puedan cruzar fácilmente la frontera, y no hay que olvidar que la mayoría de la población del territorio en que se mueven es la fe Islam suní. En cualquier caso, la ofensiva actual no puede calificarse exactamente como un ataque sorpresa.

Los insurgentes no han encontrado apenas resistencia por parte de las fuerzas de seguridad iraquí, aquejada de graves problemas de corrupción, marcadas por el sectarismo en sus filas y con poco sentimiento de lealtad a un gobierno que, entre otras cosas, tarda meses en pagar los salarios. Las tropas iraquíes, están desmoralizadas por la dureza del conflicto y por la dureza de los ataques de los yihadistas, que incluyen atentados suicidas, decapitaciones y crucifixiones. Por otra parte, en las áreas suníes suelen estar destacados soldados suníes, que no ven con buenos ojos tener que combatir a miembros de su misma confesión.

Al frente del Califato Islámico de Irak y Siria, estará un califa para todos los musulmanes, en este caso el líder del ISIS, Abu Bakr Al Baghdadi, proclamado como el califa Ibrahim, a su vez, esté ha nombrado gobernadores (walis), jueces que aplican Al Shari’a o la Ley islámica y se recauda la Yizia, impuestos para no musulmanes (cristianos) y las mujeres solo deben salir de casa si es necesario, y, en ese caso, deben vestir de forma modesta y con ropa amplia.


Abu Bakr Al Baghdadi aspira a dirigir un califato mundial.

El líder del EIIL, Abu Bakr Al Baghdadi, es una figura relativamente poco conocida, tremendamente esquiva y bastante enigmática. De él se sabe tan solo que es originario de la provincia de Diala, en el este de Irak, ahí donde los kurdos, chiitas y sunitas se han enfrentado en una sangrienta pelea a golpes de atentados suicidas y de asesinatos. Se sabe que su familia proviene del clan tribal de los Samarra’i (de la ciudad de Samarra). Nacido en la ciudad iraquí de Samarra en 1971, conocido como el jeque, el guerrero, el erudito que practica lo que predica, el orador, el líder, el guerrero, el revitalizador. Según una biografía citada recientemente, asegura que Al Bagdadi es descendiente directo por linaje del profeta Muhammad, su nombre completo es Ibrahim ibn Awwad ibn Ibrahim ibn Alí ibn Muhammad al Badri al Hashimi al Husaini al Qurashi. Al Bagdadi procede de una familia profundamente religiosa y obtuvo un doctorado en la Universidad Islámica de Bagdad. En 2005 fue capturado por las tropas estadounidenses y pasó cuatro años como prisionero al sur de Irak. En 2010, tras la muerte de varios de los líderes de Al Qaeda en Irak, Al Baghdadi asumió el mando de la organización integrista en el país, en un momento en que la rebelión suní estaba muy debilitada. La guerra en Siria y las políticas del Gobierno iraquí reforzaron tanto al grupo como su liderazgo, así, Al Bagdadi será la máxima autoridad de este Estado Islámico. Advierte el ISIS a todos los musulmanes que deberán jurar lealtad al califa Ibrahim y renunciar a la democracia, el laicismo, el nacionalismo y a otras basuras e ideas occidentales. La legalidad de todos los emiratos, grupos, estados y organizaciones queda anulada por la expansión de la autoridad del califa y la llegada de sus tropas a sus zonas. Al Bagdadi es el hombre más peligroso del mundo, es el nuevo Bin Laden, Estados Unidos ofrece por su cabeza una recompensa de 10 millones de dólares.

En su primera aparición pública, Abu Bakr Al Bagdadí autoproclamó como califa del estado islámico en todo el mundo y rebautizado como el califa Ibrahim.

En su sermón, Abu Bakr Al Bagdadí, requirió a todos los musulmanes a sumarse al Califato para colmar sus aspiraciones de dignidad a restaurar las glorias que vivió el Islam durante su máxima expansión, cuando los dominios islámicos iban de lo que es hoy Irán hasta los Pirineos, en la actual frontera entre España y Francia. De hecho, Al Bagdadí solicita a jueces, médicos, ingenieros y expertos en jurisprudencia islámica a sumarse a su causa como invita a todos los musulmanes a migrar hacia el territorio del EIIL para vivir ahí bajo su autoridad religiosa, aplicando la ley islámica- shari’a, que evoca glorias pasadas, pero también promete esperanzas para el futuro, porque, según Al Bagdadí, este es el momento de al Yihad y de tomar el camino del Profeta Muhammad, que después de cuya muerte la nación musulmana fue capaz de lograr victorias sobre el Imperio Bizantino y el Imperio Persa con sus reyes, imperadores y gobernantes, lo que implica que la nación islámica de hoy es capaz de derrocar a los imperios infieles. La organización yihadista reclama que, con esta declaración de califato, es imperativo para todos los musulmanes jurar lealtad al califa Ibrahim y apoyarle, porque es el gobernante legal para todos los musulmanes en el mundo.

Más complicado aún, el EIIL tiene sus principales vínculos con los sunitas, que constituyen la mayoría de los musulmanes en el mundo 85% del total de los musulmanes en el mundo, pero sus más inmediatos adversarios de Irak e Irán tienen mayorías chiíes. Chiíes y suníes han luchado entre sí por más de mil años, y se han acusado mutuamente de apóstata. Por tanto la creación de un califato bajo auspicio sunita no entusiasma a los chiíes en Irak e Irán. La declaración del califato hace escalar el conflicto entre suníes y chiíes y seguramente que impacte en las comunidades musulmanas en el Occidente. La situación del EIIL estaría apoyada en buena medida por el éxito de sus tácticas de guerrilla en Siria y la dureza de sus combatientes.

Por lo tanto, sus líderes están llamando directamente a los musulmanes de todo el mundo para apoyar el califato y rebelarse contra los gobiernos existentes.

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