El Patriarca Twal de Jerusalén dice que hay niños en Oriente que querrían una cueva como la de Jesús
Son 700 los cristianos de Gaza que este año han recibido el permiso de Israel para ir a Belén y celebrar la solemnidad de la Navidad en el lugar donde nació Jesús. Pero los que realmente consigan ir serán muchos menos: las casas, negocios y familias de los habitantes de Gaza, incluyendo los cristianos, están destruidas por las bombas tras la guerra del pasado verano.
El Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal, realizó el domingo 21 de diciembre una visita pastoral a Gaza y celebró misa en su única parroquia, dedicada a la Sagrada Familia.
“He encontrado nuestra Iglesia unida” dice a la agencia Fides el Patriarca “con nuestros fieles que viven una fuerte comunión con los cristianos ortodoxos. En Gaza no se ve la grandeza del mundo y el poder efímero del mercado. Está sólo la pequeñez custodiada por el Señor. Un pequeño grupo de almas marcadas por circunstancias difíciles y dolorosas, que ponen su esperanza en Jesús. Y la imagen de la verdadera Navidad”.
Partiendo de lo que ha visto en Gaza, Twal pasa a hablar de los refugiados de todo Oriente Medio, de Siria e Irak. “Siempre nos ha conmovido leer en los Evangelios que María y José no encontraron sitio en la posada, y que el Niño Jesús nació en una cueva. Hoy en día, entre los millones de refugiados, hay muchos niños que desearían poder dormir en una cueva como aquella en la que nació el Salvador. Para ellos sería casi un lujo”.
El Patriarca también aprovecha estos días en que el mundo mira a Belén para difundir su tradicional mensaje de Navidad, un texto que recoge las vivencias de dolor y la esperanza, la desesperación y el consuelo, el recuerdo de la visita del Papa Francisco, la guerra en Gaza y los ataques contra los lugares de culto.
En su mensaje, difundido por los medios de comunicación del Patriarcado y enviado a la Agencia Fides, el Patriarca define como “un éxito pastoral y ecuménico” la peregrinación del Papa Francisco a Tierra Santa, y recuerda que esa visita “ha dado lugar después a la hermosa reunión de oración en los Jardines del Vaticano con el presidente Abbas, con el ex presidente Peres y con el Patriarca Bartolomé. Aunque no hemos podido ver los resultados concretos”, añade el Patriarca Twal, “toda oración es válida y los frutos pueden llegar más adelante, como el olivo plantado en esta ocasión podría dar muchos frutos en el futuro”.
Luego, la mirada de la cabeza de la Iglesia de rito latino de Tierra Santa se centra en la violencia y las tragedias que han marcado los últimos meses, desde la devastadora guerra en Gaza (“un baño de sangre”) a los hechos de violencia o de venganza contra la gente inocente, como el asesinato de personas mientras rezaban en una sinagoga, o los ataques a las mezquitas.
“En la misma semana”, recuerda el patriarca en su mensaje, “los líderes cristianos en Tierra Santa visitaron la sinagoga Har Nof para condenar el acto inhumano perpetrado en estos lugares, y visitaron la mezquita de Al Aqsa para exigir el respeto del viejo Status quo”.
El mensaje patriarcal señala las “responsabilidades de los líderes políticos - israelíes y palestinos - para encontrar y facilitar una solución”, sin olvidar la inacción de la comunidad internacional, incapaz de “ayudar a ambas partes a ayudarse a sí mismas”.
En cuanto a la violencia yihadista que trastorna todo Oriente Medio, el Patriarca Twal destaca la “clara condena” de estas ideologías religiosas radicales, expresada por los “líderes árabes y musulmanes”.
En su mensaje de Navidad, el Patriarca Latino de Jerusalén también toca el tema de la re-unificación familiar - que impide a muchas parejas poder vivir juntos, cuando el cónyuge de un palestino no tiene ciudadanía israelí - y el “caso” del Valle de Cremisan, área en riesgo por el proyecto del muro de separación.
“Esperamos”, escribe el Patriarca, “que el Tribunal Supremo de Israel deje las 300 hectáreas del valle Cremisan y los dos monasterios salesianos del lado palestino. Estamos preocupados, porque los últimos acontecimientos de la reciente audiencia abogan por otra parte. Tememos que el Tribunal decida que las tierras pertenecientes a 58 familias cristianas palestinas, se separen de Beit Jala. Tal decisión dañaría a nuestras comunidades. Esperamos que los jueces se inspiren en los principios éticos y no se vean sujetos a presiones políticas”.
El Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal, realizó el domingo 21 de diciembre una visita pastoral a Gaza y celebró misa en su única parroquia, dedicada a la Sagrada Familia.
“He encontrado nuestra Iglesia unida” dice a la agencia Fides el Patriarca “con nuestros fieles que viven una fuerte comunión con los cristianos ortodoxos. En Gaza no se ve la grandeza del mundo y el poder efímero del mercado. Está sólo la pequeñez custodiada por el Señor. Un pequeño grupo de almas marcadas por circunstancias difíciles y dolorosas, que ponen su esperanza en Jesús. Y la imagen de la verdadera Navidad”.
Partiendo de lo que ha visto en Gaza, Twal pasa a hablar de los refugiados de todo Oriente Medio, de Siria e Irak. “Siempre nos ha conmovido leer en los Evangelios que María y José no encontraron sitio en la posada, y que el Niño Jesús nació en una cueva. Hoy en día, entre los millones de refugiados, hay muchos niños que desearían poder dormir en una cueva como aquella en la que nació el Salvador. Para ellos sería casi un lujo”.
El Patriarca también aprovecha estos días en que el mundo mira a Belén para difundir su tradicional mensaje de Navidad, un texto que recoge las vivencias de dolor y la esperanza, la desesperación y el consuelo, el recuerdo de la visita del Papa Francisco, la guerra en Gaza y los ataques contra los lugares de culto.
En su mensaje, difundido por los medios de comunicación del Patriarcado y enviado a la Agencia Fides, el Patriarca define como “un éxito pastoral y ecuménico” la peregrinación del Papa Francisco a Tierra Santa, y recuerda que esa visita “ha dado lugar después a la hermosa reunión de oración en los Jardines del Vaticano con el presidente Abbas, con el ex presidente Peres y con el Patriarca Bartolomé. Aunque no hemos podido ver los resultados concretos”, añade el Patriarca Twal, “toda oración es válida y los frutos pueden llegar más adelante, como el olivo plantado en esta ocasión podría dar muchos frutos en el futuro”.
Luego, la mirada de la cabeza de la Iglesia de rito latino de Tierra Santa se centra en la violencia y las tragedias que han marcado los últimos meses, desde la devastadora guerra en Gaza (“un baño de sangre”) a los hechos de violencia o de venganza contra la gente inocente, como el asesinato de personas mientras rezaban en una sinagoga, o los ataques a las mezquitas.
“En la misma semana”, recuerda el patriarca en su mensaje, “los líderes cristianos en Tierra Santa visitaron la sinagoga Har Nof para condenar el acto inhumano perpetrado en estos lugares, y visitaron la mezquita de Al Aqsa para exigir el respeto del viejo Status quo”.
El mensaje patriarcal señala las “responsabilidades de los líderes políticos - israelíes y palestinos - para encontrar y facilitar una solución”, sin olvidar la inacción de la comunidad internacional, incapaz de “ayudar a ambas partes a ayudarse a sí mismas”.
En cuanto a la violencia yihadista que trastorna todo Oriente Medio, el Patriarca Twal destaca la “clara condena” de estas ideologías religiosas radicales, expresada por los “líderes árabes y musulmanes”.
En su mensaje de Navidad, el Patriarca Latino de Jerusalén también toca el tema de la re-unificación familiar - que impide a muchas parejas poder vivir juntos, cuando el cónyuge de un palestino no tiene ciudadanía israelí - y el “caso” del Valle de Cremisan, área en riesgo por el proyecto del muro de separación.
“Esperamos”, escribe el Patriarca, “que el Tribunal Supremo de Israel deje las 300 hectáreas del valle Cremisan y los dos monasterios salesianos del lado palestino. Estamos preocupados, porque los últimos acontecimientos de la reciente audiencia abogan por otra parte. Tememos que el Tribunal decida que las tierras pertenecientes a 58 familias cristianas palestinas, se separen de Beit Jala. Tal decisión dañaría a nuestras comunidades. Esperamos que los jueces se inspiren en los principios éticos y no se vean sujetos a presiones políticas”.
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