Desde la selva peruana
La misionera Carmen Bravo cuenta la historia de Joselyn, un hombre de 33 años con mente de bebé
La hermana Carmen Bravo, misionera extremeña, de la Congregación de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, lleva la mayor parte de su vida en la selva de Perú.
Vive en el departamento de Loreto – una de las divisiones que tiene Perú y que en extensión, es similar a algo más de media España –, Provincia del Alto Amazonas, en el Vicariato de Yurimaguas.
La delegación de misiones de Cáceres comparte con OMPress la carta que ha mandado desde su misión.
»Quiero agradecer el donativo de 500 euros para nuestra misión. Agradezco mucho su generosidad más aún, sabiendo los estragos que hace la crisis en España. Dios les dará a todos los que han puesto su granito de arena, el ciento por uno, y además la vida eterna, que no es poco.
»Voy a contarles la historia de Joselyn: es un varón de 33 años, nacido en Jeberos; es el tercero de cuatro hermanos.
»A pesar de su edad es un niño “especial”, pues desde los seis meses de vida quedó mudo y estancado en su desarrollo, recluido en su camita en un rincón oscuro y frío de su casa, donde no le llegaba nunca el sol. Su mamá, una mujer humilde, tenía que salir a su chacra o a la quebrada a lavar y acarrear agua. El papá y los hermanos salían también a sus tareas y Joselyn se quedaba solo durante varias horas.
»No obstante su madre lo atendía cuando podía con la pobre comida y bebida con la que sobrevive la gente de la selva.
»Las misioneras le habíamos conseguido una silla de ruedas, que se utilizaba para el aseo del chico. Para mucha gente ha sido una sorpresa descubrir que este niño vivía entre nosotros. Vivía Jesús desconocido en la persona de Joselyn y no lo habíamos reconocido.
»Hace un año su mamá falleció víctima de un cáncer. En esta situación el niño fue atendido por nosotras y sus familiares. Su papá también está enfermo.
»Dios nos inspiró para buscar su mayor bien y la ayuda llegó a través de las Misioneras de la Caridad de la madre Teresa de Calcuta, quienes admitieron a Joselyn en el hogar que tienen en Lima, a pesar de tenerlo completo.
»Su traslado se hizo, desde la selva, en avioneta, coche y avión. No sabemos si la mente de Joselyn había captado algo de lo que ha sucedido con él, pero sí somos conscientes de que este pequeño personaje ha sido capaz de mover el corazón de un montón de gente: las misioneras, sus familiares, su tía que lo acompañó hasta dejarlo en el hogar, los administradores del vicariato y los encargados de la agencia de vuelo, que le concedieron gratis el pasaje.
»Y por supuesto las Misioneras de la Caridad que recibieron a Joselyn con fiesta y música, ya que coincidió con su 34 cumpleaños.
»Cuenta su tía que en el trayecto desde Jeberos-Yurimaguas-Tarapoto-Lima, Joselyn mostraba señales de alegría con aplausos y sonrisas. Su mamá desde el cielo y, sobre todo nuestro padre Dios están felices de que Joselyn haya cambiado el rumbo de su historia. Estamos seguras de que este niño-grande es feliz en su nuevo hogar. El amor de Dios se ha hecho evidente en esta criatura.
»Como esta hay muchas historias que pasan desapercibidas para mucha gente. Pero no todos tienen la suerte de Joselyn de encontrar ángeles en su camino que les ayude a descubrir la ternura del corazón de Dios.
»¿Queremos nosotros ser ángeles para nuestros hermanos más pobre y necesitados? Su donativo será utilizado para ayudar a personas como Joselyn. Jeberos está en la lista de los distritos en extrema pobreza.
(Es posible apoyar las misiones a través de Obras Misionales Pontificias)
Vive en el departamento de Loreto – una de las divisiones que tiene Perú y que en extensión, es similar a algo más de media España –, Provincia del Alto Amazonas, en el Vicariato de Yurimaguas.
La delegación de misiones de Cáceres comparte con OMPress la carta que ha mandado desde su misión.
»Quiero agradecer el donativo de 500 euros para nuestra misión. Agradezco mucho su generosidad más aún, sabiendo los estragos que hace la crisis en España. Dios les dará a todos los que han puesto su granito de arena, el ciento por uno, y además la vida eterna, que no es poco.
»Voy a contarles la historia de Joselyn: es un varón de 33 años, nacido en Jeberos; es el tercero de cuatro hermanos.
»A pesar de su edad es un niño “especial”, pues desde los seis meses de vida quedó mudo y estancado en su desarrollo, recluido en su camita en un rincón oscuro y frío de su casa, donde no le llegaba nunca el sol. Su mamá, una mujer humilde, tenía que salir a su chacra o a la quebrada a lavar y acarrear agua. El papá y los hermanos salían también a sus tareas y Joselyn se quedaba solo durante varias horas.
»No obstante su madre lo atendía cuando podía con la pobre comida y bebida con la que sobrevive la gente de la selva.
»Las misioneras le habíamos conseguido una silla de ruedas, que se utilizaba para el aseo del chico. Para mucha gente ha sido una sorpresa descubrir que este niño vivía entre nosotros. Vivía Jesús desconocido en la persona de Joselyn y no lo habíamos reconocido.
»Hace un año su mamá falleció víctima de un cáncer. En esta situación el niño fue atendido por nosotras y sus familiares. Su papá también está enfermo.
»Dios nos inspiró para buscar su mayor bien y la ayuda llegó a través de las Misioneras de la Caridad de la madre Teresa de Calcuta, quienes admitieron a Joselyn en el hogar que tienen en Lima, a pesar de tenerlo completo.
»Su traslado se hizo, desde la selva, en avioneta, coche y avión. No sabemos si la mente de Joselyn había captado algo de lo que ha sucedido con él, pero sí somos conscientes de que este pequeño personaje ha sido capaz de mover el corazón de un montón de gente: las misioneras, sus familiares, su tía que lo acompañó hasta dejarlo en el hogar, los administradores del vicariato y los encargados de la agencia de vuelo, que le concedieron gratis el pasaje.
»Y por supuesto las Misioneras de la Caridad que recibieron a Joselyn con fiesta y música, ya que coincidió con su 34 cumpleaños.
»Cuenta su tía que en el trayecto desde Jeberos-Yurimaguas-Tarapoto-Lima, Joselyn mostraba señales de alegría con aplausos y sonrisas. Su mamá desde el cielo y, sobre todo nuestro padre Dios están felices de que Joselyn haya cambiado el rumbo de su historia. Estamos seguras de que este niño-grande es feliz en su nuevo hogar. El amor de Dios se ha hecho evidente en esta criatura.
»Como esta hay muchas historias que pasan desapercibidas para mucha gente. Pero no todos tienen la suerte de Joselyn de encontrar ángeles en su camino que les ayude a descubrir la ternura del corazón de Dios.
»¿Queremos nosotros ser ángeles para nuestros hermanos más pobre y necesitados? Su donativo será utilizado para ayudar a personas como Joselyn. Jeberos está en la lista de los distritos en extrema pobreza.
(Es posible apoyar las misiones a través de Obras Misionales Pontificias)
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