Sudán del Norte prohíbe construir iglesias diciendo que los cristianos se han ido a Sudán del Sur
El gobierno islámico de Sudán, a través del Ministro de Asuntos Religiosos, Shalil Abdullah, ha anunciado la congelación de los permisos para la construcción de nuevas iglesias.
La decisión – ha explicado el ministro - se deriva del hecho de que la comunidad cristiana en Sudán ha disminuido considerablemente a raíz de la secesión de Sudán del Sur, de donde provienen la mayoría de los cristianos que vivían en Jartum.
Después de la independencia de Sudán del Sur en julio de 2011, los ciudadanos originarios del sur se vieron obligados a abandonar Sudán.
La Iglesia católica en Sudán recientemente se ha lamentado acerca de la discriminación que sufren los cristianos que viven en el país.
“La situación jurídica de los cristianos en Sudán es realmente preocupante”, dijo, durante una reciente visita a la sede central de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis de Tambura-Yambio en Sudán del Sur.
Una nota enviada a la Agencia Fides recuerda que “si bien la Constitución garantiza la igualdad de derechos para todos los sudaneses, sin distinción de credo, los cristianos son considerados y tratados como ciudadanos de segunda clase”.
“Los miembros del clero cristiano no pueden obtener un pasaporte y cuando salen del país no saben si alguna vez podrán volver. Muchos sacerdotes fueron expulsados y los obispos están obligados a guardar silencio ya que no pueden expresar libremente sus opiniones”, explicó Kussala durante su visita.
Los más vulnerables son los fieles comunes, como es el caso de Meriam Yahia Ibrayim Ishaq, la chica condenada a muerte por apostasía.
“La fe de Meriam era algo que todos conocían - recordó el obispo - pero un día, de repente, fue amenazada y luego condenada. Y el gobierno no actuó de ninguna manera dejando que fuesen los líderes islámicos quienes decidiesen sobre el futuro de la mujer”.
Meriam fue liberada más tarde como resultado de una fuerte presión internacional, pero se vio obligada a abandonar Sudán.
La decisión – ha explicado el ministro - se deriva del hecho de que la comunidad cristiana en Sudán ha disminuido considerablemente a raíz de la secesión de Sudán del Sur, de donde provienen la mayoría de los cristianos que vivían en Jartum.
Después de la independencia de Sudán del Sur en julio de 2011, los ciudadanos originarios del sur se vieron obligados a abandonar Sudán.
La Iglesia católica en Sudán recientemente se ha lamentado acerca de la discriminación que sufren los cristianos que viven en el país.
“La situación jurídica de los cristianos en Sudán es realmente preocupante”, dijo, durante una reciente visita a la sede central de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Eduardo Hiiboro Kussala, obispo de la diócesis de Tambura-Yambio en Sudán del Sur.
Una nota enviada a la Agencia Fides recuerda que “si bien la Constitución garantiza la igualdad de derechos para todos los sudaneses, sin distinción de credo, los cristianos son considerados y tratados como ciudadanos de segunda clase”.
“Los miembros del clero cristiano no pueden obtener un pasaporte y cuando salen del país no saben si alguna vez podrán volver. Muchos sacerdotes fueron expulsados y los obispos están obligados a guardar silencio ya que no pueden expresar libremente sus opiniones”, explicó Kussala durante su visita.
Los más vulnerables son los fieles comunes, como es el caso de Meriam Yahia Ibrayim Ishaq, la chica condenada a muerte por apostasía.
“La fe de Meriam era algo que todos conocían - recordó el obispo - pero un día, de repente, fue amenazada y luego condenada. Y el gobierno no actuó de ninguna manera dejando que fuesen los líderes islámicos quienes decidiesen sobre el futuro de la mujer”.
Meriam fue liberada más tarde como resultado de una fuerte presión internacional, pero se vio obligada a abandonar Sudán.
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