«Los cristianos han huido al amanecer, algunos en pijama»: el Patriarca armenio católico lo describe
“Las familias armenias que han huido de Kessab son más de trescientas. Por ahora han encontrado refugio en la parroquia armenio ortodoxa de la ciudad de Latakia, a una hora en coche de Kessab. Han acampado en la escuela y en la parroquia local. Pero ahora temen que los rebeldes también ataquen Latakia, y muchos se están preparando para huir de allí”.
Con estas palabras el Patriarca armenio católico Nerses Bedros XIX Tarmouni describe a Fides la condición incierta en que se encuentran los cristianos en su mayoría armenios, que se ven obligados a abandonar la ciudad, ocupada por las milicias rebeldes anti-Assad en la madrugada del 21 de marzo.
El Patriarca Tarmouni pastorea a los 700.000 católicos de rito armenio que hay en el mundo, en comunión con el Papa, de los que unos 20.000 vivían en Siria antes de empezar la guerra.
Así fue el asalto
El Patriarca Tarmouni, que está en contacto constante con el sacerdote Nareg Louissian y sus feligreses que han huido de Kessab, proporciona detalles precisos del asalto a la Agencia Fides.
“Los cristianos han huido al amanecer, algunos de ellos en pijama, sin poder llevarse nada con ellos, tan pronto como han oído el sonido de los disparos. Los rebeldes han llegado de las montañas en la frontera con Turquía. Eran muchos y bien armados. Las formaciones del ejército que defendían la ciudad se han retirado, así como los jóvenes armenios del Nashtag (un movimiento nacionalista armenio de izquierda) que habían organizado grupos de autodefensa armada en torno a las iglesias”.
Una zona emblemática
Los armenios de Kessab son en su mayoría agricultores, gente pacífica. La zona rural, que hasta ahora no ha participado en el conflicto sirio, ocupa un lugar simbólico en la memoria del pueblo armenio.
“En 1915, cuando los armenios dejaron Cilicia después del genocidio perpetrado por los turcos”, dice el Patriarca Bedros Nersos, “en Kassab se quedó la última comunidad armenia en la región”.
Según el Patriarca, las estrategias militares de las formaciones anti-Assad también responden, al menos en parte, a razones de orden simbólico: “Ahora los rebeldes pueden apuntar hacia Latakia, que no es tan grande como Damasco o Aleppo, pero es un bastión de los alauitas, la comunidad religiosa a la que pertenece Assad y muchos de su grupo de poder”.
Católicos y ortodoxos, juntos en misa
Al tratar la situación de emergencia, los cristianos armenios - explica a la Agencia Fides, el Patriarca Tarmouni - están experimentando el espíritu de comunión fraterna, más allá de distinciones confesionales: “El domingo pasado, armenios católicos y ortodoxos celebraron la misa juntos. He hablado con nuestro párroco Nareg, y le he animado a estar cerca de todos los fieles, en este difícil momento. He sabido que han sido enviados desde Aleppo a Latakia 3 sacerdotes armenio ortodoxos, para ofrecer asistencia espiritual y material a los refugiados”.
Con estas palabras el Patriarca armenio católico Nerses Bedros XIX Tarmouni describe a Fides la condición incierta en que se encuentran los cristianos en su mayoría armenios, que se ven obligados a abandonar la ciudad, ocupada por las milicias rebeldes anti-Assad en la madrugada del 21 de marzo.
El Patriarca Tarmouni pastorea a los 700.000 católicos de rito armenio que hay en el mundo, en comunión con el Papa, de los que unos 20.000 vivían en Siria antes de empezar la guerra.
Así fue el asalto
El Patriarca Tarmouni, que está en contacto constante con el sacerdote Nareg Louissian y sus feligreses que han huido de Kessab, proporciona detalles precisos del asalto a la Agencia Fides.
“Los cristianos han huido al amanecer, algunos de ellos en pijama, sin poder llevarse nada con ellos, tan pronto como han oído el sonido de los disparos. Los rebeldes han llegado de las montañas en la frontera con Turquía. Eran muchos y bien armados. Las formaciones del ejército que defendían la ciudad se han retirado, así como los jóvenes armenios del Nashtag (un movimiento nacionalista armenio de izquierda) que habían organizado grupos de autodefensa armada en torno a las iglesias”.
Una zona emblemática
Los armenios de Kessab son en su mayoría agricultores, gente pacífica. La zona rural, que hasta ahora no ha participado en el conflicto sirio, ocupa un lugar simbólico en la memoria del pueblo armenio.
“En 1915, cuando los armenios dejaron Cilicia después del genocidio perpetrado por los turcos”, dice el Patriarca Bedros Nersos, “en Kassab se quedó la última comunidad armenia en la región”.
Según el Patriarca, las estrategias militares de las formaciones anti-Assad también responden, al menos en parte, a razones de orden simbólico: “Ahora los rebeldes pueden apuntar hacia Latakia, que no es tan grande como Damasco o Aleppo, pero es un bastión de los alauitas, la comunidad religiosa a la que pertenece Assad y muchos de su grupo de poder”.
Católicos y ortodoxos, juntos en misa
Al tratar la situación de emergencia, los cristianos armenios - explica a la Agencia Fides, el Patriarca Tarmouni - están experimentando el espíritu de comunión fraterna, más allá de distinciones confesionales: “El domingo pasado, armenios católicos y ortodoxos celebraron la misa juntos. He hablado con nuestro párroco Nareg, y le he animado a estar cerca de todos los fieles, en este difícil momento. He sabido que han sido enviados desde Aleppo a Latakia 3 sacerdotes armenio ortodoxos, para ofrecer asistencia espiritual y material a los refugiados”.
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