Se fue el Estado Islámico, pero ahora otros grupos abusan de los cristianos asirios y caldeos
En el norte de Irak, chabaquíes y kurdos, armados, ocupan tierras y bienes de los cristianos
Sucedió en las vísperas de las pasadas Navidades en la población iraquí de Bartella. En torno a las diez y media de la mañana, una docena de coches se separaron de la comitiva de una boda y estacionaron frente a la iglesia asiria de San Jorge. Los ocupantes de los vehículos se apearon y comenzaron a gritar y a disparar al aire sus armas automáticas, mientras bloqueaban el acceso al templo.
Se identificaron como miembros de una de las milicias chabaquíes que conforman Al Hashd Al Sha'abi o Fuerzas de Movilización Popular (PMF, de acuerdo a sus siglas inglesas). En vista de que las fuerzas locales de seguridad no acudían en su auxilio, el párroco, Behnam Benoka, se acercó hasta el grupo de matones para pedirles que abandonaran el lugar. En vano. Durante media hora más prosiguió el hostigamiento sin que nadie interviniera. No era la primera vez que algo así acontecía.
Chabaquíes delante de la iglesia asiria de San Jorge en Bartella; presionan y hostigan a los cristianos (agencia AINA)
Una brigada "cristiana"... en realidad llena de musulmanes del sur
Cuando esos hechos ocurrieron, la población se hallaba formalmente bajo el control de una guardia conocida como Brigada de Babilonia; publicitada como «cristiana» y liderada, de hecho, por un católico caldeo de Alqosh llamado Rayan al-Qaldani. Pero lo cierto es que el grueso de los milicianos que la constituyen son musulmanes árabes del sur del país. El propio Al-Qaldani es despreciado por muchos de sus paisanos cristianos de Alqosh, quienes le tienen justamente por un traidor al servicio de los chiítas de Bagdad y de sus compadres iraníes.
Nadie olvida, por ejemplo, que una de las primeras decisiones adoptadas por los comandantes de la Brigada de Babilonia tras la reconquista de Karakosh fue tratar de robar un gran generador eléctrico que proveía de energía a la capital cristiana.
La milicia se halla a todos los efectos bajo el control de la Brigada Badr, el ala militar del Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Irak o, si se quiere de otro modo, bajo las órdenes de un puñado de títeres a las órdenes de los iraníes.
Los chabaquíes tienen su propia brigada
Los chabaquíes son otra de las facciones étnico-religiosas que reclaman para sí, a menudo por la fuerza, las tierras de los cristianos caldeos (católicos) y asirios (cristianos orientales, no católicos).
Los chabaquíes son con frecuencia mencionados como chíitas (unos pocos de ellos se tienen por sunníes), aunque su religión es bastante distinta del de otras ramas musulmanas: incorporan en su credo ciertas influencias cristianas y practican la confesión; pueden beber alcohol y, eventualmente, realizan peregrinaciones a algunos santuarios yazidíes.
Ahora los chabaquíes cuentan con el apoyo de su propia unidad militar –la llamada Brigada 30– y con las simpatías de algunos miembros de las milicias chiíes que operan bajo el paraguas de Al-Hashd al-Sha’abi en poblaciones como la propia Bartella.
¿Quién va a auxiliar a los cristianos si algunos de los que les atacan y hostigan forman parte de las milicias a las que se ha confiado la seguridad de la ciudad?
Dohuk es la capital de la zona norteña y montañosa del Kurdistán iraquí, sede del control kurdo; cuando los cristianos de zonas remotas intentan acudir con quejas y reclamaciones, se encuentran controles en las carreteras que no les dejan llegar
Cuatro años de presión a las comunidades cristianas
Desde hace al menos cuatro años se vienen repitiendo con frecuencia esta clase de episodios de acoso a la minoría caldeo-asiria. Por si eran pocas las contrariedades a las que tenían que hacer frente hasta la fecha, ahora hay que añadir las mundanas ambiciones de sus vecinos chabaquíes, quienes han tratado de apoderarse de sus tierras con distintos ardides.
El Daesh o Estado Islámico ha sido formalmente liquidado en los Llanos de Nínive, pero los profundos cambios demográficos provocados por sus actividades criminales han vuelto a imprimir una profunda huella en las comunidades de cristianos, que ahora deben defenderse de estas partidas armadas de chabaquíes.
Históricamente, los chabaquíes, de origen étnico kurdo, consiguieron resistirse a ser asimilados por los árabes concentrándose en algunos núcleos de los Llanos de Nínive, cercanos a los feudos de los cristianos, a quienes tenían como vecinos. También ellos sufrieron las persecuciones de los yihadistas del Daesh y se vieron obligados a abandonar en masa sus territorios originales, sólo que la mayoría de los chabaquíes, a diferencia de los caldeo-asirios, ha regresado.
Antes de la irrupción del Daesh, los chabaquíes se hallaban en minoría en algunas poblaciones como Bartella, pero esa situación se ha transformado. El éxodo provocado por las alimañas yihadistas ha modificado los distintos escenarios demográficos, lo que ha envalentonado a esas nuevas mayorías.
Controles en las carreteras y acoso a las chicas cristianas
La milicia armada chabaquí, la citada Brigada 30 de Al Sha'abi, gestiona buena parte de los controles militares que jalonan algunas rutas estratégicas como el camino de Erbil a Bajdida o Karakosh, la mayor de las ciudades cristianas en Nínive.
Los acosos a las muchachas cristianas en esos check-points de paso obligado y las humillaciones a los viajeros caldeo-asirios son bien conocidos por quienes realizan con regularidad ese camino. El Gobierno de Irak no es capaz de hacer valer sus leyes sobre los territorios cuyo control reclama y menos todavía, atar en corto a toda esa pléyade de milicias chiítas que se aglutinan alrededor de Al Hashd Al Shaabi.
Por si alguien albergaba dudas de estos intentos chabaquíes de usurpación de las tierras propiedad de los cristianos, un parlamentario de esa etnia, Qusay Abbas Mohammed, hacía público el pasado 22 de diciembre un documento, apoyado por medio centenar más de diputados iraquíes, en el que solicitaba el reparto entre los suyos de tierras públicas del distrito de Hamdaniya (al que pertenecen, entre otras poblaciones, Bajdida y Bartella).
Tierras comunales cristianas ocupadas por kurdos
Formalmente, el Gobierno de Bagdad ha dejado claro que no daría su visto bueno a ninguna iniciativa que modificara la situación demográfica anterior a la ocupación militar de parte de Irak por parte de los criminales del Estado Islámico. Pero esto no logra tranquilizar a los caldeo-asirios, acostumbrados desde siempre a lidiar con leyes que son papel mojado frente a las ambiciones de sus vecinos kurdos y árabes. El ejemplo más claro de ello es lo sucedido en algunos de sus feudos situados en el territorio controlado por los Barzani (kurdos), donde los terrenos comunales asirios vienen siendo sistemáticamente ocupados por tribus directamente emparentadas con el clan gobernante en Kurdistán.
Un obispo asirio visita Hezaney, en el valle de Nahla; ha intentado convencer a las milicias kurdas para que se vayan del valle, sin éxito (Foto de Ferran Barber)
El caso más notorio es el del valle de Nahla, donde el éxodo sostenido y constante de la población cristiana asiria hacia Occidente ha provocado el abandono de amplias extensiones de terreno que algunas tribus kurdas de los territorios controlados por los Barzani han usurpado por la fuerza de las armas. Buena parte de esas tierras son comunales que dejaron de trabajarse en ausencia de la mano de obra precisa.
Paradójicamente, su arrendamiento eventual a familias kurdas ha desembocado con frecuencia en «expropiaciones ilegales» o, en rigor, en el robo de estas propiedades. Ese es el motivo de que muchas de ellas prefieran ser dejadas hoy en día como baldíos, antes que arriesgarse a que su arrendamiento sea la antesala de su expolio.
Docenas de denuncias han sido formuladas ante los tribunales kurdos. Pero ninguno de esos intentos ha progresado hasta la fecha. Se da incluso la circunstancia de que en algunas poblaciones del valle de Nahla los cristianos han sido acosados, e incluso amenazados de muerte, por intentar recuperar sus tierras.
En más de una ocasión, las propias fuerzas armadas de los Barzani han impedido que estos acudieran a Dahok a protestar, bloqueando las pistas de tierra que conecta ese recóndito valle con la capital de la gobernación autónoma kurda.
(Reportaje para ReligionEnLibertad de Ferran Barber, www.ferranbarber.info )
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